1) ¿Por qué suele hablarse de los Niños Indigo, cuando
hay adultos que también lo son?
Los estudios acerca de este fenómeno son recientes,
comenzaron a partir de los 80, por las constatación de que existían muchos
niños con características similares. Se les denomina índigo porque su aura
contiene una gran cantidad de color azul índigo, el color de la intuición y la
espiritualidad. Después de la Segunda Guerra Mundial empezaron a nacer índigos,
aumentó su número en los años 70 y se hizo un fenómeno más masivo en los años
80.
Los términos “Índigo” y “Cristal” les fueron dados a estas
generaciones porque describen de manera muy precisa los colores de sus auras.
2)¿ Cuáles son las características distintivas de un
Indigo Adulto?
Es una persona muy sensible, inteligente y creativa,
disfruta haciendo cosas, tienen profunda empatía por otros, pero también
intolerancia ante la estupidez, puede tener problemas con el enojo y la
ira. Se siente diferente a la masa, no encaja, le cuesta adaptarse, es
modelo para otros. Se resiste ante la autoridad y el sistema laboral
jerárquico, prefiere esfuerzos cooperativos, posiciones de liderazgo o trabajar
solo.
Ha tenido experiencias psíquicas, como premoniciones, ver
ángeles o fantasmas, experiencias fuera del cuerpo, escuchar voces. Busca el
significado de su vida y comprensión del mundo a través de religión o
espiritualidad, grupos y libros de autoayuda. Siente un ardiente deseo de hacer
algo para cambiar y mejorar el mundo, pero puede tener problemas para
identificar su camino. Tiene problemas con los sistemas que considera
ineficientes, como por ejemplo: político, educativo, médico y legal. Si
encuentra el equilibrio, pueden convertirse en un individuo muy fuerte, sano y
feliz.
3) ¿El paso de los años hace que se pierdan algunas de
estas características?
En general las características se mantienen toda la vida,
sin embargo las condiciones paranormales, se van perdiendo por efectos de una
educación muy racional o porque la persona teme ser incomprendida o
malinterpretada.
4) ¿Cómo actuar siendo índigo en un mundo que aún no sabe
mucho del tema?
Las personas índigo no actúan, son como son y su tarea es
aceptarse, valorizarse y encontrar su particular misión en la vida,
haciendo uso de todos los talentos que tienen y de su elevado nivel de
conciencia, para ser un real aporte a la evolución planetaria.
5) ¿Cómo se pueden potenciar estas características?
Desde pequeños se les debe escuchar, valorar y respetar,
nunca forzarlos a hacer cosas que no quieren , se deben negociar las
normas, ponerlos en colegios donde se les permita desarrollar su
individualidad, facilitarles libros de acuerdo a su área de interés,
darles alimentos y bebidas naturales.
6) ¿Cómo son en la infancia los Indigo?
Tienen una clara conciencia de sí mismos, son muy
perceptivos e intuitivos, traen una sabiduría innata, desarrollan el
pensamiento abstracto desde pequeños, son dotados y/o talentosos, soñadores y
visionarios. Creativos, aprenden de manera reflexiva y no repetitiva cosas
diferentes, pero cuando tienen suficientes conocimientos, los dejan por
aburrimiento. No comulgan con el sistema escolar actual, son rebeldes a las
normas y estructuras, tiene dificultades con la disciplina y la autoridad, no
responden a mecanismos de culpa, quieren buenas razones.
Poseen una gran sensibilidad por la Naturaleza, y mucha
conexión de tipo espiritual, se les tiende a diagnosticar como niños con
síndrome de déficit atencional con y sin hiperactividad, les desagrada la
mentira y la falsedad, tienen un desarrollado sentido de justicia, no hacen lo
que no quieren hacer, son hipersensibles visual, auditiva y kinésicamente, se
conectan con la otra dimensión, pudiendo ser videntes o perciben una realidad
que otros no ven.
