CONSECUENCIA DE LA CAÍDA Parte II
Efecto sobre la superficie de la Tierra
Antes de la “Caída”, el pigmento de la superficie de la
Tierra tenía color de alabastro. Después de la “Caída”, el pigmento comenzó a
cambiar, y aparecieron los grises y los marrones. Tomó mucho tiempo antes de
que el negro y el rojo aparecieran (aquí estamos hablando del rojo prendido);
no fue sino hasta hace ochenta mil años que estos colores se manifestaron.
Después de la “Caída”, fue menester ajustar de tiempo en
tiempo la fuerza centrípeta que crea la ley de la gravedad (la cual mantiene a
la superficie de la tierra y a la gente sobre la Tierra), en proporción a la
densidad de los cuerpos físicos de la humanidad. (La fuerza centrípeta en
movimiento curvilíneo es la fuerza que tiende a tirar de un objeto que rota
alrededor de un centro, hacia ese centro; es lo opuesto a la fuerza
centrífuga).
En algunas instancias, la discordia de la humanidad creó
tanta inarmonía que el Reino de la Naturaleza rehusó seguir haciendo su papel
en adornar la Tierra con vegetación. Como resultado de esto, aparecieron los primeros
páramos y desiertos. Algunos de los actuales conservacionistas de suelos y
ambientalistas son personas que, mediante la misericordia del Tribunal Kármico
, han sido colocados en esas posiciones para que puedan restituir por sus
pasados errores.
La energía mal calificada del hombre produjo cinturones de
gas, cámaras subterráneas de presión, las cuales, bajo ciertas condiciones,
resultan en terremotos y actividades volcánicas. Más tarde, los cinturones de
gas fueron los responsables por el hundimiento de esa parte de Mu que estaba
ubicada donde ahora está el Océano Pacífico.
Vida animal
Durante las primeras dos Edades Doradas, no había animales
como los conocemos en la actualidad, ni tampoco creaciones malignas. Todas las
formas elementales eran bellas, e individualmente delineaban la Perfección de
Dios. Los Reinos Angélico, Dévico (v.g. de la naturaleza) y Elemental habían
antecedido a la humanidad a fin de preparar un sitio bello en el cual ésta
pudiera desarrollarse. Los elementales estaban destinados a acompañar al
hombre, a servirle y a serle obedientes a través de su peregrinaje en la
Tierra.
En una época, el repelente pulpo de la actualidad era un
bello y dorado sol en miniatura. Donde hoy hay tentáculos, había entonces rayos
de luz iridiscente que se vertían en el elemento agua. La ostra y la almeja de
hoy eran entonces bellas formas de hadas.
La ostra y la almeja crearon una concha; y el rinoceronte,
el búfalo y el elefante, una vez bellos, desarrollaron una piel áspera y gruesa
o pelo a modo de protección, como un mecanismo de defensa contra las corrientes
maléficas en la atmósfera de la Tierra. Los cuernos, las pezuñas y las escamas
caen bajo la misma categoría. La era de los dinosaurios fue el punto más oscuro
en la historia de la Tierra. Los mamíferos prehistóricos y los simios fueron
creaciones malvadas causadas por el mal uso de la energía del hombre.
Los animales tienen centros ganglionares y cuerpos
emocionales, no así las plantas. Es la Energía de Vida lo que palpita en el corazón
de los animales, no la Llama individualizada de Dios, como es el caso en los
seres humanos. Dentro del corazón de estos elementales aprisionados, está el
patrón que una vez desplegaron, y el cual habrán de proyectar una vez más.
Los efectos sobre el Reino de la Naturaleza fueron
similares. La vida vegetal desarrolló la maleza, las espinas, el veneno y la
corteza pesada.
Sólo hay un camino hacia la Liberación de toda vida, y es a
través del Amor. El Amor es la esencia primigenia, y el desarrollo de esta
cualidad en la conciencia individual es el único medio por el cual puede
liberarse a cualquier expresión de Vida.
Grandes hombres y mujeres, tales como el Maestro Ascendido
Kuthumi en su encarnación como San Francisco de Assisi, han liberado a cientos
de miles de animales a punta de Amor. Mediante el Amor y la asociación, sus
conciencias fueron elevadas al punto en que no tuvieron que regresar más a la
forma animal. Algunas corrientes de vida se ofrecen voluntariamente, antes de
entrar a una encarnación en particular, para ayudar al Reino Elemental. De esta
manera, pueden transmutar algún actuar incorrecto de una encarnación anterior.
