jueves, 12 de septiembre de 2024

CURSO DE ALTA MAGIA BLANCA PRACTICA. Día 116

CAPITULO XI. LAS DIFERENTES OPERACIONES MAGICAS Parte I

TRANSMISION.

 


Se entiende por transmisión a cualquier intercambio fluidico dentro del C.E.U., con lo cual es algo que ya hemos venido practicando, sobre todo con el manejo de las energías fluidicas transmitidas a través de las manos hacia otra persona.

 

Hay otras formas de transmitir energía, principalmente haciendo uso del poder emisor de los Chakras, lo cual necesita de una labor de autoconciencia y de concentración interna para que tal capacidad alcance la resonancia suficiente y pueda así llegar al objetivo deseado.

 

Por ejemplo, si desea ponerse en comunicación mental con alguien, colóquese en una postura en la cual su columna vertebral esté erguida y se encuentre usted sentado cómodamente sobre un tapete en el suelo. Realice el mudra triangular con los pulgares y los índices y póngalo frente a su entrecejo. Entonces, tome conciencia del plano o nivel del sexto Chakra, primero sintiendo que su tercer ojo se abre progresivamente o, lo que es lo mismo, que su sexto chakra se amplía. Posteriormente, vaya percibiendo con una cada vez mayor naturalidad que el plano psíquico en el cual su sexto Chakra vibra, es en realidad un espacio que se prolonga por todo el universo infinito, con lo cual todos los seres son y existen también en el nivel del sexto Chakra. Obviamente, sabemos que dentro de un plano o nivel del universo existen prácticamente infinitos subplanos, con lo que ahora usted precisa modular o sintonizar para "buscar" la frecuencia deseada. A menudo, hay quien confunde la telepatía con una especie de "conversación telefónica sin cable", pensando que es relativamente fácil desarrollar una conversación concreta y en un plazo de tiempo determinado mediante la simple transmisión del pensamiento. Sin embargo, habitualmente los estudiantes se encuentran con la desilusión de que tales "coloquios" telepáticos en realidad son muy limitados, e inclusive ni siquiera llegan a presentarse.

 

Esto se debe a un error de base en la comprensión del proceso telepático, pues hay que entender que el componente tiempo es algo tremendamente elástico en el nivel de los planos sutiles. Por tanto, la verdadera comunicación telepática en ocasiones posee un efecto "retardado" o también, aunque parezca sorprendente, "por adelantado". Es decir, si usted decide ahora transmitir un mensaje de carácter elevado o espiritual a un amigo, es posible que él lo pueda captar dentro de dos o tres días, de una manera espontánea, mientras se halla realizando su trayecto de autobús diario, por ejemplo; o, por el contrario, pudiera resultar que el mensaje que usted va a transmitir seguidamente, su compañero lo haya captado "AYER".

 

En síntesis, el proceso de transmisión hay que entenderlo dentro del plano en el cual se produce, y el nivel del sexto Chakra está caracterizado por la omnipresencia, así como por una presencia más allá del espacio lineal.


INVOCACION.

 

En este Curso se incluyen también prácticas de invocación planetaria y a diferentes fuerzas de la naturaleza. La primera idea que nos viene a la mente al respecto es que, si pensamos o si hemos comprobado que las invocaciones funcionan, entonces es porque el ser humano tiene permitido el atributo de invocar o de convocar a ciertas fuerzas sutiles. Efectivamente así es, aunque hay que entender que si bien gozamos de cierta confianza por parte del universo para participar en la dirección de sus fuerzas, también es verdad que la citada confianza crece o decrece en función de la sinceridad y del uso que demos a nuestros actos de invocación. Así, "si se cita a la mesa" a determinadas energías sutiles solamente en plan de juego o para presumir con los amigos de poderes "raros", entonces seguramente nos encontraremos con la sorpresa de que "la fuente se seca", quizás por largo tiempo. Esto lo pueden confirmar muchas personas que en determinados momentos de su vida han tenido capacidades de carácter espiritual manifiestas, pero que en un momento dado las pierden por alguna actitud de soberbia o de presunción.

 

La invocación, por tanto, es un acto sencillo, en el cual el lenguaje usado ha de ser claro, y relacionado de forma analógica con la fuerza superior a la cual se quiere convocar. Es decir, si se cita el concepto de luz dorada, entonces nos estamos refiriendo a algo que en el plano simbólico afina con el Sol, mientras que si hablamos de "viento de verdad y conocimiento", obviamente estaremos conectando con Hermes Mercurio.

 

Las invocaciones no tienen por qué ser largas, y en ningún momento está limitado o restringido el hecho de solicitar dones para otras personas o, inclusive, para uno mismo. Es precisamente un ejercicio de discernimiento y de sabiduría el saber en qué momento es conveniente realizar una invocación y cuándo es sencillamente el tiempo para trabajar y esforzarse con nuestras propias facultades humanas. Así se alcanza el equilibrio entre el llamamiento a lo sutil, y el trabajo de base en el día a día.


ORACION.

 

La oración es similar a la invocación, aunque por lo general la oración es más extensa y no pretende el atraer de forma directa a una fuerza sutil. Por tanto, la oración es algo más relajante, más reconfortante, y que sobre todo tiene como objetivo el generar una vibración interna de paz, de serenidad y de apertura psíquica. Así, el acto de la oración implica elevarse uno mismo sin mayores pretensiones de logros subsiguientes, aunque el estudiante de Magia y el Mago saben que la repetición frecuente de la oración genera un efecto benéfico de retorno sobre la persona o personas que la han venido practicando.

 

En cambio, la invocación se basa en una solicitud o pretensión directa enviada a los cielos con el fin de establecer un puente o canal de comunicación energético entre lo de arriba y lo de abajo; es así que la invocación no es algo de lo que se pueda abusar, pues evidentemente existe el límite de que nunca podremos recibir más de lo que nos hemos trabajado previamente.

 

La oración en cambio, es una práctica que tiene mayores efectos cuanto más frecuentemente se realice pero, eso sí, sin llegar a los extremos de pasar una o varias horas diarias realizando oración. Lo conveniente es rezar a la misma hora del día a lo largo de la semana, repitiendo una oración o una secuencia de oraciones, o bien, realizando cada día de la semana una oración diferente que de alguna manera esté encadenada con la anterior, para la próxima semana repetir de nuevo el ciclo, y así sucesivamente.

 

En cuanto a los contenidos de la oración, sería poco práctico aquí entrar en cuáles pueden ser las oraciones convenientes, pues cualquiera de los libros sagrados, tales como la Biblia, el Corán o el Bhaghavad Gita de los hindúes poseen infinidad de prédicas de un altísimo nivel espiritual, pues en buena medida han sido transmitidas por las entidades sutiles a los maestros y profetas que escribieron dichos textos sagrados.

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