7) ¿Los medicamentos qué provocan en este tipo de
personas?
Como tienen organismos sensibles, los medicamentos de todo
tipo pueden provocar reacciones alérgicas y acentuados efectos secundarios, los
psicofármacos como el ritalín, los aturden y atontan, haciendo
que pierdan su maravillosa sensibilidad, sus dones espirituales y su
energía guerrera. En cambio responden excelentemente a las terapias
energéticas, a los remedios naturales, la homeopatía y les hacen muy bien los
alimentos naturales, sin aditivos químicos, colorantes y azúcares. Se
benefician del contacto con la naturaleza y prácticas como el yoga, tai chi y
les encanta el reiki.
8) Se dice que los Indigos tienen una sensibilidad que
les permite percibir cosas que otros no pueden, ¿es efectivo?
Efectivamente al poder conectar con otras dimensiones,
pueden ver el aura, soñar o saber cosas que ocurrirán en el futuro, adivinar el
pensamiento, tienen amigos imaginarios, ver elementales, ángeles, seres
desencarnados, etc.
9) Qué hay de los Cristal, ¿hay adultos que tengan esas
características?
Sí los hay, pero aún son pocos ya que este tipo de personas
empezaron a nacer más masivamente a partir de los años 90, tienen auras
cambiantes con tonos pastel multicolores, de pequeños se les confundía con autistas,
porque eligen hablar tardíamente, ya que se comunican en forma más telepática
con sus seres queridos.
Los cristal son pacificadores, sanadores, artistas, músicos,
compositores, escritores y guías espirituales, están ayudando a recuperar
nuestro poder y nuestro espacio para el corazón, a perdonar, a ejercer la
tolerancia y la aceptación incondicional. Nos están enseñando a respetarnos a
nosotros mismos y a nuestro planeta, a ver la belleza, la maravilla y la
alegría de toda la creación.
10) ¿Cómo diferenciar a un Indigo de un Niño Cristal?
Se parecen mucho en sus habilidades, pero son diferentes en
su temperamento. Los índigo son más guerreros y su misión es destruir las
viejas estructuras que sustentan este mundo, cuando están en desequilibrio, les
cuesta controlar la rabia, son más hiperactivos, rebeldes y peleadores.
Los cristal son seres calmos, amorosos y compasivos, que
viene a entregar amor a la tierra. En comparación con el índigo, el niño
cristal es más sutil, un pacifista, conciliador, que sabe entender, perdonar,
su misión es armonizar y dar amor. Cuando están en desequilibrio se muestran
hipersensibles, les afectan mucho los problemas de sus cercanos, son más
llorones y tienden a deprimirse.
Siguiendo la línea de los niños índigo, los
niños cristal tienen una energía vibratoria
diferente y un objetivo universal distinto; estos últimos son
preparadores y detonantes, mientras que los niños cristal vienen a establecer
una nueva realidad a nivel mundial.
Los niños cristal fueron identificados por Steve Rother en
el año 2002. Ellos buscan el equilibrio entre lo intuitivo y lo
racional para encontrar la armonía. La frecuencia cristal viene dada por el
chacra Anahatha, el chacra de las emociones, y es el que les permite
desarrollar el don de la empatía.
Tanto los índigo como los niños cristal nacen durante esta
época de grandes problemas sociales y avances tecnológicos. Los científicos en
este campo afirman que tienen una estructura cerebral diferente, especialmente
en lo que se refiere al uso de sus dos hemisferios cerebrales, de manera
simultánea y más profunda.
Es importante reconocer las características del niño
cristal. Entre ellas encontramos:
- Tienen
habilidad para percibir el temor a
su alrededor.
- Suelen
amplificar y proyectar su propio temor en el entorno.
- Tratan
de evitar el miedo en cualquiera de sus formas.
- Suelen
ser discretos, sumisos y de bajo perfil.
