Como ser Alquimista Parte XIX
Un viejo alquimista dice: Lo que nosotros perseguimos con todos los filósofos, no es la unión de un cuerpo y un espíritu metálicos, sino la condensación, la aglomeración de este espíritu en un envoltorio coherente, tenaz y refractario, capaz de arroparlo, de impregnar todas sus partes y de asegurarle una protección eficaz.
Esta alma, espíritu o fuego reunido, (debidamente mezclado con Venus Lucifer), concentrado y coagulado en la más pura, más resistente y más perfecta de las materias terrestres es lo que llamamos nuestra piedra.
Y podemos
certificar que toda empresa que no tenga este espíritu por guía y esta materia
por base, jamás conducirá a la meta propuesta.
Transcribimos el texto auténtico de Wolfram de Eschembach, relativo a la Piedra y a la fraternidad ( Los Caballeros del Santo Grial, quienes se conoce que compartían no solo una misión sagrada sino también un conocimiento hermético.) que la custodia:
Esos héroes están animados por una Piedra.
¿No conocéis su augusta y pura esencia?
Se llama lápiz electrix, (magnes)
Por ella puede realizarse toda maravilla, (magia)
Ella, cual el Fénix que se precipita en las llamas,
Renace de sus propias cenizas,
Pues que en las mismas llamas
remoza su plumaje
Y brilla rejuvenecida más bella que antes.
Su poder
es tal, que cualquier hombre, por infeliz que en su estado fuera, si contempla
esta Piedra, en vez de morir como los demás ya no conoce la edad, ni por su
color, ni por su rostro; y sea hombre o mujer gozará de la dicha inefable de
contemplar la Piedra por más de doscientos años.
Así mismo Mechardus, dijo: Si nuestra Piedra no es puesta en
la Matriz de la hembra, a fin de que sea nutrida, no crecerá.
Ahora bien esa matriz de la hembra de que habla
Mechardus, es nuestra Tierra Madre, nuestro propio organismo humano (nos aclara
el M. Samel).
Responde Mefistófeles en el segundo Fausto: Te pareces al espíritu que concibes; ¡Ay de quien no conciba más que un espíritu petrificado y no una Piedra Viva !
El termino de “espíritu” se presta en muchas ocasiones a confusión, ya que es utilizado tanto para describir a un ser Angelical o Divino, como para hacer alusión a un ente maligno.
Tenemos que tener en cuenta que la palabra “espíritu” puede describir perfectamente ambas referencias, lo Divino o lo tenebroso, ya que espíritu en sí, no es otra cosa que una sustancia inmaterial, por lo tanto algo que se opone a lo material y que podemos considerarlo obviamente, como metafísico.
Así que debemos ver el contexto de la frase para tener un concepto claro y preciso de la alusión que se quiere hacer y así comprender el mensaje que el autor quiere transmitir a sus lectores.
La iniciación es un paso que muy pocos lo han dado, y en un futuro, seguirán siendo minoría quienes estén dispuestos a lanzarse a nadar contra corriente.
Exige la iniciación una actitud, en quien es iniciado, acorde a los estudios de orden Superior; pues emanan de la Gran Fraternidad Solar, o de los Maestros Gnósticos Masones, Rosacruces, etc., que viven en los Templos de la Logia Blanca.
El Maestro Zanoni, le instruyó de labios a oído el Arcano al poeta francés Cazotte, éste así pudo entrar en la iniciación.
Como resultado de éste conocimiento Cazotte escribió el libro “ El diablo amoroso” relacionado con los trabajos propios del Arcano, y cabe decir que fue un gran profeta, cumpliéndose sus profecías con exactitud.
Del Conde Cagliostro, se comenta que fue un hombre de edad indescifrable, un verdadero Maestro de la alquimia, que consiguió el elixir de la larga vida.
Este insigne alquimista fue discípulo del Conde San Germán, Cagliostro, fabricaba diamantes de un grado de pureza muy elevado, viajó por distintos países y utilizó distintos nombres, como fueron, por ejemplo: Tis Chio; Milissa; Belmonte; D´anna; Fénix; Pellegrini; Balsamo; Mesmer; Harut y Cagliostro.
Se decía de él que no era bello, pero con una fisonomía perfecta y de mirada sobrenatural.
Cagliostro fue uno de los muchos alquimistas que sufrió la injusticia de la época, y es aquí donde toma valor esa frase socrática que dice: “Más vale ser víctima de una injusticia que cometerla”.
El conde San Germán ya citado, tiene el don de lenguas, hablando por lo tanto, todos los idiomas del mundo. Vive con su cuerpo físico en el Tibet y dirige la política del mundo (Así coinciden distintos Maestros de la Logia Blanca y en particular El Maestro Samael Aun Weor nos lo confirma.).
Por todo esto, el camino de la iniciación es solo para quienes tienen su mirada puesta en lo más alto...
Desde las escuelas Esenias, pasando por las de Alejandría, las enseñanzas de Pitágoras, misterios Egipcios, Roma y sin olvidar la sabiduría de los pueblos Americanos, como Mayas, Incas, etc., todos han hecho alarde de las bondades que la filosofía de los iniciados les han entregado, supieron pasar de la forma al origen y no se quedaron hipnotizados por el fenómeno, como por desgracia, hemos sido víctimas los habitantes de esta época caduca y degenerada.
No queda otro medio para alcanzar la iniciación que trabajando en el laboratorio interior. Con el fuego; simbolizado por el león. El aire; por el águila. Las aguas; por el hombre. Y la tierra; por el toro.
Es sabido por todos que a los cuatro Evangelistas; San Mateo, San Marcos, San Lucas y San Juan, se les representa con los símbolos mencionados del Fuego, Aire, Águila y Un ángel u hombre.
¿Será casualidad o causalidad? O tal vez, ¿una consecuencia del esoterismo cristiano?
Por otra parte, en Egipto, vemos a la Esfinge representada también por estos cuatro elementos.
Las garras del León haciendo alusión al fuego; las pezuñas del Toro referencia de la tierra; las alas del espíritu al elemento Aire y la cara del hombre el elemento acuático.
Emblemas que los iniciados de Egipto conocían
perfectamente. Más sin embargo hoy en día se sigue visitando estos centros, no
como medio para
cultivar el Espíritu, sino más bien como un pasatiempo... “La Vida es Sueño” dice Calderón de la Barca.
Siempre han existido escuelas exotéricas, así como cofradías de misterios, donde la iniciación era su objetivo primordial.
Han sido escuelas o asociaciones de hombres y
mujeres que indagaron en silencio. La entrada a éstas reuniones era muy
selecta, y solo después de haber probado que su anhelo más puro era conocer los
misterios, les permitían participar y trabajar de manera vigilada, para que no
se profanara el Arcano.
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