viernes, 25 de abril de 2025

Programación y personificación de una piedra



Como ya se ha dicho en ocasiones anteriores, las piedras son fuentes energéticas, lo que les convierte en “seres vivos”. Por ello, las piedras, serían amigos, nunca posesiones, eso las convertiría en esclavas, y nunca podríamos usarlas para nuestros propósitos.

Lo importante es comunicarte con ella, hablar, solicitar su ayuda, plantearle tus intenciones. Esto no tenemos que hacerlo con todas las piedras que encontremos por el camino o que nos encontremos, sino tan sólo con aquellas que nos puedan servir para un fin específico en un momento determinado.


¿Cómo se hace esto?


Es muy sencillo. Nos preparamos para meditar. Cogemos la piedra y nos la situamos en el tercer ojo o en nuestra mano de poder (derecha para los diestros, izquierda para los zurdos). Apreciamos la piedra, la sentimos primero físicamente, notando que está ahí, para luego sentir la fuerza que ejerce sobre nosotros, hacemos que nuestra energía fluya hacia ella, y empezamos a “comunicarnos” con ella, esperando que esta, a su vez, nos devuelva energía.  En este momento, estamos conectada con la piedra, esta dispuesta a ayudarnos.

Ahora que hemos hecho esto no debemos guardar la piedra en un lugar oscuro y olvidarnos de ella, nunca debemos hacer eso, su energía menguaría muchísimo. Es conveniente llevarla siempre encima, ponerla en nuestro altar, o en una estantería para que su energía irradie.

Para personalizarla es muy sencillo el proceso. Basta con llevarla siempre encima, como he dicho antes, dormir con ella debajo de la almohada, usarla en nuestros rituales y/o usarla en nuestras meditaciones, así absorberá nuestra energía y será, no una piedra que va con nosotros, sino, una piedra que es parte de nosotros mismos, pero eso tiempo al tiempo, en dos días no podemos conseguir muchos progresos, pero con trabajo asiduo (que no digo duro, aunque también puede ser), todo esto lo controlaremos muy fácilmente.

Ahora toca el momento de hablar con la piedra. ¿Cómo hacemos esto? La cogemos con nuestra mano receptiva. Sentimos su energía y dejamos que nos cuente. ¿Su energía es cálida? ¿Quizás fría? ¿Masculina o femenina? ¿Nos sugiere alguna cosa?

Dejamos que las imágenes vayan surgiendo en nuestra mente, que nos cuente su historia, de donde viene, que nos cuente sus propiedades, su tipo de energía, si es de fuego, de tierra, de agua, de aire, si es una piedra de akhasa (el quinto elemento, el espíritu). Todo lo que te quiera revelar o seamos capaces de “ver”. Cuanto más practica tengamos con este ejercicio más sencillo nos será descubrir cosas. No nos deprimamos si al principio no conseguimos nada. Es normal, pero granito a granito se hace un castillo, así que recordarlo, aunque nuestros primeros intentos sean inútiles aparentemente, no será así, pues serán la base de algo muy grande, ya vereis.

viernes, 18 de abril de 2025

HISTORIA DE LA BRUJERIA Y WICCA PARTE XVIII

 


Resultan particularmente inquietantes las referencias a una "raza de brujas", por su sugerencia de que lo que podía haber sido una transgresión voluntaria por parte de los padres se convertía en un estigma metafísico en el hijo, lo que podía emplearse tranquilamente para justificar el genocidio.

 

El hermano Heinrich es una aterradora muestra de la clase de histeria que podemos esperar siempre que empieza a rumorearse sobre una conspiración extraña. Si hubiese sido un sacerdote de nuestros días, le encontraríamos excitando a los Caballeros de Colón locales contra el peligro comunista y escribiendo análisis profusamente documentados sobre los mensajes subversivos que pueden hallarse en la música de rock.

 

La Inquisición, que era normalmente un organismo investigador, recibió carta blanca del papa, y con su mortal eficiencia, Institutoris enseñó a Occidente cómo se debía cazar a los brujos.

 

Los documentos franceses y alemanes de los dos siglos siguientes dan testimonio del modo como las comunidades, una y otra vez, se diezman a sí mismas y luego rechazan con horror lo que han hecho. El Malleus presentaba a las brujas como hambrientas sexuales, y, tal como apunta H. C. Erick Midelfort en su propio trabajo sobre las cacerías de brujas, fue precisamente en este período cuando comenzó a desmoronarse el antiguo concepto del matrimonio y había más cantidad de mujeres solteras que pudieran provocar las sospechas de los oficiales al cargo.

 

Cuando la cacería cobró auge, no fueron las únicas víctimas las mujeres solteras o infieles. Como cada víctima debía confesar quién más se había rendido al Diablo, se formaron listas que incluían a hombres, mujeres, niños y ancianos. Los posaderos y las comadronas eran los que corrían mayor riesgo de ser nombrados en una primera ronda de acusaciones, pero pronto les siguieron los propietarios y hombres de negocios poco populares. Los encargados de la ley disidentes, en especial los que criticaban aquellos procedimientos judiciales, eran también blancos fáciles para sus colegas, pero con frecuencia caía en su propia red alguno de los perseguidores. La confesión de un perseguidor, nombrado quizás por sospechosos sedientos de venganza, acostumbraba a ser precursora de un último estallido de pánico, antes de que la comunidad reconociera lo absurdo de su postura. Incluso después de esto, tardaba años en desaparecer el faccionalismo causado por los juicios y entre el resquemor reinante aún podía producirse alguna nueva caza de brujas. ¡Y todo ello en nombre de la religión y del orden público!