- En
general, son positivos y serenos.
- Tratan
de evitar el conflicto y la confrontación.
- Suelen
hablar poco pero cuando lo hacen, son profundos en sus ideas.
- Tienen
una habilidad psíquica especial y una gran capacidad afectiva.
- Les
gusta pasar mucho tiempo solos.
Los niños cristal y los niños índigo son muy creativos,
y vienen a este mundo a cambiar las estructuras mentales que tenemos los seres
humanos. Es un concepto esotérico y metafísico que explica la evolución del ser
humano.
La energía Índigo
Muchos seres que hoy están en la tierra tienen esta energía.
Es una energía fuerte, dirigida, penetrante, capaz,
innovadora, revolucionaria, iniciadora, evolutiva. Es una energía que abre y
quiebra, e inicia lo nuevo.
Se manifiesta muchas veces como rebeldía e insatisfacción
ante lo preestablecido. Impulsa a cuestionar las normas que carecen de sentido,
a romper viejas estructuras como las familiares, culturales, religiosas,
educativas, etc.
La energía Índigo en jóvenes y adultos
Los seres que se ven impulsados por esta energía no pueden
adaptarse a modelos establecidos y sufren cuando se los quiere encasillar en
alguno. Se resisten, desobedecen y se niegan a tener que adaptarse a un modelo
que no responde a sus ideales o carece de sentido.
Estos seres quieren diferenciarse, luchan por no ser iguales
a todos.
Están despiertos, muchos conscientemente, es decir saben lo
que quieren, a dónde quieren ir y qué quieren lograr. Aceptan las elecciones de
los demás aunque no estén de acuerdo con ellas, pero continúan firmes en su
propósito.
Otros, están despiertos también, pero no son conscientes de
la energía que traen. Saben más lo que no quieren que lo que quieren, y por
esta razón muchas veces desperdician su energía e ímpetu queriendo romper
aquello que rechazan, queriendo imponer sus ideas, cambiar a los demás o a los
lugares en donde se encuentran. Desaprovechan su energía y potencial intentando
cambiar la vida de los otros forzadamente. Resumidamente: estos seres saben lo
que no quieren pero no logran saber lo que quieren, entonces su energía está
dispersa o mal encauzada. Muchas veces esto se manifiesta en enojo o deseo de
destruir.
No saben sobre qué bases construir porque aún no logran
detenerse y sentir hacia dónde los guía esta energía.
Los niños Índigo, o la energía Índigo de los niños
Un niño con esta energía exigirá a sus educadores, maestros
o padres, no ser visto como uno más del montón. Deseará tener el espacio y
TIEMPO para pensar por sí mismo lo que se le ofrece como aprendizaje, y si no
lo encuentra es muy factible que pierda el interés por aprender, mostrándose
desinteresado o desatando esta fuerza hacia la destrucción del espacio que no
le permite sacar armoniosamente lo que necesita.
Para comprender a estos niños hay que reflexionar en lo
siguiente: los adultos cargamos con la moral, la cultura y las reglas de
conducta. Estas son un filtro o un freno de las fuerzas que nos empujan a hacer
y decir. Si un adulto se encuentra en un lugar que no le agrada, hay tres
opciones. Una: se retira; dos, emite su opinión lo más respetuosamente posible.
Tres: hace silencio y acepta el lugar tal cual es. Todas estas formas tienen
que ver con códigos de comportamiento social, códigos que, por supuesto a falta
de auto-conciencia, muchas veces necesitamos. Bien, el niño que tiene esta
energía no acepta códigos impuestos de afuera, e incluso muchas veces encuentra
placer en romperlos. Estos niños aceptan los códigos solo si los comprenden y
tienen sentido.
Entonces, si no está el tiempo y el espacio para procesar lo
que debo aprender, “aquí no tengo nada que hacer” piensa el niño, y busca la
manera de salir de esta situación. Qué formas encontrará, dependerán de qué tan
grotesco y chocante sea el espacio en el cual se encuentre, de qué posibilidad
de diálogo haya en dicho lugar y de qué educación haya recibido en su hogar.
