La Red de la Vida
Hay una red de la vida alrededor del planeta, un antahkarana de luz.* Imagínese una telaraña, con hermosas gotas de rocío reluciendo sobre ella a la luz temprana del amanecer.
Luego imagínese esa red en la tercera y cuarta dimensión, expandiéndose en
todas direcciones. Acaba de empezar a visualizar la belleza y la majestuosidad
de la malla de la vida.
Todo lo que tiene
vida está interconectado a través de esta gran red de luz. Hay redes y campos
energéticos de luz para cada persona encarnada.
Estos se conectan con
todas las demás formas de vida: los árboles y las plantas, la vida animal,
incluso con el centro de la Tierra y el aura de los propios maestros.
Todo esto forma un
patrón de filigrana de luz interconectada inmenso y complejo.
En este hermoso patrón los retiros etéricos de la Gran Hermandad Blanca aparecen como bolas gigantescas de luz. Son centros de infinitas líneas de fuerza que emanan de un retiro y se expanden desde su centro para conectarse con otros retiros, tanto en la Tierra como expandiéndose en el espacio. Cada retiro es un núcleo de energía muy importante, con una finalidad específica de mantener cierta acción que sacuda toda la red y armadura del cuerpo planetario para nutrir a la vida y mantener la acción del fuego sagrado.
Las ubicaciones de los retiros de los maestros han sido reveladas sólo recientemente, y somos afortunados en esta época por haber recibido de los maestros este conocimiento.
Ellos no tienen la necesidad de revelar estas cosas, pero lo hacen porque están
con nosotros hasta el final, queriendo darnos todas las oportunidades de
progresar espiritualmente.
Los maestros
entienden que cuando la gente sepa dónde se encuentran estos retiros, pondrán
su atención en ellos; una parte de esa atención se convierte en un conducto de
energía mal cualificada que toda la humanidad tiene en su subconsciente. Así, a
cambio de una cierta pérdida de privacidad y con la atención del mundo sobre
ellos, los maestros han dado la ubicación de sus retiros para beneficio de la
humanidad.
¿QUÉ ES UN HEPTARIO Y CÓMO USARLO?
Rubén Cedeño
Tomemos el Heptario, que son cuarenta y nueve cuentas
engarzadas como un rosario: siete azules, siete amarillas, siete rosadas, siete
blancas, siete verdes, siete anaranajadas, y siete violetas. Realizar, con cada
una de las siete cuentas del Rayo correspondiente, la afirmación de cada Rayo.
Cada afirmación está dividida en dos partes. Si se está acompañado, la mitad
puede ser hecha por un guía, el resto, por el o los acompañantes.
Esto se hace con la finalidad de instaurar la actividad de
los Siete Rayos, eliminando problemas y trayendo a la manifestación el
“Concepto Inmaculado” y el “Plan Divino de Perfección”, sea en uno, en alguien,
un hogar, un país, cualquier sitio, condición o cosa, por medio de la
implantación de los “ Siete Aspectos de Dios”. Digamos con cada una de las
siete cuentas:
AZUL
“Yo Soy” la protección del Muro Azul del Arcángel Miguel, + que consume y
disuelve toda energía siniestra en mí y en toda la humanidad.
DORADO
“Yo Soy” la Túnica Dorada de la Sabiduría y la Iluminación Divina del Maestro
Koot Hoomi, + que consume y disuelve toda ignorancia en mí y en toda la
humanidad.
ROSA
“Yo Soy” el Círculo de Amor de la Llama Rosa de Lady Rowena, + que consume y
disuelve todo odio en mí y en toda la humanidad.
BLANCO
“Yo Soy” el Cinturón de Llama Blanca de la Ascensión del Maestro Serapis Bey, +
que consume y disuelve toda creación humana imperfecta en mí y en toda la
humanidad.
VERDE
“Yo Soy” el Manto Verde de la Salud del Arcángel Rafael, + que consume y
disuelve toda apariencia de enfermedad en mí y en toda la humanidad.
ORO-RUBI
“Yo Soy” el Rayo Oro-Rubí de la Provisión y la Paz, + que consume y disuelve
toda apariencia de limitación y guerra en mí y en toda la humanidad.
VIOLETA
“Yo Soy” la Ley del Perdón y la Llama Violeta Transmutadora, + que consume y
disuelve todos los errores cometidos por mí y por toda la humanidad.
Podemos visualizar delante de nosotros a la Madre María, meditar sobre el
contenido del “Ave María”, concienciando cada palabra, sobre todo cuando
decimos: “Ruega por nosotros los pecadores”, ya que somos pecadores imperfectos
cada vez que transgredimos uno de los “Siete Principios Universales”, y nos
perdonamos con la Llama Violeta, acogiéndonos bajo la protección de la Madre.
En todo lo que existe en el cosmos están presentes los “Siete Principios Universales”,
cumpliéndose. Por lo tanto, transgredirlos es el único pecado y por lo único
que tenemos que pedir perdón. También podemos visualizar delante de nosotros al
Maestro Jesús, vivo y radiante, meditando sobre el contenido del Padre Nuestro.
Sobre todo esa parte en que decimos; “Perdona nuestros ofensas así como
nosotros perdonamos a los que nos ofenden”.
Esto lo podemos hacer tantas veces como queramos, incluso
siete veces con el Heptario.
NOTA: El Heptario está registrado legalmente con “Derechos
Reservados”, pero puede reproducirse y transmitirse indiscriminadamente,
siempre y cuando no se altere, siendo copia fiel del original.
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