El que una persona tenga o no una mascota viviendo consigo
en su hogar, es decisión suya. Cualquier proximidad cercana a un animal, como
también es el caso con otra persona, podrá tener un posible efecto adverso
sobre el aura. Sin embargo, debe considerarse también que el Estudiante,
mediante la fuerza de su propia esfera de influencia, tiene la capacidad de
convertirse en la “levadura en la hogaza” de la inteligencia inferior. La clave
en la relación actual con los animales debe ser el EQUILIBRIO. No hay razón
para ser extremista en los propios sentimientos con respecto a esas criaturas.
Lo que se requiere es un camino del medio estable, envolviendo en pensamiento y
sentimiento a todas las expresiones presentes en la Tierra con Tolerancia,
Paciencia y Amor, elevando así esta vida inocente a su anterior estado de
Liberación y Perfección.
Salvadores Parte I
El primer salvador mundial
Durante las primeras dos Edades Doradas, había Perfección
absoluta. Existían las actividades de enseñanza y aprendizaje, pero nadie
necesitaba asistencia para “ser salvado”.
El primer Cristo fue provisto para la humanidad cuando el
hombre por primera vez escogió convertirse en consciente de los sentidos en vez
de permanecer consciente de Dios. La humanidad dirigió su atención hacia los
dolores y los placeres de los cinco sentidos y, así, manifestó aquello sobre lo
cual ponía su atención y en lo que más pensaba.
Desde aquel entonces, cuarenta y nueve Salvadores Mundiales
han venido a la Tierra, a intervalos regulares. El primer Cristo fue Krishna,
quien trajo a la Tierra la Llama de la Resurrección como un medio para
restaurar a los hijos caídos de Dios, en caso de que éstos desearan regresar a
su Estado Divino natural. La humanidad, el Reino de la Naturaleza y la vida elemental
requerían esta Llama para construir toda forma imperfecta creada por
pensamientos y sentimientos imperfectos. La Llama de la Resurrección contiene
el Poder resucitador sin el cual el hombre no puede entrar a su Estado
Crístico.
Krishna vino desde el Sol Central. En aquel entonces, no fue
posible atraer a las corrientes de vida de la Tierra, porque todavía eran niños
en cuanto a su desarrollo espiritual y, porque casi todos “ya habían comido de
la fruta prohibida”. Del pequeño grupo que había mantenido una conciencia pura,
más tarde se desarrollaron otro Cristos, como lo fueron Gautama Buddha y Jesús.
Hubo varios Krishnas. El primer Krishna, le enseñó a sus
discípulos que “EL Servicio es la Ley de la Vida”. Explicó que un individuo
debería aceptar la responsabilidad de dar un balance al universo por el
privilegio de atraer el aliento, de utilizar la vida y sostener una existencia
individual y separada.
Krishna hizo énfasis en que ese servicio debería ser
impersonal, por amor al Amor, y sin ningún pensamiento de remuneración. Como
ejemplo de servicio impersonal, Krishna señaló al sol, afirmando, “la Paz viene
únicamente cuando, al máximo de sus habilidades, ustedes se esfuerzan por
servir a la causa del bien, y cuando no se ocupan de ninguna actividad externa
en reacción a sus efectos sobre el servicio que prestan”.
Puede prestarse servicio en términos de servir a una
comunidad, a una nación o al prójimo. Los individuos que no escogen servir son
temporalmente sacados de la carrera, hasta que vuelvan a aceptar la
responsabilidad de ser sirvientes conscientes.
Algunas de las enseñanzas de Krishna fueron preservadas por
sus discípulos, quienes las escribieron en rollos de lino que fueron entonces
revestidos con una cera suave. El lino fue enrollado en carretes de bambú, en
ocasión extendiéndose el documento varios cientos de metros. A través de estos
documentos, Krishna dejó una herencia sobre la cual se basan todos los Vedas y
la mayoría de los escritos más antiguos de la humanidad. Estos documentos sobrevivieron
cataclismo tras cataclismo, y fueron transportados por los sabios de un punto a
otro de la Tierra.
Krishna habitó en la Tierra durante al menos seiscientos
cuarenta años. Cuando hubo completado Su servicio y regresó a Su estrella se
llevó Consigo mil cuatrocientos discípulos, quienes, a través de Su servicio,
lograron la Ascensión.
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