 

Es importante advertir que a pesar de la descripción que tenemos de Heinrich Institutoris, la mayor parte de los juicios de Europa no fueron provocados por la Inquisición y que ésta hizo poco caso del extenso Malleus Maleficarum. Las divisiones que produjo en la cristiandad la Reforma Protestante solamente sirvieron para fortalecer la convicción de las comunidades francesas y alemanas de que el Diablo estaba interviniendo realmente, de un modo nuevo y aterrador, en los acontecimientos humanos. Protestantes y católicos, divididos en cuestiones doctrinales, convenían en que los que habían hecho un pacto con Satán habían cometido el peor de los crímenes humanos, algo tan horrible y tan oculto que justificaba el uso de procedimientos extraordinarios para su descubrimiento. Ninguna acción maléfica (maleficum), ni la asistencia física a un aquelarre, resultaba tan significativa para los perseguidores continentales como el hecho de que alguien, por lujuria o avaricia, hubiera renunciado a sus votos bautismales para convertirse en la presa del diablo.

 

Una de las ironías más persistentes de los juicios es que las confesiones se aceptaban como seguros indicadores de la extensión de la actividad diabólica dentro de una comunidad. Las brujas admitirían repetidamente que habían sido engañadas por el Padre de las Mentiras, porque el oro que les había prometido se convertía en bóñigas o trozos de loza, o los amores demoníacos resultaban más dolorosos que plancenteros. Incluso los aquelarres tenían que ser considerados posiblemente ilusorios. Pero cuando una persona, sin importar su edad o posición, era nombrada como bruja por varios sospechosos tenía que enfrentarse a su vez con los torturadores.

 

Casi nunca dejaba de decir un sospechoso lo que se esperaba de él y las circunstancias de su confesión eran empleadas para rechazar cualquier posterior retractación. La única alternativa -absolutamente inaceptable para aquellos hombres piadosos- hubiera sido admitir la posibilidad de que los propios juicios fueran una mentira.

 

Hasta ahora hemos estado hablando sobre el desarrollo de la leyenda de la brujería en las regiones de Europa en que se habían producido ya las persecuciones de los cátaros y los judíos. De entre las diversas teorías de cómo comenzó la locura de la brujería de aquel modo a finales del siglo xv, Trevor-Roper escoge la idea de que representaba el perenne conflicto existente entre los aldeanos de las llanuras y la población de las montañas, que generalmente era de distinto origen racial. Midelfort lo ve como una consecuencia de las dislocaciones producidas, en parte, por los cambios socioeconómicos de finales de la Edad Media y, en parte, por los conflictos entre católicos y protestantes que trajo la Reforma.

 

Y, desde luego, existen las viejas y ahora desechadas teorías de que los juicios fueron resultado de las frustraciones sexuales del clero o de la ansiedad de los perseguidores por confiscar las propiedades de los condenados. Lo que no debemos olvidar es que la idea medieval de la bruja venía evolucionando desde hacía siglos. Al principio, fue la clásica mujer vieja y fea, cabalgando en una escoba (como aparece en una ilustración del siglo xiii), con un demonio a su lado en forma de gato o sapo. En los siglos xvi y xvii, este estereotipo se desmoronó completamente. En esta nueva y peligrosa era se creía que el Diablo podía comprar la adoración de cualquiera. El gran astrónomo Kepler, por ejemplo, no pudo impedir el arresto de su propia madre por bruja, que murió en la prisión antes del juicio, quizá por fortuna para ella. Al principio del siglo xvii, un grupo de monjas ursulinas de un convento de Loudun mostraron algunos signos de posesión demoníaca, y un cura impopular, Urban Grandier, fue ejecutado como el hechicero que había vendido sus almas al diablo. Sí, Satán se encontraba en todas partes, incluso dentro de la propia iglesia.

 

Yo estoy de acuerdo con la teoría de Midelfort de que las cacerías de brujos en general eran el reflejo de una inseguridad, al ir dejando paso la era medieval a la moderna ,pero una cacería de brujas podía también producirse simplemente porque una comunidad, sabedora de su existencia por todas partes, creyera haber encontrado pruebas de haber sido atacada por el Diablo.

 

Lo que ocurrió en Salem, en la colonia de Massachusetts,es un buen ejemplo. En conjunto murieron menos de cincuenta personas en América por cargos de brujería, pero veinte de ellas eran de Salem en el horrendo pánico de 1692.

 

Para comprender a Salem debemos advertir que, en los siglos xvi y xvii, Inglaterra y sus colonias parecían mucho menos preocupadas por la brujería que la Europa continental.

 

Nunca existió, por ejemplo, la preocupación por la herejía que se había convertido en la sustancia de los juicios continentales, y no se empleaba la tortura para extraer la clase de confesiones que han perpetuado las cacerías de brujas en Francia y Alemania.