Resumiendo, estos niños necesitan tiempo y espacio para
procesar lo aprendido, y si esto no está, las consecuencias se harán ver.
Otra característica es que estos niños exigirán tener la
posibilidad de experimentar y COMPROBAR esta verdad que se les está presentando
tan abstractamente.
Ellos aprenden por participación, desean ser autores o
coautores de la vida que viven. Como educadores debemos encontrar esta fórmula
en la educación, y un punto que podrá ayudarnos cuando resulta difícil llevar a
la práctica un conocimiento, es que luego de cualquier actividad ofrecida
siempre haya una instancia de reflexión grupal. Una instancia de participación.
Estos niños cuentan con un alto grado de energía, y si en
general llevan una vida sedentaria o de poco movimiento corporal, a menudo esta
energía supera sus cuerpos; los niños parecen desbordarse, se tornan
sobreactivos, ansiosos, impulsivos, con una inconformidad constante que
fácilmente se desvía hacia la rebeldía o agresividad.
Los niños con energía Índigo no aceptan órdenes impuestas, y
cuando se encuentran ante personas autoritarias se muestran desinteresados y
cuestionadores. No aceptan un “No porque no”.
Quien quiera llegar verdaderamente al alma de estos niños,
deberá ganarse ese privilegio. No es un simple conquistar su amor, ni calmarlo
fácilmente. Deberán escucharlos, verlos, comprenderlos sinceramente. Deberán
sentir genuino interés por ellos.
Estos niños piden un reconocimiento de alma a alma. No se
trata de una táctica donde se busque ganarse al niño para que no cause
problemas. Hay que cambiar el sentir de no conocer al niño y hacer un gran
esfuerzo para llegar a él, por sentir que ya se ha estado con este niño y se ha
pactado en algún lugar este encuentro. Es re-conocerlo. Es como si el adulto
volviera a ver al niño nuevamente. Ahora solo hay que recordar cómo era esta
relación, vivir el amor que los unía.
Mucho de lo nuevo aparecerá cuando reconozcamos que a este
niño ya lo conocemos, que es más que un niño y que yo soy más que su padre,
docente o terapeuta. Una vez que se haga consciente esto, la relación se
transformará y llegaremos al niño desde un nuevo lugar. Se abrirá la intuición
y con ella nuevos canales por donde llegarán ideas, formas, palabras que harán
más profunda y verdadera la relación con el niño.
Estos niños no querrán ser tomados como chiquillos que nada
entienden y que nada saben, querrán una relación simétrica, donde todos se respeten
desde el lugar en donde están.
Muchas veces se los trata como desinteresados, vagos o sin
motivación; nada más alejado que esto. Son niños que tienen un fuerte y vivo
deseo de aprender. Quieren conocer el mundo, lo aman, el amor les quema
adentro. Quieren saber qué pueden hacer en él y cómo pueden transformarlo. Pero
cuando el aprendizaje se hace monótono, un simple repetir teorías y fórmulas,
estos niños no encuentran cómo canalizar su amor e interés, y es necesario
descargar el fuego afuera.
Si logran unir la experiencia con el aprendizaje, serán
niños inteligentes, y cuando digo inteligentes me refiero a que serán rápidos
en captar lo importante, y profundamente interesados.
Pero como adultos dedicados a la educación, ¿sabemos lo que
es importante? ¿Nos hemos preguntado para qué se aprende cada cosa o qué es lo
que verdaderamente importa aprender en cada momento?
Nuevamente volvemos a los adultos. Hay que despertar el
discernimiento y rescatar qué quiero despertar en el niño.
