miércoles, 3 de noviembre de 2021

Taller de Metafísica LXXXII


RAZAS-RAÍCES, RAYOS Y CICLOS

 


Después de que la “Presencia YO SOY” ha pasado por las Siete Esferas, está lista para encarnar en un planeta. Cada “Presencia” individual es asignada a una Raza-Raíz. Esto lo hace el Manú. La función de Manú consiste en dividir los individuos que desean encarnar en siete Razas-Raíces y proteger una particular Raza-Raíz durante su encarnación hasta que todos los miembros hayan ascendido.

 

La selección de los miembros de una Raza-Raíz se convierte en un servicio completamente impersonal. Se consideran los siguientes factores:

 

1.- El momentum que el individuo ha adquirido durante su estadía en las Siete Esferas. Ese momentum se manifiesta en el Cuerpo Causal. El Cuerpo Causal tiene siete bandas concéntricas de color. El ancho y esplendor de las bandas le indica al Manú las cualidades predominantes del individuo. Cuanto mayor sea el ancho de la banda, tanto más ha permanecido el individuo en la Esfera que corresponde a esa banda en particular.

 

2.- La fecha en que el individuo se graduó de las Siete Esferas, completando así el salón de clase de la Tierra. Cuanto antes el individuo deje las Siete Esferas, tanto mayor serán sus probabilidades de ser parte de la Primera o Segunda Raza-Raíz.

 

3.- Las circunstancias y las condiciones en las que puede ser utilizado el individuo para mayor bendición de la Tierra. A los individuos de la Primera Esfera, Azul, generalmente se les da la oportunidad de encarnar primero, ya que ellos proveen el anclaje y protección para toda la Raza-Raíz. De allí que la primera Sub-Raza de una Raza-Raíz consista, en su mayoría, de individuos que predominantemente expresan las cualidades de la Primera Esfera, sin embargo, otros individuos que no son de la Primera Esfera son incluidos para lograr un equilibrio adicional. Siguen los individuos predominantemente de la Segunda Esfera, y así sucesivamente, hasta que hayan encarnado las siete Sub-Razas de una Raza-Raíz en particular.

 

Como parte del proceso de selección, los individuos se alinean en grupos de tres. Uno de cada grupo de tres es escogido; los otros dos permanecen para futura consideración. En algún tiempo futuro, vuelven a alinearse en grupos de tres.

 

4.- Originalmente, tres y medio millardos de corrientes de vida escogieron encarnar en la Tierra. Esta cantidad aumentó dramáticamente después, cuando a individuos de otros planetas se les permitió hacer de la Tierra su hogar.

 

 

Resumen

 

Todos los individuos que pretenden encarnar en la Tierra son divididos en siete Razas-Raíces. A su vez cada Raza-Raíz consiste de siete Sub-Razas.

 

Un Rayo proyectado desde el Sol Central contiene las cualidades (o Virtudes Divinas) de una Esfera.

 

La función de un Rayo es la de alimentar uno de los siete centros espirituales (v.g. los chakras) del hombre. La duración de cada Rayo es de dos mil años, y son siete los Rayos. Por tanto, el Plan Divino requirió la Ascensión de cada miembro de una Raza-Raíz en un lapso de catorce mil años, y la Ascensión de todas las siete Razas-Raíces en noventa y ocho mil años.

 

Todos sabemos que esto no ha pasado. Las condiciones en la Tierra después de la “Caída del hombre” han estado lejos de ser perfectas, y millones de seres humanos no han logrado ascender. Todavía hay miembros de la Cuarta Raza-Raíz entre nosotros, quienes necesitan equilibrar su karma. Sin embargo, las primeras tres Razas-Raíces y todas sus Sub-Razas encarnaron durante las dos primeras Edades Doradas, y todos ellos alcanzaron la Ascensión en el lapso asignado de catorce mil años cada una. Un Dictado afirmó que a la tercera Raza-Raíz le tomó un poco más de tiempo alcanzar la Ascensión, pero la logró exitosamente.

 

La suma de la interacción alternada de cada uno de los Siete Rayos sobre la Tierra se denomina un “ciclo”. Por tanto, un ciclo dura catorce mil años.

 

Puede considerarse la Ascensión tan metódica como la operación de nuestro actual motor de gasolina. Es resultado de una Aplicación consistente de la Ley Cósmica. Los milagros no existen. Todo aquel que conozca la Ley, la aplique y sea persistente en sus esfuerzos, obtendrá la manifestación que se merece. Esto era ampliamente conocido por los millones de corrientes de vida que encarnaron en la Tierra por primera vez. Durante el período llamado el “Jardín del Edén”, todas las corrientes de vida lograron la Ascensión.

 

LOS SIETE CUERPOS DEL HOMBRE

 

Parte 1


A fin de encarnar en el plano físico y de pasar por el mundo de las experiencias, cada individuo debe contar con siete cuerpos. Cada cuerpo es creado con la sustancia del ámbito donde habrá de funcionar.

 

De estos siete cuerpos, tres son los Cuerpos Superiores, los cuales son Divinos y ya son perfectos. Los restantes cuatro, conocidos como “cuerpos inferiores” y también como “cuaternario inferior” o simplemente “cuaternario”, contienen energía que debe ser redimida y transmutada a perfección, por el individuo que ha impuesto imperfección sobre ella a lo largo de muchas eras de vivir.

 

Los tres Cuerpos Superiores funcionan en la Octava de los Maestros Ascendidos; los cuatro cuerpos inferiores operan en el plano astral o psíquico de vibración inferior, contentivos de energía mal calificada por la humanidad. Todos los siete cuerpos contribuyen, de alguna manera, a la consciencia del individuo. Los tres Cuerpos Superiores son:

 

- la Presencia “YO SOY”

 

- el Cuerpo Causal, y

 

- el Santo Ser Crístico (también llamado “Santo Cristo Propio” o “Cuerpo Mental Superior).

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