 

-El libro de Chadwick Hansen, Brujería en Salem, es un esfuerzo tardío para librar a los jefes puritanos de Massachusetts, especialmente a Cotton Mather, de los cargos for-mulados contra ellos por cronistas no simpatizantes. Lo que ocurrió, según él, fue que ciertas chapucerías en el terreno de la adivinación provocaron reacciones histéricas en una pandilla de adolescentes. La acusación inicial de brujería pareció justificada cuando una de las mujeres acusadas por las muchachas (Tituba, una esclava india caribe) confesó libremente su diabolismo. Las investigaciones que siguieron proporcionaron pruebas que sugerían que otras personas de las que fueron después juzgadas habían practicado la brujería, llegando incluso a la magia negra, pero esto, de por sí, no hubiese diferenciado a Salem -o a sus juicios- de cualquier otra comunidad americana o inglesa.

 

Lo que distinguió a Salem fue que los tribunales optaron por aceptar la "evidencia espectral" -las descripciones dadas por las muchachas de cómo "veían" a varios miembros de la comunidad intentando acciones maléficas contra ellas- en contra de la opinión públicamente expresada de Cotton Mather, que ya había tratado antes con éxito casos semejantes de histeria. Puesto que la histeria medra con la atención, cierto número de hombres y mujeres fueron acusados, convictos y ejecutados antes de que los jueces comprendieran que aquellas acusaciones que se iban multiplicando, y que pronto alcanzaron a los más influyentes ciudadanos de la comunidad, tenían que ser falsas.

 

Este giro de opinión pisoteaba los fenómenos que habían precipitado los juicios, y la experiencia de Salem fue un factor que influyó en la renovación de las leyes inglesas, que pusieron término a semejantes persecuciones. Los brujos podían seguir siendo arrestados, pero solamente como impostores.

LAS CORRESPONDENCIAS MÁGICAS Parte 12

 


A la hora de empezar el hechizo he seguido todos los pasos. He practicado “El Ejercicio de Enraizamiento” y la “Escala Numérica” para concentrarme. Una vez tranquila he comenzado el ritual. He encendido las velas negra y blanca y el incienso. A continuación he recitado “La Oración del Arte Mágico” pero pidiendo ayuda a la Diosa Luna. De entre todas las diosas he escogido a Artemisa, pues conozco su mito y me siento identificada con ella.

He puesto mis manos sobre el hechizo y he recitado una oración pidiendo protección. Me he visualizado cubierta por una luz blanca y plateada procedente de la Luna. Me he sentido protegida y feliz, como si la Diosa extendiera su manto de luz sobre mi cabeza. Después de hacer esto he tocado el velón morado pensando en mi deseo. Como no quiero entrar en batalla, sólo me he centrado en sentimientos de paz, independencia, seguridad y felicidad. A continuación he rezado a mis espíritus protectores y he notado que las velas chisporroteaban. Creo que ha sido una señal de advertencia, de modo que procuraré ser prudente.

Para concentrar la energía he empezado a entonar un cántico de las diosas que he encontrado en Internet. Este cántico se conoce como la canción de Core. Consiste en repetir el nombre de siete diosas de forma repetitiva. Cuando lo encontré me gustó mucho, de modo que he empezado a repetirlo pensando en mi protección: “Isis, Astarté, Diana, Hécate, Deméter, Kali, Innana”. Al entonarlo parecía que estaba invocando a las diosas antiguas, pero me he sentido poderosa y feliz. Para no despistarme he vuelto a concentrarme en el manto de luz que me protege.

A la hora de proyectar la energía he levantado mis manos hacia el cielo, y he extendido “el manto de luz” sobre todo mi cuerpo (como cuando extiendes una sábana sobre ti). He trazado una cruz de brazos iguales sobre mi corazón para sellar la luz y he afirmado: “Protégeme oh Gran Madre, que yo me refugio en Ti”.

Después de hacer esto he puesto mis manos sobre el ritual y he repetido la palabra “protección” durante unos minutos. Al terminar he dado tres palmadas en el aire para liberar la energía y he sentido que mis espíritus me escuchaban. He finalizado el ritual dando las gracias y me he sentido protegida.

El ritual lo he practicado tres noches seguidas. Al cuarto día he recogido el colmillo de jabalí y me lo he puesto como colgante. Es pequeño, de modo que no llamará la atención. La sal del círculo la he puesto en una cajita de madera, encima he añadido las flores y he puesto mi foto y el papel con mis datos. Se me ha ocurrido añadir unas gotas de esencia de Mirra a la sal, y ahora la caja huele a Mirra. La cajita la tengo guardada en mi habitación, en el cajón de la cómoda.

El hecho de practicar el ritual, involucrarme en mi petición, llevar mi colgante y trabajar con la Luna me ha cambiado. Ahora no me siento cobarde ni víctima de las circunstancias. Sé que voy a estar bien porque tengo el poder vibrante de la Diosa Luna en mi interior.

Ha pasado un mes desde que hice mi hechizo. Esta semana no he podido ir a trabajar porque tengo la gripe. Lo más curioso es que esta mañana me ha llamado mi jefa para decirme que ha ocurrido una desgracia en el trabajo. A causa de las nieves que han caído el techo de la oficina se ha derrumbado y ha destrozado las estanterías y los ordenadores. Nadie ha salido herido, pero lo terrible es que ése lugar era donde yo me sentaba. Mi jefa me ha dicho: ¡creo que te has salvado de una buena!