Estos pequeños seres quieren nuevas formas de aprender, y
este es el mayor problema que tienen en la escuela. La escuela con su viejo
sistema no les despierta el sentir, solo apela al frío pensar. Para el niño hay
un abismo entre este modo de aprendizaje y lo que él puede llegar a dar.
Quieren adultos creativos, valientes, capaces de renovar
sistemas.
No hace falta cambiar la escuela toda, o todos los sistemas
de creencias familiares. Olvídese de la frase que respalda su comodidad o que
lo hace sentir impotente: “No hay lugar para nuevas ideas en esta sociedad”,
“la directora de esta escuela no acepta nuevos emprendimientos”, “los padres me
lo cuestionarán”, “tengo miedo de perder el control de mi hijo” o “qué dirán de
mí mis familiares, pensarán que he perdido la razón”. No se trata de perder la
razón, se trata de unir la razón y el corazón, pues de esta manera seremos
siempre coherentes, cuidadosos y conscientes.
Usted, de la puerta para adentro de su hogar, de su grado,
de su espacio personal, puede ser un ser vivo y dinámico. ¡Que corra fuego por
sus venas! ¡Que haya pasión, que arda su corazón, y que ese fuego construya lo
nuevo!
Salga a la vida a conquistarla, no a entregar su
individualidad, su cualidad como hombre único. No lo haga con usted, no lo haga
con el niño.
La energía Cristal
Así como la energía Índigo es una energía fuerte, dirigida,
penetrante y revolucionaria, la energía Cristal es flexible, sensible, redondeada, por
lo cual no confronta y choca, sino que busca la forma más empática de llegar al
afuera. No se impone, sino que intenta participar, guiar y aportar a través de
la comprensión y el ejemplo.
Es una energía que no desea romper sino transformar.
La energía Cristal en jóvenes y adultos
Los seres portadores de esta energía no tienen una mirada crítica del afuera sino una mirada reflexiva, y por esto muchas veces son silenciosos y parecen pasivos. Pero en realidad hay que saber que pese al silencio y a la aparente pasividad, dentro de ellos el mundo está sucediendo activamente. Solamente que, repito, esta energía jamás podría imponerse sobre otros, y por eso a menudo les es difícil encontrar la manera de exteriorizar su mundo, aunque desde ya, es importante que encuentren la forma de hacerlo.
Los seres portadores de esta energía no tienen una mirada crítica del afuera sino una mirada reflexiva, y por esto muchas veces son silenciosos y parecen pasivos. Pero en realidad hay que saber que pese al silencio y a la aparente pasividad, dentro de ellos el mundo está sucediendo activamente. Solamente que, repito, esta energía jamás podría imponerse sobre otros, y por eso a menudo les es difícil encontrar la manera de exteriorizar su mundo, aunque desde ya, es importante que encuentren la forma de hacerlo.
Los seres que portan esta energía suelen mantener una
amplia conexión espiritual, aunque muchos no la demuestran.
También traen recuerdos muy vivos de planos superiores; algunos son conscientes de ello, y otros sin darse cuenta lo viven como anhelos que los hacen soñadores e idealistas “sin los pies en la tierra”.
También traen recuerdos muy vivos de planos superiores; algunos son conscientes de ello, y otros sin darse cuenta lo viven como anhelos que los hacen soñadores e idealistas “sin los pies en la tierra”.
A veces se sienten solos, porque no encuentran la pareja,
los amigos o familiares con quien compartir lo que traen.
Puede que muchas veces sean tomados como personas indefensas
y de baja autoestima. Pero sí saben quienes son, y saben defenderse, pero no
como lo hace la mayoría. No pueden pelearse, y menos físicamente, no tienen esa
energía. Saben internamente, consciente o inconscientemente, que al lastimar a
otros se lastiman a ellos mismos.
A menudo estos seres tienen la sensación de ser “de otro
planeta”, sienten que el mundo físico es un gran desafío, y esto puede
ocasionarles miedos o dificultades en encontrar un espacio donde sentirse “en
casa”. Esto sucede mucho con los jóvenes de hoy, aunque la edad no es un marco
para esta sensación; muchos incluso la pueden sentir en la adultez.
