El termino Yule hace referencia a un tronco de árbol mágico. Mágico porque se encendía la noche más oscura, más larga del año: el 21 de diciembre; solsticio de invierno.
Esta era una
celebración celta, pagana, donde la familia se reunía y se cantaban canciones,
se encendía el fuego del hogar y se compartía la cena. La intención era
arraigar la alegría, la confianza y la celebración del amanecer, por eso la
intención era estar despiertos hasta que amaneciera para recibir al sol. Era,
como todo ritual, un código de comunicación humano con la Madre Naturaleza en
el que se le trasmitía al sol la absoluta confianza de que la luz siempre
vence, de que las buenas intenciones siempre son más poderosas que las
tinieblas, las personales y las generales: la ignorancia, los miedos y temores
se disipan mucho mejor si en la noche más oscura del año, estamos juntos,
cantamos, reímos, celebramos….y el tronco de Yule arde y alumbra.
Lo ideal es tener en casa una ramita
de Acebo, porque crece en el roble. Y el roble es el árbol emblemático celta
que simboliza la robustez, la fuerza, el poder, el arraigo a lo bueno de la
vida.
En casa: para hacer en tu casa el
ritual de Yule, necesitas:
1 cuarzo transparente (que representa
tu transparencia, tu Luz interior y exterior)
1 varita de incienso de madera de
roble o de sándalo.
1 vela blanca grande.
Toma tu cuarzo transparente y llévalo
a tu corazón: dale un baño de tu latido mientras con los ojos cerrados piensa
en todo lo bueno que ha habido y hay en tu vida. Piensa en todas las personas
que te quieren, para las que eres importante. Siente cuanta bondad hay en tu
vida y en tu corazón.
Prende ahora la vela: mira la llamita; transmítele tu intención con tus propias palabras:
“Hermano Fuego, tu que
representas la luz de mis pensamientos, sentimientos e intenciones, alumbra la
luz de este cuarzo: el él están mis más elevados sentimientos e ilusiones que
son la fuerza que me acompañara a lo largo del próximo año. Gracias”.
Prende ahora la varita de incienso: mira el humo, huele su aroma. Dale las gracias al Hermano Viento con tus propias palabras:
“Hermano viento aquí presente con este aroma, que tu magia
lleve al Porvenir de mi vida todo lo bueno que está por llegar. Gracias”.
Deja este pequeño (y poderoso) altar
de Yule en un sitio seguro ya que la vela tiene que estar encendida hasta que
se consuma por completo.
Si tienes acebo, colócalo también.
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