Creo que mi hechizo ha funcionado porque estoy sana y feliz. Quizás la gripe fue el mecanismo que me envió la Diosa para protegerme y no morir aplastada. Me siento afortunada, pero también un poco rara al ver lo que podría haber ocurrido. Cada día que pasa me acuerdo del hechizo y sigo llevando mi colmillo de jabalí como amuleto.

¡Gracias Diosa Luna por tu ayuda!”

-Carta de un caso real 2017-

En este caso vemos lo que hizo una bruja actual para pedir protección. A través de las correspondencias ella practicó un hechizo para mantenerse protegida. En este caso la mujer personalizó el hechizo añadiendo visualizaciones sobre su propia persona. En lugar de centrarse en los demás, visualizó su cuerpo protegido. También incluyó un amuleto de jabalí para llevarlo encima y personalizó el ritual invocando a la diosa que más le atraía. Ella supo personalizar su ritual, hacerlo suyo y obtuvo una buena protección.

Combinar correspondencias y usarlas en tus hechizos es un arte que te permite diseñar rituales según la necesidad. La clave no está en añadir muchas cosas sino en usarlas con plena consciencia. Fíjate que en este caso la bruja no incluyó cartas, direcciones, metales, ni elementos. Tan sólo usó las velas del altar, flores, sal, un velón morado, esencia de Mirra, oraciones y visualizaciones. La magia no ha de ser complicada para funcionar. Puede ser muy sencilla y efectiva si se practica desde el corazón.

Por último te diré que las correspondencias no hacen la magia. La magia la haces tú. Si estás llenando tu altar de cosas porque piensas que las correspondencias harán el trabajo, ¡detente! Las correspondencias son ayudas para concentrar tu energía, pero el trabajo energético has de hacerlo tú.

A lo largo de los años he practicado cientos de hechizos para todos los casos. Algunos incluían muchas correspondencias y otros ninguna. Observando mi historia entendí que las correspondencias me ayudaban especialmente cuando me sentía alejado de mi deseo o cuando me sentía disperso. En cambio cuando tenía claro lo que quería, no necesitaba incluir tantas. Si quieres practicar hechizos observa las correspondencias que usas. Observa lo te funciona mejor en cada momento y actúa de acuerdo a tu “Yo Sabio”. Cuanto más hagas esto, mejor será tu magia.

Piedras naturales para superar el duelo

1. Cuarzo rosa: piedra del corazón

En el mundo de la curación con piedras y/o cristales, el cuarzo rosa es una de las mejores piedras que puedes usar para curar el chakra del corazón. Trabajar con el cuarzo rosa ayuda a disolver el dolor en tu corazón y lo reemplaza con sentimientos de amor y aceptación. Busca la suave energía de este cuarzo rosa si deseas iniciar una sanación emocional.

2. Obsidiana negra: piedra de protección

En tiempos de duelo, las emociones pueden abrumarte. Para protegerte de ser consumida/o por la negatividad, trabaja con la piedra de obsidiana negra. Esta piedra es conocida por su cualidad protectora de energía que puede rodearte y limpiar tu aura de tristeza y/o dolor-

3. Malaquita: piedra de transformación

La malaquita es una hermosa piedra verde que ayuda con la transformación emocional. Si estás lista/o para dejar ir tu dolor, trabaja con la malaquita. Te ayudará a liberar el viejo dolor y dar paso a un nuevo crecimiento.

4. Amatista: piedra purificadora

Cuando estás abrumada/o por emociones intensas, la amatista trabaja para limpiar tu aura de cualquier sentimiento no deseado. Esta piedra también funciona muy bien si te sientes perdida/o o confundida/o, aportando claridad a tu mente y calmando tus emociones.

5. Cuarzo cristal / transparente: maestro sanador

El cuarzo cristal, también denominado cuarzo blanco o cuarzo transparente, es conocido como «el maestro sanador» y puede usarse para cualquier tipo de sanación, incluida la sanación emocional. Si tienes problemas para dejar de lado tu dolor, lleva una joya con cuarzo cristal y permite que su energía fluya a través de ti. Esta piedra también ayuda a amplificar la energía de otras piedras del duelo, lo que la convierte en una gran piedra para usar en combinación con otras.

6. Piedra lunar: piedra de nuevos comienzos

La piedra lunar es una piedra hermosa que se asocia con los nuevos comienzos. Si estás lista/o para comenzar a superar tu dolor, lleva joyas con piedra lunar. Te ayudará a liberarte del pasado y abrirte a nuevas posibilidades.

7. Lepidolita: piedra de transición

La lepidolita es una gema de color lila conocida como la «piedra de transición». Ayuda a aliviar el dolor de la pérdida y facilita una transición suave a la siguiente fase de la vida. Si estás luchando contra el dolor, la lepidolita puede ayudarte a aliviar tu tristeza y generar sentimientos de esperanza y renovación.

Cómo usar las piedras naturales para superar el duelo

Ahora que sabes qué piedras son mejores para superar el duelo, es hora de aprender a usarlos. Aquí hay algunas formas en que puede trabajar con piedras en tu vida diaria:

  • Lleva contigo una joya con la piedra deseada durante todo el día. Es la mejor manera de estar en contacto permanente con la piedra y sus poderes.
  • Coloca piedras en tu casa u oficina. Crea un espacio dedicado a la curación y la relajación.
  • Usa piedras naturales durante la meditación. Sostén una piedra en tu mano o colócala en tu cuerpo para ayudarte a conectar con su energía.

