1. La apabullante mayoría de los procesados son mujeres.
2. En la mayor parte de los casos, estas reas son acusadas de prácticas supersticiosas.
3. El repertorio de los delitos cometidos por los gitanos se reduce a los de hechicería, blasfemia, proposiciones heréticas y bigamia.
4. No existe ninguna figura procesal —al contrario que con las restantes minorías peninsulares— que distinga a los gitanos del resto de la población de cristianos viejos.
Los gitanos, por tanto, sólo llamaron la atención del Santo Oficio en la misma medida que el resto de los habitantes del’ país que no pertenecían a una minoría racial o religiosa, y puesto que los delitos en que incurrían sólo pasaron a interesar realmente al tribunal a partir de la segunda mitad del siglo xvii, una vez eliminados los disidentes de primera fila, los gitanos empiezan a hacer esporádicas apariciones a partir de estas fechas, y con el mismo tipo de penas que las establecidas en el caso de hechicería, blasfemia, proposiciones o bigamia para los cristianos viejos.
A este respecto puede verse el censo de 1783 en mi libro antes citado.
El problema de la caza de brujas en España Como ya he señalado anteriormente, el delito en que incurrieron mayoritariamente los gitanos, tanto hombres como mujeres, fue el de prácticas supersticiosas, lo que nos conduce a enfrentarnos con el interesante problema de la actitud del Santo Oficio frente a este tipo de infracción religiosa.
En pleno siglo xvii, mientras la caza de brujas arrecia en Europa y produce numerosas víctimas, la actitud de la Inquisición española es relativamente benévola, y salvo raras excepciones no encontramos ningún reo que fuera condenado a otra pena que la de azotes y destierro o penitencias espirituales, según los casos.
El bendito espíritu Gitano
Esa tarde, mientras compartíamos un rico vino, mis ojos seguían los movimientos que desplazaban esos pañuelos en su estelar vaivén en concordancia a los gestos de la seductora zíngara, que despaciosamente me relataba sobre sus devociones a Sara la Kali; patrona de los gitanos. "La Kali", significa en la lengua gitana "la mujer de negro" y/o "la gitana" (tal como fue el apelativo ancestral de la raza gitana, "negro o kemet" por su descendencia egipciana); cada 25 de Mayo se congregan masivamente las distintas comunidades en una enorme peregrinación que finaliza en la ceremonia con el sumergimiento de la esfinge negra de la Kali en el Mediterráneo.
Sincretizada en el Catolicismo como Santa Sara, la Kali era una gitana que acampaba en la costa de Francia cuando recibe las visiones que le informaron que las santas que habían presenciado la muerte de Jesús se encontraban al llegar y debía ayudarlas. Cuando se aproximó el barco de María Magdalena y María Salomé, que con embravecida furia del mar, parecía hundirse con la terrible tormenta que se desataba en ese instante; Sara desplegó sobre las aguas del mar su vestido que simulando un flotador enorme, le permite caminar sobre él sin hundirse; llevando a tierra firme a las dos santas.
Esta semejanza con Jesús, hizo que los gitanos que hasta el momento sólo habían practicado la idolatría por Ishtari, a quién ponían en sus hombros una vez al año y llevaban al mar para recibir la bendición; trasladaran este ritual de purificación-veneración a la Kali.
Hay muchas leyendas y tópicos sobre los gitanos, una población de origen antiguo que sin embargo siempre encontró muchas dificultades en integrarse en los países donde ha vivido.
Para conocer al pueblo gitano hay que centrarse en el concepto de nomadismo y, sobre todo, en el profundo sentido de identidad de este pueblo.
Los romaníes, sin duda alguna, son una de las colectividades más orgullosas de sus raíces.
Muchos piensan que los romaníes vienen de Rumanía, pero en realidad vienen de más lejos aún: una región entre India y Pakistán, y siguen compartiendo similitudes lingüísticas y características somáticas con el sub-continente indio. Por ejemplo, la palabra “rom” viene del sánscrito (antiguo idioma indio) y significa “hombre libre”. El idioma gitano, el romaní, es una de las lenguas más antiguas del mundo, de raíces sánscritas, que hablan en el mundo más de quince millones de personas.
A menudo los gitanos hablan también los idiomas de los países que los acogen.
Los gitanos españoles, por ejemplo, junto con los portugueses, no tienen un gran conocimiento de su lengua materna, que desapareció en la medida que se hicieron más sedentarios.
Desde la región indo-pakistaní, en el siglo XI, los gitanos se movieron siguiendo los ríos Indo, Tigres, Éufrates, Danubio, Elba, Reno y Ródano.
Las razones de estos desplazamientos son desconocidas.
Primero llegaron a Irán y Persia, luego alcanzaron Armenia y el Cáucaso meridional, donde vivían los bizantinos.
Después se fueron a Turquía para llegar a las Balcanes, donde se establecieron casi definitivamente, por eso se suele pensar que los gitanos vienen de esta zona de Europa.
El pueblo gitano se ha dotado de una serie de normas propias que regulan su convivencia y que son la base de su identidad colectiva y la garantía de permanencia como pueblo.
Su cultura es ágrafa, hablada, transmitida de generación en generación.
Entonces, los testimonios sobre este pueblo se transmiten solo por vía oral y es muy fácil que la realidad de los hechos se vuelva leyenda y ficción.
En ese sentido, para los gitanos lo que conforma la cultura es la lengua, las leyes gitanas y el compendio de tradiciones, costumbres y ritos y expresiones artísticas que el conjunto de gitanos reconoce y acepta como propias, en la medida que son expresiones de su vida cotidiana.
El pueblo gitano es joven: cerca de la mitad de la población supera los 18 años y apenas el 3 por ciento supera los 60.
La tasa de natalidad es alta (5-6 hijos por familia), así como la tasa de mortalidad.
Los gitanos se casan muy jóvenes y las bodas son reguladas por costumbres y tradiciones que cambian en base al origen étnico.
Las poblaciones romaníes suelen adoptar la religión del lugar donde viven.
El ritual que voy a subir tiene el nombre de una compañera.
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