En los jóvenes esta dificultad se ve muchas veces en el momento de ingresar a un trabajo o iniciar una carrera universitaria, que lejos están de contemplar este mundo interno que llevan. Incluso pueden tener dificultades cuando el afuera, no comprendiendo su modo de ser, se impone y pretende obligarlos a insertarse en algún plano que ellos no desean.
En los jóvenes esta dificultad se ve muchas veces en el momento de ingresar a un trabajo o iniciar una carrera universitaria, que lejos están de contemplar este mundo interno que llevan. Incluso pueden tener dificultades cuando el afuera, no comprendiendo su modo de ser, se impone y pretende obligarlos a insertarse en algún plano que ellos no desean.
Saben lo que quieren, pero muchas veces se sienten tan
sensibles que prefieren no luchar contra la fuerte corriente del mundo. Otros
en cambio, aquellos que han logrado creer en sí mismos, mantienen su fortaleza
en el espíritu, y desde este nuevo y poderoso lugar, el mundo no se les puede
negar, se abre a sus indicaciones e intenciones.
Los niños Cristal, o la energía Cristal de los niños
Imagine a este niño en una escuela convencional: 30 o más
niños en un aula. Con compañeros que, por diferentes razones, manifiestan mucha
agresividad y se llevan toda la atención del maestro. Un maestro que, aun
imaginándolo con las mejores intenciones, pero con 30 o más niños y un cuarto
de ellos con problemas de conducta, por más buena predisposición que tenga
estará desbordado. Y aquellos niños calladitos, que nunca causan un conflicto,
son una bendición para este maestro. Pero, que estén calladitos no significa
que no necesiten nada. Muchas veces sencillamente significa que no han
encontrado la forma de hacerse un lugar, no han encontrado la forma de hacerse
escuchar, y se han resignado.
Un niño con esta energía jamás podrá ganarse un lugar a la
fuerza, ni llamar la atención gritando o de forma agresiva. Su lugar se lo hace
en silencio, solo que esta humanidad acostumbrada a escuchar el problema más
urgente y ensordecedor se encarga de lo más sobresaliente en este aspecto, y lo
sutil queda olvidado.
Los niños con energía Cristal a menudo son aquellos que, en
los grupos de la escuela o grupos extra escolares, pareciera que no están, que
no quieren o no se animan a participar en las actividades o los juegos
grupales.
Parecen no tener interés, o en realidad no se puede saber si están o no interesados. Pero hay que saber que aprenden mucho observando. No es que no juegan, juegan adentro. No es que no se interesen, están vivamente concentrados. No es que no participen, participan internamente de forma activa.
Repiten adentro todo lo que ven. Esto no significa que esto sea lo ideal, significa que es una forma que muchas veces encuentran cuando les cuesta abrirse su propio espacio afuera, debido que el afuera tiene códigos muy distintos a los que ellos tienen y necesitan.
Parecen no tener interés, o en realidad no se puede saber si están o no interesados. Pero hay que saber que aprenden mucho observando. No es que no juegan, juegan adentro. No es que no se interesen, están vivamente concentrados. No es que no participen, participan internamente de forma activa.
Repiten adentro todo lo que ven. Esto no significa que esto sea lo ideal, significa que es una forma que muchas veces encuentran cuando les cuesta abrirse su propio espacio afuera, debido que el afuera tiene códigos muy distintos a los que ellos tienen y necesitan.
Muchas veces también tienen una mirada supra sensible. Esto
se debe a que muchos niños con estas características tienen sensibilidad a
planos no físicos o astrales. Hablo de planos donde reside el mundo espiritual,
y donde también están nuestras emociones, pensamientos, ideas. Desde esta
conexión muchos captan los pensamientos, emociones y vibración de personas o
lugares.
