PRIMER PADRE NUESTRO y AVEMARIA Y GLORIA (toda angustia se quita)
Señor mío Jesucristo, que por aquella agonía de muerte que en el monte del Olivo sentiste, por la fervorosa oración que por nosotros hiciste, y por aquel sudor que tuviste tan copioso que como gotas de sangre corría hasta el suelo; Te suplico lo ofrezcas todo de nuevo a Dios Padre todopoderoso, y lo presentes ante su divino acatamiento en satisfacción de los muchos y graves pecados de éste tu siervo (Se dice el nombre del agonizante), y líbralo en esta hora de su muerte de todas las penas y angustias que teme haber merecido por sus pecados. Tú que con el Padre y con el Espíritu Santo vives y reinas por todos los siglos de los siglos. Amén.
SEGUNDO PADRE NUESTRO y AVEMARIA Y GLORIA (borró los pecados)
Señor mío Jesucristo, que te dignaste morir por nosotros en una cruz suplico que todas las hieles y amarguras de tu sagrada pasión y muerte afrentosa, que por nosotros padeciste en la Cruz, y más en particular cuando tu santísima alma salió de tu santísimo cuerpo, tengas por bien de ofrecerles y presentarlas a Dios Padre Todopoderoso, por el alma de este tu siervo (Se dice el nombre del agonizante), y líbralo en esta hora de su muerte de todas las penas y aflicciones que teme haber merecido por sus pecados Tú que con el Padre y el Espíritu Santo vives y reinas por todos los siglos de los siglos, Amén.
TERCER PADRE NUESTRO y AVEMARIA Y GLORIA (abrir los cielos y concede la gloria de los Bienaventurados)
Señor mío Jesucristo, que por la boca del Profeta dijiste: "Con amor perpetuo te amé, y por eso te traje a Mí, habiendo compasión de ti", Te suplico que está tu misma caridad que te trajo el cielo al suelo para sufrir tantas penalidades y amarguras, tengas por bien de ofrecerla y representarla a Dios Padre Todopoderoso por el alma de tu siervo (Se dice el nombre del agonizante), y líbrale de todas las penas y congojas que teme haber merecido por sus pecados. Salva su alma de esta hora, ábrele la puerta de la vida y concédele que se alegre con tus Santos en la eterna gloria. Tú que por el Padre y con el Espíritu Santo vives y reinas por los siglos de los siglos Amén.
ORACION FINAL
Señor mío Jesucristo, pues nos redimiste con tu sangre preciosa, escribe en el alma de este tu siervo (Se dice el nombre del agonizante), tus sacratísimas llagas con tu sangre, para que aprenda a leer en ellas tu dolor contra todos los dolores y penas que por sus pecados teme que ha merecido, imprime en él tu amor para que se una a ti con un amor indisoluble, con el cual nunca se pueda apartar de ti y de todos tus escogidos.
Hazla, Señor, participante de tu Santísima Encarnación, de tu amarguísima Pasión, de tu gloriosa Resurrección y de tu admirable Ascensión, hazla participante de todas las oraciones y beneficios que se hacen en tu Santa Iglesia; y hazla participante de todas las bendiciones, gracias, méritos y gozos de tus escogidos, que te agradaron desde el principio del mundo; y concédela que con todos estos en tu presencia te goce eternamente. Tú que vives y reinas con Dios Padre, en unidad del Espíritu Santo. Amén.
Que excelente consejo,lo tendré muy en cuenta, puede llevarse acabo a distancia?
ResponderEliminarSi, puedes hacerla a distancia.
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