Es muy difícil tratar el fenómeno de la clarividencia sin
hacer referencia al plano astral, porque a dicho plano pertenece.
Como también es muy difícil explicar el plano astral
prescindiendo de la idea de la reencarnación.
Se puede decir que el plano astral comprende todos los
planos superiores al físico e inferiores al espiritual. Donde un plano es más
bien un estado de consciencia que un sitio o lugar, por lo que diferentes
estados de consciencia pueden residir en el mismo lugar.
En el plano astral es donde funcionan los cuerpos astrales
encarnados de quienes han desarrollado el arte del Viaje Astral.
Tal como sucede en la tierra, todos los planos astrales
poseen protectores espirituales procedentes de los planos superiores, que son
almas devotas que prefieren pasar su tiempo ayudando a los demás en vez de
gozar de su merecido descanso.
Luego de la muerte física, cada alma despierta en el plano
correspondiente a la índole de sus más nobles anhelos, rodeada de almas
semejantes, y desde aqui puede desarrollarse dando pasos adelante de su última
encarnación. Aunque igual que sucede en la tierra, muchos sucumben a los goces
groseros de los planos astrales inferiores, en cuyo caso su alma no se
beneficia de la estadía en el plano astral, y renace en el mismo estado del
cual partió.
Los planos astrales inferiores, están llenos de almas
groseras incultas y bestiales, que viven casi como en la tierra, hasta que
llegan a anhelar algo superior que lograrán en un nuevo renacer.
Estas almas son las que están más cerca del plano físico, y
pugnan por estar tan cerca como les sea posible, llegando a aglomerarse cerca
de los lugares que frecuentaban en su grosera vida, apoderándose a menudo del
pensamiento de gente de su baja laya, a la cual le infunden sus deseos para
gozar con ellos.
Salvo las almas muy superiores que comprenden
conscientemente todo esto, las demás están más o menos conscientes de los
planos inferiores, pero en total ignorancia de los planos superiores y del
significado de su existencia, llegando a creer tal como sucede en la tierra,
que la suya es la verdadera realidad.
Al ser la clarividencia una facultad que se desarrolla,
puede presentarse en diferentes indivíduos con diferente grado de poder, y
podemos decir que en un clarividente se distinguen tres clases de
clarividencia:
La clarividencia simple
La clarividencia en el espacio
La clarividencia en el tiempo
LA CLARIVIDENCIA SIMPLE
Es aquella en la cual el clarividente percibe el aura de las
otras personas, o la facultad de percibir impresiones astrales desde un punto
cercano.
Aquí el vidente percibe solo las vibraciones mentales y
emocionales de otras personas, pero no ve sucesos de ningún tipo, pudiendo
llegar a percibir el aura de vegetales y animales, sus deseos y emociones.
Quien posee la clarividencia simple puede ver literalmente a
través de las personas y las paredes, puede leer las cartas cerradas, puede
descubrir minerales en la tierra, y percibir el aura de quienes se ponen en
contacto astral con él, pudiendo descubrir en el doble etéreo la índole y
localización de sus enfermedades, en el cuerpo astral los sentimientos y
deseos, y en el cuerpo mental los pensamientos del indivíduo.
LA CLARIVIDENCIA EN EL ESPACIO
Consiste en la visión de cosas lejanas, situadas fuera del
campo de visión ordinaria.
Una forma extraña de clarividencia en el espacio es aquella
en la cual una persona se hace presente a otra depertando sus sentidos
astrales, para que la pueda ver en forma espectral como si estuviera presente.
Los clarividentes expertos siempre asumen un estado
meditativo con frecuencias cerebrales profundas, para que sus sentidos astrales
funcionen más eficientemente, ya que cuando las facultades físicas se encuentra
estimuladas, las otras facultades no pueden manifestarse.
LA CLARIVIDENCIA EN EL TIEMPO
Se divide a su vez en dos:
La clarividencia del pasado
La clarividencia del futuro
LA CLARIVIDENCIA DEL PASADO
También se la conoce como retrocognición, y es una facultad
frecuente en los ocultistas adelantados, y compartida también por muchos
psíquicos ordinarios que no se dan cuenta cabal de su poder.
Por supuesto que no es posible percibir ni siquiera
clarividentemente algo que ha dejado de existir, pero lo cierto es que nada de
lo que sucede deja de existir por completo sino que pasa a otro estado de la
existencia.
La clarividencia del pasado es posible porque nada perece, y
en los planos superiores de la materia quedan imperecederamente registradas
todas las escenas y pensamientos que han ocurrido. Estos registros akáshicos no
se encuentran en el plano astral, sino en el plano causal.
Los registros akáshicos son el equivalente de lo que los
cristianos conocen como El Libro de la Vida, en el cual se encuentran
indeleblemente grabados todos los sucesos correspondientes al presente ciclo de
evolución humana.
LA CLARIVIDENCIA DEL FUTURO o PRECOGNICION
A esta clase pertenecen todos los casos de profecía. La
historia sagrada está llena de estos ejemplos, que no tienen nada de
sobrenatural.
En algunos casos de supuesta clarividencia del futuro, lo
que realmente sucede es que el subconsciente infiere que tales o cuales sucesos
han de suceder, si no surgen circunstancias imprevistas. (Es de destacar que un
clarividente tiene más fácil acceso al subconsciente que las personas comunes).
Los presentimientos o corazonadas, son pues formas
rudimentarias de clarividencia del futuro.
Debe tenerse en cuenta que cada suceso a acontecer en el
futuro, es consecuencia de otros que se produjeron en el pasado, por lo cual
han de suceder, salvo que interfieran nuevos sucesos que determinen nuevos
resultados.
Cuando se es capaz de transportar la consciencia a planos
superiores, desde alli resulta mucho más sencillo ver las consecuencias de las
acciones del presente, hasta el punto de poder ver el efecto que una palabra
pronunciada al azar tendrá no solo en la persona hacia la cual va dirigida,
sino también sobre otras personas por medio de las vibraciones, hasta influir
en la comunidad toda.
Para poder considerar que existen formas superiores de
clarividencia, debemos partir de aceptar que la idea del tiempo es solo una
forma de convención social, y que los sucesos están siempre presentes, siendo
nosotros los que llegamos hasta ellos, y no ellos los que llegan hasta
nosotros. De la misma forma en que el paisaje está siempre en el mismo lugar,
mientras al viajero del tren le parece que se mueven.
La clarividencia del futuro puede manifestarse por estados
de meditación, psicometría o hialoscopía, y se desarrolla con la práctica,
cuando prima la intención de convertirnos en un elemento beneficioso para el
mundo.
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