Los gitanos fueron quienes introdujeron las cartas de tarot en Europa y la lectura de las líneas de las manos; reconocidos fabricantes de ilusiones, así como de talismanes y pócimas mágicas.
Cuestiones que más tarde pude ir deduciendo.
Los gitanos fueron quienes introdujeron las cartas de tarot en Europa y la lectura de las líneas de las manos; reconocidos fabricantes de ilusiones, así como de talismanes y pócimas mágicas.
La voz del nano que sacude los versos de Machado, refuerza el
espíritu de romanticismo que acompaña desde siempre a estos
personajes e inspiro a poetas a cantar sus desdichas tan apasionadas
como sus alegrías.
¨ ¿Quién me presta una escalera,
para subir al madero,
para quitarle los clavos
a Jesús el Nazareno?
¡Oh, la saeta, el cantar,
al Cristo de los gitanos,
siempre con sangre en las manos,
siempre por desclavar!
¡Cantar del pueblo andaluz,
que todas las primaveras,
anda pidiendo escaleras
para subir a la cruz!¨
La situación, sin embargo, se modificará totalmente muy pronto y la actitud anti-gitana será la más extendida, especialmente durante el siglo xvii. Como ha señalado con toda exactitud Julio Caro Baroja, la visión que de ellos tenían los hombres de los siglos xvi y xvii se corresponde, aproximadamente, con la siguiente división en cuanto a las actividades: «los hombres son:
1) ladrones, cuatreros y tratantes en bestias;
2) fabricantes de útiles de hierro;
3) prestidigitadores y volatineros.
Las mujeres son hechiceras y echadoras de la buenaventura o bailarinas y recitadoras, según la edad, la belleza 6 y el genio» -
En esos inconmensurables momentos compartidos con ellos, me explicaron y me hicieron vivificar historias que me resultaron de las más interesantes que me hubiera podido imaginar; acompañadas de esa calidez bien sentida que porta cualquier humano que se precie de bueno; cuando los descubrimos sin querer en los rincones en que menos hemos fantaseado.
Y así ha sido mi relación con ellos, de excelencia, de exultante seducción, de equivalente estremecimiento cuando mis ojos perciben en la cercanía algún pañuelo de color o algún mazo de tarot.
Escuchándola hablar a Samara, los minutos se me escurrían tan velozmente que siempre quedaba sorprendida y sintiendo que aun tenía ganas de más.
Sus relatos fueron para mí los más bellos, los más alegóricos y también los más profundos; ella fue quien me desembrolló la incógnita de la famosa…
Un caso muy significativo a este respecto es el de Beatriz Montoya, procesada en tres ocasiones por prácticas supersticiosas en el tribunal de Valencia.
A pesar de la pena de destierro que le fue impuesta, y de la gravedad que revestía el hecho de quebrantarlo, la gitana insiste una y otra vez en volver al pueblo donde había fijado su residencia k b)
En segunda instancia, es preciso tener en cuenta las características de los delitos cometidos por los gitanos desde el punto de vista religioso. Como podemos apreciar también en el Apéndice, el número más importante corresponde a mujeres procesadas por prácticas de tipo supersticioso: buscar tesoros, decir la buenaventura, y otras actividades similares de las que hablaremos a continuación.
Luego encontramos un número relativamente importante también de Beatriz Montoya fue procesada en 1711 en compañía de su tía y maestra, la no menos sorprendente María Montoya, alias «la tía Montoya».
Más tarde fue capturada en 1718 y 1736. Se le impusieron penas de cárcel y destierro, uno de los cuales pasó en Sigilenza en compañía de su marido Cayetano Bustamante, pero siempre lo quebranté para volver a su residencia de Valencia.
Hechizos y conjuros entre los gitanos y los no-gitanos, blasfemos y blasfemas
—en este caso, no puede decirse que exista una mayor inclinación a este delito entre los hombres que entre las mujeres, aunque sí parece,
Maldición Gitana
Despaciosa y tranquilamente me hacía referencia a cerca de lo
que su abuela le contaba de niña en relación a los deseos y
pensamientos.
Era de vital importancia el no expresar malos sentimientos con respecto a otras personas o situaciones.
Y casi con un histrionismo sorprendente me confesaba su inseguridad al pensar
en como una palabra, o quizás una frase podía alterar positiva o
negativamente la realidad de sus semejantes.
Con la sabiduría de sus ancestros y la viva necesidad de transmitir un legado cultural que lo siga identificando como gitanos; la abuela le justificaba el argumento diciéndole que todos quienes creen en la dimensión espiritual, no solamente creen en el poder de la
palabra; si no que la propia realidad es el claro resultado de la palabra divina; porque al principio era el verbo, y a partir de él se separaron las aguas del cielo y la tierra; originando el orden universal que aún prevalece reinando como el resultado de la expresa voluntad de Dios materializada a través del verbo.
Mundialmente es conocido el temor a la maldición gitana; que al parecer simboliza un hechizo muy difícil de romper. Es también común observar que cuando hace su colorida aparición en algún sitio la falda gitana, la gente apresurada se aleja de ella; y quien no puede lograrlo, casi con resignación, prefiere entregarle una joya o dinero, a cambio de no escuchar la despiadada maldición.
Esta abuela le relataba que en el cielo a cada minuto se oía el sonar de una campana; y que si justo y exactamente el tintinear coincidía con la manifestación de un deseo, iba a ser voluntad de Dios que esa petición fuera otorgada.
Desde esa antiquísima leyenda, haciendo abuso de tal certeza y a sabidas cuentas del temor que imprimen en las personas, es que proliferan sus reniegos cuando se les responde con indiferencia o no se tiene voluntad de colaborar con ellos.
El vigor de la palabra se refleja en testimonios de todas las épocas; imprimiendo en cada una de ellas la certeza que emanan de quien las pone en su boca; pudiendo tratarse simplemente de una idea, una opinión, una creencia, una convicción o una impronta; resultando totalmente claro que, a mayor fuerza, mayor potencial constructivo o destructivo generan a su alrededor.
Infinidad de veces, la impotencia, la ira.
Gracias por compartir Carolina.
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