Las piedras pueden ser una gran herramienta para ayudarte a superar el duelo. Funcionan como un excelente compañero para apoyarte en momentos de pérdida y tristeza. Al trabajar con su energía, puedes empezar a sanar tu corazón y seguir adelante con tu vida.

HISTORIA DE LA BRUJERIA Y WICCA PARTE XVII

 


El hecho de que los teólogos siguieran debatiendo los detalles de la brujería (¿eran los aquelarres de los brujos una alucinación o una horrenda realidad?) pudo ser un factor que contribuyera al declinar de los juicios en masa, a finales del siglo xvli, pero raramente ayudó a los acusados de brujería. El brujo era condenado por lo que era, no por lo que hacía. Para la iglesia era tan pecaminoso complacerse en una orgía

 

enteramente imaginaria como asistir en persona a semejantes jaranas.

 

Si no olvidamos que la hechicería había sido punible incluso en la Roma pagana, comprenderemos mejor cómo juicios que se aceptaban cuando estaba a punto de expirar el imperio romano, con el transcurso de varios siglos pudieron llegar a convertirse en una carnicería legalizada de gigantescas proporciones, una avalancha que terminó con los últimos reductos de la libertad personal.

 

Lo trágico fue que solamente cuando esto ya hubo ocurrido comenzó a dar la vuelta la opinión pública y cesó la histeria. ¿Cuántos murieron antes de eso? Muchos escritores aceptan las exageradas cifras de perseguidores extremadamente celosos y hablan de nueve millones de muertes ; la horrenda cifra de doscientos mil parece acercarse más a la verdad.

 

La leyenda de la brujería, como un mal distinto de la mera hechicería, empezó a cobrar impulso en el siglo vIII. En 1022, en la ciudad francesa de Orleans, se celebró un juicio por herejía en el que se citaron las acusaciones de orgías sexuales y canibalismo, que ya habían empleado los romanos contra los cristianos y los cristianos contra los judíos. También se hablaba del transporte instantáneo a rituales obscenos, en que se adoraba al Diablo bajo la forma de un hombre negro (una acusación que entonces no tenía un carácter particularmente racista, aunque pudo dar origen a un posterior racismo).

 

En 1335, la Inquisición celebró en Toulouse y Carcassone, antiguos centros heréticos, varios juicios notables por dos razones. Primera, el empleo del término "sabbat" para indicar unos días específicos para el culto; segunda, la aplicación de la tortura para la obtención de las confesiones necesarias,, para que los sospechosos pudieran ser entregados por la iglesia al estado, "el brazo secular", para su ejecución. Siglo y medio después, los procedimientos y los cargos de los juicios no eran tan frecuentes como algunos deseaban. En realidad, casi siempre parecía que los

 

representantes locales de la ley no llegaban a apreciar la enormidad de la conspiración diabólica que existía desde el advenimiento del siglo xv y era preciso que los despertara un perseguidor entusiasta.

 

El Joseph McCarthy que requería la época resultó ser un enérgico dominico de edad media, llamado Heinrich Kramer, conocido también como Institutoris. Al parecer, se trataba de un hombre bastante despiadado, que se había hecho con amigos muy poderosos en Roma, y a través de ellos consiguió en 1474 un nombramiento papal como Inquisidor para el sur de Alemania. En 1476, Institutoris se hallaba sumergido en su afán de cazador de brujos, pero con frecuencia se encontraba con las manos atadas por los requisitos de procedimiento que restringían el alcance de la Inquisición.

 

Diez años después de su nombramiento, Institutoris obtuvo un documento del papa Inocencio VIII, por el que le concedía a él y a su camarada inquisidor, Jacob Sprenger, plena autoridad para la caza de brujos, liberando así a su peculiar tribunal eclesiástico de los límites impuestos por magistrados y obispos más conservadores. Dos años más tarde, Institutoris persuadió a Sprenger, que era también pro-fesor de teología en Colonia, para que prestara su nombre como coautor de un nuevo tratado, Malleus Male ficarum (El Martillo de los Brujos), con el que Institutoris esperaba recuperar parte de la reputación perdida a causa de sus excesos.

 

 

No contento con obtener la colaboración de Sprenger, Institutoris también hizo parecer (aparentemente por medio de falsificación) que la prestigiosa facultad teológica de Colonia refrendaba la obra, cuando en realidad solamente

 

cuatro profesores se mostraron dispuestos a aceptar su extremismo. No transcurrió mucho tiempo antes de que riñeran Institutoris y Sprenger, que al parecer era algo más razonable, y por fin, después de que los dominicos le expulsaran de Alemania, el papa halló un nueva misión para Institutoris en Europa Oriental.

 

Lo trágico es que el Malleus, reimpreso varias veces, y que era un libro con estilo formal de las discusiones medievales, se convirtió en la clásica referencia para todo

 

aquel que quisiera ver brujos en su patio trasero. A los escépticos, les resultaba más fácil ignorar que refutar... y, después de todo, había sido impreso incluyendo una bula papal y una carta de aprobación de la famosa facultad de Colonia, documentos capaces de intimidar a cualquiera.