Por eso son niños que aman intensamente o rechazan
intensamente. Muchas veces las palabras para ellos están de más, porque
innatamente se guían por lo que perciben. Algo que para los adultos parece
capricho, e insisten a los niños diciéndoles: “Pero ¿por qué no quieres
quedarte en este lugar?” o “¿Por qué rechazas a tal persona?”.
La respuesta es: están percibiendo algo que nosotros no.
También sucede que tienen una relación muy estrecha con personas que tal vez han visto muy poco, o tienen gran predilección hacia alguna persona en particular. Esto puede deberse a que encuentran en estas personas algo que resuena con ellos, un parecido, una afinidad energética o álmica, que no puede describirse con palabras.
También sucede que tienen una relación muy estrecha con personas que tal vez han visto muy poco, o tienen gran predilección hacia alguna persona en particular. Esto puede deberse a que encuentran en estas personas algo que resuena con ellos, un parecido, una afinidad energética o álmica, que no puede describirse con palabras.
El extremo de esta percepción es cuando además de sentir,
los niños ven. Por ejemplo, muchos niños ven el aura de las personas, y lo
describen como colores alrededor de los cuerpos o de las cabezas.
O ven incluso seres desencarnados que están en otros planos sin haberse ido aún. Muchos niños sufren o bloquean esta capacidad cuando no logran controlarla, y cuando los padres, sin poder tomarlo con tranquilidad, se asustan y asustan al niño.
Otra característica de estos niños es que tienen un especial amor al mundo, a los humanos, y hasta incluso los admiran y obedecen sin reclamos. Por eso en general no tienen problemas con los límites, es más, muchas veces son demasiado obedientes. Bien les vendría imponer su sentir en algún momento, y generar fortaleza defendiendo sus ideas. Por lo tanto hay que tener cuidado con la manera en la que nos expresamos ante estos niños, ya que están tan atentos a lo que afuera sucede, que cualquier palabra de un referente es absorbida, sea positiva o negativa. Es decir, contribuya a potenciar sus capacidades o las disminuya.
O ven incluso seres desencarnados que están en otros planos sin haberse ido aún. Muchos niños sufren o bloquean esta capacidad cuando no logran controlarla, y cuando los padres, sin poder tomarlo con tranquilidad, se asustan y asustan al niño.
Otra característica de estos niños es que tienen un especial amor al mundo, a los humanos, y hasta incluso los admiran y obedecen sin reclamos. Por eso en general no tienen problemas con los límites, es más, muchas veces son demasiado obedientes. Bien les vendría imponer su sentir en algún momento, y generar fortaleza defendiendo sus ideas. Por lo tanto hay que tener cuidado con la manera en la que nos expresamos ante estos niños, ya que están tan atentos a lo que afuera sucede, que cualquier palabra de un referente es absorbida, sea positiva o negativa. Es decir, contribuya a potenciar sus capacidades o las disminuya.
En la escuela, lamentablemente, pueden sufrir maltratos y
burlas de niños con otra energía, pero con ayuda de un maestro consciente se
puede trabajar para generar una cohesión grupal y un amor hacia la
diversidad.
También sucede que si en esta aula hay algún niño Índigo con su energía bien encauzada, es muy posible que le surja defender y hacer respetar a este niño.
Los seres con energía Cristal son un complemento para la energía Índigo. Cuando los Índigos abren caminos, los seres Cristal ponen las semillas que darán el fruto de lo nuevo. Cada uno cumple con su propósito.
También sucede que si en esta aula hay algún niño Índigo con su energía bien encauzada, es muy posible que le surja defender y hacer respetar a este niño.
Los seres con energía Cristal son un complemento para la energía Índigo. Cuando los Índigos abren caminos, los seres Cristal ponen las semillas que darán el fruto de lo nuevo. Cada uno cumple con su propósito.
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