Una máxima muy extendida entre los practicantes de las artes mágicas es la de que "todo cuanto haces te es devuelto tres veces" (el número varía según las versiones). Parece aludir a la ley hermética de la causación, Ley del Karma o de Causa-Efecto, denominada de estas diversas formas según escuelas o tradiciones espirituales.
Esta Ley puede enunciarse diciendo que toda acción tiene una consecuencia. Esto es fácil de entender: Si defraudamos a la Hacienda Pública, es muy probable que seamos cogidos en nuestro delito y debamos sufrir las consecuencias de haberlo cometido: bien con un pago mayor al que eludimos, bien con prisión incluso. Éste sería un ejemplo de consecuencias sufridas a medio plazo. Si golpeamos a otro sujeto, lo más probable es que nuestro golpe nos sea devuelto y se provoque una pelea. Sería éste un ejemplo de consecuencia a corto plazo o inmediata. La Ley del Karma asegura que esta consecuencia es inevitable y que las consecuencias de nuestras acciones pueden llegarnos incluso desde otras vidas.
1) Evitar que el daño afecte al sujeto sobre el que ha sido
enviado.
2) Asegurar el "efecto rebote" a corto plazo y
reenviar las energías negativas del nigromante sobre el mismo.
De ahí que podamos dividir estas técnicas de protección en
dos tipos, clasificación que, hasta el momento, no conocemos que tenga ningún precedente
y, por ello, hemos tenido que desarrollar una terminología propia para aludir a
ella. Podemos, así, clasificar las técnicas de protección, según su efecto, en:
- Absorbentes.
- Técnicas de barrera y reenvío.
Las primeras son aquéllas que, simplemente, desvían las
energías negativas hacia un objeto o lugar distinto al del sujeto que ha de ser
protegido y las absorben, para luego diseminarlas o anularlas. Son menos
expeditivas que las siguientes y pertenecen al total dominio de la magia blanca
ya que no contraatacan devolviendo la energía negativa contra el que la envió.
Las segundas son los llamados "escudos" y tienen
por objeto "rebotar" la energía negativa, que tropieza contra el
escudo y es devuelta a su origen, actuando sobre el nigromante que las envió.
Igualmente, podemos clasificarlas, según su función en:
- Preventivas y
- Exorcizadoras
Las preventivas son aquellas que se emplean para evitar que
penetren las fuerzas negativas en nuestra casa o en nuestro cuerpo si alguna
vez son enviadas.
Las segundas son las que, una vez conocido que, en efecto,
alguien ha lanzado contra nosotros un maleficio, lo sana y lo anula o lo
revierte contra el emisor.
Estas defensas (unas y otras), pueden ser ejecutadas de
forma muy simple o bien mediante complicados rituales.
Formas simples de protecciones preventivas son los amuletos,
los "sellos" trazados sobre pergaminos y colgados de nuestra casa,
los "sachetts" de Vudú y brujería -compuestos de piedras, gemas y
plantas, principalmente), la cruz de caravaca, y otros muchos.
Formas complejas de protección son los rituales de exorcismo
de la iglesia católica o los "contrahechizos" tan habituales en los
grimorios medievales y renacentistas.
Entre los amuletos, los hay que sirven de barrera (como el
sello del Tetragrammatrón o pentáculo) y otros que son simplemente absorbentes,
como las gemas (en especial el ónix, la turmalina negra y otros minerales de
tonos oscuros) o la sal.
A continuación, proponemos la forma de apartar de nosotros
toda energía negativa de forma absorbente y preventiva. Si trabajamos en el
mundillo mágico, conviene estar protegidos de forma constante. Igualmente, si
tenemos pequeñas envidias o celos sobre nosotros, la familia o nuestro hogar,
estas recomendaciones servirán para anular las pequeñas energías negativas que,
inconscientemente, el celoso o envidioso vierte sobre nosotros. Si, por suerte
(aunque suene a utopía), estamos libres de todo ataque, ya sea por Magia, pequeñas envidias, iras, celos, etc. o de cualquier otra forma,
seguir estas recomendaciones ayudará a mantener el hogar de forma limpia, de
modo que se desprendan energías sutiles positivas que ayudarán a mejorar la
salud, la armonía en el hogar y la comodidad de las visitas.
- En la Entrada:
- Evite situar espejos frente a la puerta de entrada, de
modo que ésta quede reflejada en ellos.
- Disponga siempre de flores en algunos rincones de la casa
y, a la entrada, preferiblemente sitúe algún jarrón con claveles blancos o con
lirios.
- En una consola, a la entrada de la casa, puede situar un pequeño bol o botella transparente o de color azulado oscuro que contenga, mezcladas, tres cucharaditas de sal gorda, de cocina, y una de las siguientes hierbas:
romero, tomillo, milenrama y espliego. Esta botella o bol puede
decorarla de forma artística -nunca recargada- para que no parezca un estorbo.
¡Deje actuar a su imaginación para decorarla!. Cambie el contenido mensualmente
como mínimo, en cada luna llena.
- En las Habitaciones:
- Cuelgue móviles en las esquinas de las habitaciones que
tengan la puerta situada frente a una ventana.
- En un lugar preferente del salón, exhiba una geoda de
amatista o cristal de roca de dimensiones medias o grandes.
- Ventile frecuentemente toda la casa.
- Friegue el suelo, al menos semanalmente, con agua y tres
cucharadas de sal.
- En el Dormitorio:
- Bajo la cama, coloque un vaso de agua sobre un platito. En
el agua, disuelva tres cucharaditas de sal de cocina.
- Sobre la cabecera de la cama, en la pared, cuelgue un
símbolo de su fe: cruz de caravaca, estrella de David, pentagrama, figura de un
Boddhisattva, o cualquier otro.
- En la mesilla de noche -libre de aparatos eléctricos salvo
la lamparilla si no pudiera evitarse-, disponga un vasito de licor o café con
agua y una cucharadita de azúcar que cambiará a diario, junto a una amatista o
cristal de roca de reducidas dimensiones.
- Disponga la cabecera de la cama tan al norte como le sea
posible. Jamás hacia el Sur.
Estas medidas (o algunas de ellas) bastarán para tener un
hogar sano y alejar toda mala influencia. Es importante que vacíe las hierbas,
agua, sal, etc. en la taza del W.C. y tire de la cadena visualizando como todo
posible resto de energía negativa se va con los desperdicios.
Visualice esa energía como un humo negro y denso o, si no es
muy aprensivo, como insectos o culebrillas.
Estas reglas combinan conocimientos chinos milenarios de
geomancia (Feng-Shui), con otros occidentales entresacados de grimorios y
manuales de magia.
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