 

La parte más sabrosa del libro consiste en la consideración de la creencia de que los demonios pueden funcionar como compañeros sexuales (los íncubos y súcubos) y de que las mujeres, dada la perversidad de su naturaleza y lo insaciable de su lujuria, se mostraban dispuestas a aceptar las delicias de aquellos amores demoníacos. Es obvio que una mujer que desee el contacto sexual con un ángel caído es capaz de los más abominables crímenes, pero Institutoris se especializó en pintar su afición al aborto y al sacrificio de infantes, lo que fue empleado más adelante contra muchas infortunadas comadronas, al llegar la histeria a su punto álgido.

 

Además, los brujos no solamente causaban la impotencia (un tema que se repite curiosamente en toda la primitiva literatura sobre la brujería), sino que incluso podían simular una castración en los desgraciados hombres que se enfrentaban con ellos. Todo eso,añadido a los desastres acostumbrados del mal tiempo y las peores cosechas.

 

Hay que advertir que no se cita el término "sinagoga", probablemente porque aún no había llegado a calar en la traducción popular alemana con la que estaba más familiarizado Institutoris, pero quizá también porque podía haber resultado contraproducente. La Inquisición, tal como la concebía aquel dominico obseso sexual, estaba interesada en el descubrimiento de las mujeres que habían tenido relaciones sexuales con demonios y que, con el fin de proseguir con sus infernales amores, consentían en actuar como instrumentos para la destrucción de sus vecinos cristianos.

 En consecuencia, cualquier contratiempo personal, especialmente de tipo sexual, debía bastar para animar a un "testigo", cuyo anonimato era protegido durante todo el juicio, a denunciar a una bruja. Las cacerías de brujas, tal como indica H. R. Trevor-Roper en su propio análisis del perío-do, no hicieron más que heredar la lógica de los pogromos que a principios de siglo habían devastado la misma parte de Alemania en que apareció el Malleus.

 

LAS CORRESPONDENCIAS MÁGICAS Parte 11


Lo bueno de hacer magia a través de las correspondencias, es que puedes incluir diversos símbolos unidos por la afinidad del objetivo. Por ejemplo: imagina que necesitas hacer un hechizo para mejorar la salud. Al revisar el listado ves que hay muchas herramientas que puedes usar. Analizando la información decides incluir símbolos que sean familiares para ti. Escoges un mantel azul para el altar, incluyes velas verdes, plantas de salud, un símbolo de la medicina y añades una foto tuya. Como símbolo de la divinidad, has pensado incluir una imagen de la Madre Tierra, a la diosa griega Higia y la Madre María. Aunque estas deidades no están vinculadas entre sí por la tradición, tú sabes que las tres trabajan bien la petición. Las tres están vinculadas a la salud, por lo tanto las incluyes en tu hechizo.

Las correspondencias se unen en tu ritual gracias a la intención que tú tienes. Ellas te ayudan a enfocar tu petición, de modo que a la hora de añadirlas céntrate en la vibración que te aporta cada una. Si piensas que no es bueno mezclar imágenes porque dañará tu magia así será. Y si piensas que todas te ayudan porque representan salud, así será también. Acepta que la magia está en tu consciencia y actúa de acuerdo a lo que sientas.

Te diré, que yo no tengo problemas en combinar diversos poderes en un mismo hechizo para lograr un mismo fin. Aunque esos poderes vengan de culturas diversas, pueden funcionar, sobre todo si comprendes que las fronteras no existen. Si todas las correspondencias trabajan por la causa, te ayudarán en tu magia. La clave para que así sea depende de ti.

Si al leer esta lección te apetece crear tus propias correspondencias, busca información acerca del propósito que persigues. Si buscas correspondencias para mejorar tu videncia, analiza qué elemento resuena con ésa cualidad, qué planeta lo rige, qué día, color, plantas, minerales, etc, vibran en sintonía con ésa petición. Cuanto más te informes más larga será tu lista de correspondencias y mejor funcionará.

Con los dioses y diosas haz lo mismo. Busca una deidad que resuene con la petición y que sea positiva. Para descubrirlo lee mitología, consulta enciclopedias de religiones o mira por Internet. En el caso de las deidades te recomiendo escoger una diosa o dios, que verdaderamente te atraiga. No todas las diosas y dioses mitológicos tienen un cariz positivo ni aman a la humanidad. De modo que trata de escoger una deidad que te aporte armonía.

Para que veas cómo se usan las correspondencias te mostraré un caso real.


LA BRUJA QUE INVOCÓ A LA LUNA PARA PROTEGERSE


Y salvó su vida del peligro

“He pensado en hacer un hechizo de protección. Me encuentro en plena batalla laboral y algunos compañeros están siendo hostiles conmigo. Siento que mis defensas espirituales están bajas, de modo que estoy decidida a practicarlo. Antes de ponerme a la acción he consultado el Tarot y he preguntado:

¿Si hago un hechizo de protección saldrá bien?

Las cartas son favorables y en el centro sale la Luna. Sé que la Luna es la patrona de las brujas, de modo que he decidido incluir a una diosa lunar en mi hechizo. Para hacerlo voy a esperar a Luna Llena, pues quiero contar con su presencia. Para darle forma al hechizo he puesto un plato de pizarra sobre mi Pentáculo. En él he formado un anillo con sal, pues sé que la sal representa justicia y protección.

