Existen algunas leyes que rigen a los elementos y
fundamentos con las que funciona la magia blanca, estas leyes son explicaciones
que nos hablan acerca de cómo funciona el universo en el que vivimos y de qué
manera podemos hacer para que funcione a nuestro beneficio, de esta forma
podemos apoyarnos a nosotros mismos a encontrar equilibrio viviendo de la
manera más positiva y correcta posible.
La ley de la atracción (resonancia):
La palabra resonancia viene del latín “sonido que viene de
otro sonido”, significa que lo que mandamos siempre regresa a nosotros. O, en
otras palabras, que nuestro ambiente es una reflexión de nosotros mismos.
Atraemos a las personas en nuestro mundo, situaciones y cosas con las que
resonamos, mismas con las que vibramos en la misma frecuencia. Nuestro ambiente
siempre nos muestra la manera en la que resonamos, cuando alguien es agresivo y
lleno de odio, su ambiente le responde de la misma manera y esa persona apenas
recibirá amor casi imperceptible. Serán pagados con la misma moneda. Alguien
que se preocupa por los demás y siempre confronta sus temores, cualquiera que
viva lleno de amor y alegría atraer situaciones que le brinden más alegría y
amor. Las personas que tocan algún instrumento musical como la guitarra pueden
entender muy bien esta ley, cuando tocas una nota en cualquier otro instrumento
y esta es la misma nota que en tu guitarra, la cuerda resonará.
La ley del karma:
El karma proviene de una palabra sánscrita y significa
“acción” pero también significa que esa acción tiene una causa y efecto. Todos
los procesos son la sumatoria de las acciones y reacciones, lo que significa que
la energía que emanamos nos atrae causas y efectos debido a que la energía
nunca desaparece. Los que envíanos, regresa a nosotros. Si nos golpeamos a una
pared, la pared afectará nuestro puño en la posición contraria. De esta manera
podemos decir que, si realizamos buenas acciones, por ejemplo, dar dinero a una
persona necesitada, el dinero regresará a nosotros eventualmente cuando lo
necesitemos; no necesariamente de parte de la misma persona a la que se lo
dimos. El destino será quien decida por su cuenta cuándo, dónde y cómo
sucederán las cosas. Si le salvamos la vida a una persona, alguien nos salvará
la vida también.
Desde el punto de vista del karma, en el mundo todo lo
que sucede debe de tener un sentido y una lógica. Esto significa que cada pensamiento,
toda acción y emoción es ineludible, y regresará a nosotros como un búmeran.
Todas las malas experiencias que ocurren en nuestras vidas no son un castigo
divino proporcionado por dios, sino que nos sirven como parte de nuestro viaje
hacia el enriquecimiento de nuestra alma y el autorealizamiento de nuestra
mente para obtener conocimiento y experiencias. La ley del karma nos enseña que
siempre hay que confrontar el mismo problema hasta que esté resuelto, también
nos demanda el tener una enorme responsabilidad por nuestras acciones y
atenernos a nuestro destino.
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