sábado, 15 de abril de 2023

CURSO DE ALTA MAGIA BLANCA PRACTICA. Día 42

 CAPITULO VI. LA MAGIA SONORA.

PRIMER NIVEL DE PODER:

EL PODER DEL VERBO. Parte II


Hablar de palabras mágicas ha llevado a lo largo de la historia de la antigüedad miles y miles de volúmenes escritos con plumas y a la luz de exiguas velas. Muchas de estas palabras mágicas han sido transmitidas, como una forma de que perduraran a lo largo del tiempo, por medio de los cuentos, las leyendas, el folklore, o los símbolos inscritos en las paredes de los monumentos sagrados, religiosos o espirituales.

Así vienen a nuestra memoria los Cuentos de las Mil y Una Noches, en los que ciertas palabras mágicas activaban la capacidad para hacer volar una alfombra, o hacían abrir la puerta de una gruta llena de joyas y tesoros en su interior

También podríamos citar las innumerables fórmulas religiosas, oraciones e invocaciones utilizadas a lo largo de la historia de la humanidad para acceder, definir o abrir el entendimiento a realidades superiores. Estas palabras han cambiado, obviamente, en función de los idiomas y de las épocas, pero existen alfabetos que siguen manteniendo una gran pureza en cuanto a la base esotérica que los soporta, como es el caso del lenguaje o alfabeto hebreo.

 


El alfabeto hebreo está compuesto por 22 letras, y cada una de ellas posee relación con una figura, arquetipo, patrón cósmico, concepto metafísico, número, actitud psicológica, Arcano Mayor del Tarot, planeta o signo zodiacal, y un largo etcétera. Nosotros en este capítulo nos centraremos en el alfabeto hebreo, el cual nos va a abrir puertas a realidades interdimensionales, a las cuales podemos tener acceso con la actitud mental y la técnica adecuadas, cada vez que ello sea necesario para nuestro trabajo de Magia Blanca. Esto lo veremos algunas páginas más adelante, después de haber estudiado cuál es el proceso o la base de la vocalización mágica. 

Desde el punto de vista místico, metafísico o de la existencia superior, al poder de la palabra, tal como habíamos dicho, se le denomina el Poder del Verbo, ¿por qué "del Verbo"?. 

Recordemos el significado que tiene el verbo dentro del lenguaje. Es sencillo: los verbos expresan acción, movimiento y un cambio o una variación en la realidad, bien interna o bien externa.

Si decimos "sentir", nos estamos refiriendo a una variación o acción en el dominio interior, mientras que si decimos "taladrar" nos estamos remitiendo a una acción física exterior. Hay además, por supuesto, verbos que expresan una doble actitud tanto interna como externa, como por ejemplo "ahondar".

Ahora podemos entender mejor por qué se habla del Poder del Verbo, pues los verbos son la esencia representativa de cualquier actividad humana o de la naturaleza. 

Pero, ¿podemos hablar del Verbo como algo que trasciende la simple acción física? Sí. 

Cuando se habla del Verbo en Magia nos estamos refiriendo a "la acción sin acción", o "la acción sin acto visible". 

Dicho de otra forma, la pronunciación de palabras mágicas o secretas provoca efectos no inmediatamente visibles en el plano físico, aunque sí pueden ser visibles o manifestarse a posteriori. Es decir, el mago o el estudiante de Magia avanzado puede poner en movimiento cadenas de causa y efecto sin hacer uso del verbo físico, es decir, sin imprimir una fuerza desde el plano físico.

Esto no quiere decir que el mago pueda abrir el frigorífico sin hacer uso de las manos, pero el mago sí puede consagrar unos alimentos y hacer que estos tengan unos beneficios notorios a corto plazo para las personas que los ingieren.

Por todo lo explicado, un principio fundamental en la Magia es la "invisibilidad", ya que ella sobre todo actúa en los planos sutiles y, a partir de ellos, interviene en la realidad visible.

Por esto es conveniente no hacer abuso de elementos externos demasiado recargados en los actos mágicos, los cuales pueden llegar a desconcentrar a la mente y a las capacidades superiores de su verdadero función. Así, por ejemplo, alguien puede comprar infinidad de herramientas propias para la Magia, como pueden ser alfombras exóticas, refinados altares de madera, velas de diferentes colores, infinidad de perfumes y esencias, capas y vestiduras labradas o bordadas con hilos de oro, vasijas de plata y un largo etcétera de productos caros, pero esto no significa que la chispa mágica vaya a surgir por el simple hecho de poseerlos o de pronunciar determinadas fórmulas.

Entonces, ¿qué más hace falta?. 

= PRIMERO.

Una intención sincera, no egoísta y evolutiva pues, de otra forma, no se trataría de Magia Blanca.

= SEGUNDO. 

Es necesario tener la predisposición mental adecuada, lo cual a su vez significa estar en un nivel óptimo de energía personal. Es decir, como ya se había explicado antes, nada ni nadie da de lo que no tiene, con lo cual no es lógico realizar un acto mágico cuando se está deprimido, apesadumbrado o inseguro, aunque sí es conveniente realizar entonces actos preparatorios o previos al desarrollo mágico en sí, tales como el "ejercicio del centro solar radiante", el "ejercicio de la descarga a tierra", etc.

Todos los ejercicios de autoprotección psíquica de los que ya hemos hablado, predisponen al acto de Magia en sí, con lo cual no sólo es conveniente realizarlos de forma periódica sino, especialmente, cuando las "baterías personales" estén bajas.

En resumen, no piense que por realizar una determinada formulación mágica va a pasar de un estado de "baja forma" a otro de estar "muy en forma". En el acto mágico se necesita dar para luego recibir, con lo cual hay que estar previamente con una predisposición armónica.

= TERCERO.

Como elemento a tener en cuenta está el de las compañías, es decir, ¿con quién vamos a realizar el acto mágico?. 

Este es un factor especialmente interesante, ya que es preferible en Magia estar "solo que mal acompañado". Procure evitar a las personas que permanecen de continuo en estados mentales enrevesados, a las que no se les ve una actitud de solucionar sus propios problemas con su esfuerzo personal, o a las que están buscando continuamente de dónde "absorber energías", ya que estos individuos, más que ayudarle a elevar el acto mágico, le van a restar fuerza en éste.

Una vez que hemos cumplido con estos tres requisitos previos, podemos iniciar el acto mágico.

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