En su interior he puesto una fotografía mía, un papel con mis datos personales y un colmillo de jabalí. Mi tío es cazador y me ha conseguido un colmillo natural. También he incluido plantas protectoras. He recogido Ruda y Geranio del jardín y las he puesto alrededor de la foto. Para darle un toque mágico he añadido un velón morado ungido con esencia de Mirra. Todavía me huelen los dedos al perfume y me siento muy bien.

A la hora de realizar el ritual voy a seguir el formato del hechizo de la vela y los nudos, pero en lugar de hacerlo durante siete días he pensado en hacerlo durante los tres días de Luna Llena. He consultado el calendario porque sé que pronto llegará. La Luna Llena es el día 15 de este mes, de modo que haré el ritual el 14,15 y 16 por la noche. Así aprovecharé la energía lunar en todo su esplendor.

CURSO DE ALTA MAGIA BLANCA PRACTICA. Día 175



Nuestras sociedades actuales necesitan precisamente el aprender más de las personas que destacan en los diferentes campos de la actividad humana, y de no poner obstáculos para que cada persona desarrolle lo máximo de sí misma individualmente. Hoy en día, se tiende mucho a la cultura masificada, en buena medida transmitida por el cine y por la televisión, y esa cultura masificada y mediatizada por determinadas modas y costumbres, por lo general consumistas, no es precisamente una buena base como para ser creativos y superar la mediocridad que hoy en día se halla instalada en todos los campos: artístico, filosófico, político, etc.


"Primero hay que aprender a andar antes de comenzar a correr". Esto es algo que suelen repetir muchos hombres de negocios cuando hablan acerca de sus experiencias pasadas y de su desarrollo como hombres del mundo económico. Recordemos a este respecto la ley del Ritmo. Hay que ir con ritmo, lo cual no necesariamente significa ir rápido. Cada cual ha de saber mantener su ritmo, puesto que de nada vale correr mucho si tropezamos y tenemos una caída de mayor o menor importancia. Esto es algo fundamental para evitar precisamente la ley de Rebote.

Es verdad que algunas personas se ven con una carga de responsabilidades mayores de las que realmente estaban preparadas para recibir en ese momento. Esto efectivamente es una cuestión de tipo kármico, pero cuando se trata de un desarrollo consciente y en aquellos momentos en los cuales la persona puede ir tomando responsabilidades de manera voluntaria, siempre es preferible irlo haciendo con un claro diálogo interno muy sincero. Es mejor saber decir no cuando la responsabilidad que asumamos supera realmente nuestras posibilidades reales actuales. Aquí también es un delicado pero apasionante equilibrio el que el estudiante de Magia ha de saber aplicar en cada momento. El decir no es otro de los talentos importantes que el estudiante de Magia y el Mago han de desarrollar.

Si en un momento determinado es necesario aplazar, postergar o simplemente renunciar a algún tipo de compromisos que se nos pida o que nosotros podamos tomar, si esto está hecho conscientemente y de forma meditada, es algo bastante plausible. Por tanto, es necesario tener una clara consciencia de la madurez personal y del ritmo universal para no meterse en vericuetos o berenjenales donde realmente no teníamos que estar en un momento determinado. Por eso comentamos que en la Magia es fundamental el saber estar, sobre todo, mentalmente en el lugar y en el momento del tiempo preciso, es decir, ni antes ni después.

Cuando la persona se encuentra excesivamente agobiada por las circunstancias, ha de meditar especialmente acerca de cuáles han sido los errores en sus decisiones pasadas, puesto que las premuras y las presiones del presente son, ni más ni menos que el resultado de las incorrectas decisiones tomadas en tiempos pretéritos.

Por lo tanto, el estudiante de Magia ha de saber enlentecer el tiempo cuando sea necesario, es decir, ganar tiempo al tiempo y superar sus deudas kármicas que venían siendo arrastradas desde hacía mucho tiempo. Dichas deudas deben de ser superadas lo antes posible.

Estar pensando en intervenir en los planos sutiles cuando las circunstancias reales nos están persiguiendo día a día, es algo bastante ilusorio.

Ciertamente, el ser humano puede en cualquier momento, y por supuesto también en los momentos difíciles, dirigirse con el sistema ya indicado hacia la Fuente Cósmica de la Energía, para revitalizarse y obtener más fuerza para continuar equilibrando su situación.

Pero es muy importante que, cuando el estudiante de Magia o el Mago busque colaborar de una manera activa con los planos sutiles, debe tener, por lo menos, un espacio mental vital en el cual, la persona es capaz de sentirse sin ningún tipo de presiones y actuando consciente y deliberadamente. De otra forma, se trataría de planteamientos utópicos, y con la Magia no pretendemos planteamientos utópicos, sino realizaciones.


HISTORIA DE LA BRUJERIA Y WICCA PARTE XVI

 


Aunque la historia real es bastante más complicada que la leyenda de la "Antigua Religión" explicada por Margaret Murray, hay cierta verdad en su afirmación de que la tradición de los brujos implicaba un telón de fondo pagano. Al principio de la Edad Media existían dos clases sociales capaces de resistirse a la cristianización forzosa. Una era la gente del campo (los pagan¡, según la palabra latina que designa a una región campestre) que, como las poblaciones indias y mestizas de la América Latina de hoy, convirtió al catolicismo en un disfraz de prácticas más antiguas. La otra era la aristocracia instruida.

 

Muchos aristócratas no cristianos, hombres de fortuna y cultura, resistieron hasta el siglo vi, doscientos años después de Constantino, admitiendo generalmente como capellanes de su casa a los depuestos profesores de filosofía griega, que había sido ya integrada con los restos de la religión griega en los principios de la era cristiana, y enviando a sus hijos para que fueran educados en las escuelas de filosofía aún no cristianas de Alejandría y Atenas. Cuando los invasores musulmanes acabaron con lo que quedaba del imperio romano en el sur y este, se encontraron con que las tradiciones mágicas de la alquimia, la astrología y la hechicería seguían vivas, a pesar de los persistentes esfuerzos del cristianismo por suprimirlas. Hay que hacer constar que la altamente Intelectualizada magia helenística pudo llegar de nuevo a la Europa Occidental gracias al Islam.

 

En la población de las regiones rurales alejadas se producían dos problemas. Siempre existía la resistencia provocada por la continuación de antiguas prácticas, y el peligro de una recaída en las creencias heréticas fue parcialmente paliado por la iglesia apoderándose de las festividades (por ejemplo, la Candelaria en lugar de un festival pagano del fuego), "bautizando" a divinidades locales ("San" Cristóbal o "San" Jorge) y adoptando antiguas costumbres (adornar un abeto por Navidad o decorar huevos por Pascua).

 

Los ritos orgiásticos de la fertilidad no fueron asimilados tan fácilmente y en la antigua literatura se leen casos de párrocos que recibieron una reprimenda por haber fomentado tales festividades.

 

El otro problema, que resultó ser el más difícil, era el atractivo que tenían los heréticos o visionarios para un pueblo que ya comenzaba a resentirse por el poder y los privilegios del clero católico. Más formidable aún que reformadores como los valdenses, que pasaron de Lyon a Italia, era la orientación dualística del Zoroastrismo persa (la idea de que el bien y el mal, la luz y la oscuridad, el espíritu y la materia, Dios y el Diablo son realidades distintas de una lucha por el alma de los hombres), que prevalecía en muchos de los grupos que se oponían a la nueva iglesia cristiana.

 

El profeta persa Mani utilizó este dualismo para estructurar en el siglo in una iglesia

 

propia, siguiendo las líneas trazadas por la jerarquía católica, y su filosofía (maniqueísmo) se mantuvo viva a través de una serie de movimientos medievales, que incluyeron a los bogomilitas, en los Balcanes, y a los cátaros o albigenses en el sur de Francia. La orden dominicana fue originalmente fundada para combatir la influencia de los cátaros mediante una predicación más efectiva, y el talante combativo de esos sacerdotes fue uno de los principales factores en la persecución de las brujas, cuando los cátaros fueron aniquilados.

 

La gente del campo, que apenas era capaz de retener correctamente las sutilezas de una teología ortodoxa, no pudo tampoco evitar cierta distorsión de la herejía.

 

Un grito contra la riqueza de la iglesia, por ejemplo, podía convertirse en una 'revuelta sangrienta contra todos los que se habían hecho con el poder en nombre de Cristo. En áreas aisladas de la Europa medieval existían auténticos adoradores del diablo y eso dio base a la leyenda de la brujería, tal como se desarrolló más tarde.

 

La propia iglesia no estaba en posición de apreciar hasta qué punto la supervivencia de formas paganas y la influencia de herejías como los cátaros ("los purificados") se habían mezclado para dar origen a la creencia en los brujos. Todo acto de hechicería, por trivial que fuera, había sido considerado como diabólico por los teólogos más ortodoxos, y la presencia a un tiempo de la magia popular y del verda-dero diabolismo en la misma era condujo a una comprensible identificación de los dos. Produjo también una paranoia eclesiástica, que seguía vigente hasta cuando las razones acostumbradas para temer a la brujería, como epidemias o tormentas devastadoras, no se producían.

 

Pero esta identificación no fue completa. La antigua actitud contra el paganismo y el nuevo temor a la herejía provocaron una curiosa contradicción hasta en los propios documentos de la iglesia. En un tiempo en que la iglesia estaba muy ocupada degradando las antiguas prácticas, apareció una ordenanza en la corte de Carlomagno denunciando la creencia popular de que existían mujeres que cabalgaban por los cielos siguiendo a las huestes de la diosa Diana. Según este Canon Episcopi, los sacerdotes debían explicar que semejante cabalgata era una ilusión creada por el Diablo para apartar a los cristianos de su fe en Dios, como única fuente de poder milagroso. Por una mala interpretación de la colección de decretos entre los que apareció el Canon Episcopi en el siglo x, se entendió que procedía del Concilio de Ancyra del siglo Iv y por ello tenía la fuerza de un dogma.

 

Leyéndolo en su sentido estricto, parecía condenar una de las creencias esenciales de tantos posteriores perseguidores : el transporte milagroso de brujos a las re-giones remotas en las que celebraban sus "aquelarres". Los impávidos defensores de la proposición de que los brujos realizaban realmente esos vuelos nocturnos insistían en la diferencia existente entre los paganos mencionados por el Canon Episcopi y una nueva y más peligrosa secta strigarum, un culto de brujos que había comenzado a principios del siglo xv.