MAGIA ANGELICAL
Como hacer un pedido desde el valor
simbólico y espiritual de los números 6
a 10
NUMERO SEIS = senario.
Este número el sello del mundo porque todo lo creado fue hecho por
Dios en seis días. Es un número de perfección y de todo lo bueno, tiene la
virtud de que cuando Dios hizo todo, según el génesis, al terminar cada día su
obra lo último que hace es mirarla y ver que “era buena” , por eso es el número
de todo lo bueno. Es el número que nos vincula con los aspectos bondadosos, con
aquello que Dios mismo creó. Además nos vincula con la relación amorosa de Dios
mismo. Es también sello del hombre porque el hombre fue creado en el sexto día.
Además es número de salvación porque el Maestro muere al sexto día (al viernes
lo contamos como sexto día).
El misterio del
número innombrable – tres veces seis- el número de la bestia. Según lo explica
San Juan comprender ese misterio supera la capacidad humano. Comprender el
misterio de ese número no está reservado al hombre. Una de las interpretaciones
es que al ser el seis el número del hombre y al ser tres veces seis es el
hombre que se quiere divinizar, desplazar a Dios. Es como una trinidad hecha a
medida del hombre. El maligno hizo una especie de imitación del cielo : hay un
padre de la maldad, un hijo de la maldad y un espíritu de la maldad, y hasta
una iglesia de la maldad. Todo eso existe y se define puntualmente como
satanismo. Se trata de un camino espiritual inverso.
NUMERO SIETE = septenario.
Es un número variable y múltiple en su poder. Potencia todo (para
el bien y para el mal). Posee la virtud de lo corporal y lo espiritual, porque
el tres remite a lo espiritual y el cuatro a lo creado; abarca el cuerpo y al
alma, ya que el cuerpo está compuesto por cuatro elementos y el alma posee tres
fuerzas: la memoria, el entendimiento y la voluntad. Es un número de
regeneración porque todo se reanuda y se renueva con relación al ritmo del
número siete (cada siete años cambiamos las células del cuerpo, cada siete días
se cambian las células de la lengua). Todo misterio regenerativo está
relacionado con el número siete. El sábado es el séptimo día que se dice
sabático que remite al descanso a la unión y al perdón, porque en el séptimo
día Dios descansa.
Siete es número de camino espiritual y
siete son las bienaventuranzas. Además siete es el número del pedido porque
siete pedidos tiene el Padre Nuestro. Todo lo que se pueda implorar esta en el
Padre Nuestro pedido con toda claridad.
Siete son los
dolores de la Virgen. Siete las iglesias del Apocalipsis y son siete los
ángeles de la Apocalipsis, siete son las lámparas.
El número siete
favorece y potencia toda actividad. Es un número muy bueno para cualquier tipo
de pedido (ritmo).
El rito es permite que algo mínimo accione por su gran espiritualidad.
El siete es un
número que se recomienda usar para cualquier cuestión en que se sienta
necesaria de ser potenciada. Agripa aclara muy bien diciendo que es un número
de mucha virtud para arriba o para abajo. Se accede a potenciar un pedido a
través de poner en claro el ritmo del siete (siete glorias y siete días). El
septenario va a permitir que mi pedido se desarrolle con una virtud mucho
mayor.
Es un número que
remite a la transformación el dolor con relación a que son siete los dolores de
la Virgen. También es un número de reposo, para pedir cosas contemplativas. Al
siete se le puede pedir lo jubilar. El siete multiplica. Cada siete años
deberíamos perdonarnos las deudas. Siete es número de perdón. “¿Señor cuantas
veces debería perdonar a mi hermano? setenta veces siete y una más.
NUMERO OCHO = octonario.
Número de justicia y plenitud. Es el primero que se lo puede dividir
en números iguales (cuatro, dos). En la antigüedad los bautisterios (pila
bautismal) eran todas octogonales. En Mateo las alegrías espirituales son ocho
(bienaventurados los pobres de espíritu porque de ellos serán los reinos de los
cielos ...).
Ocho es número de
conservación y salvación porque ocho son las personas que se salvan en el arca
de Noé. Cuando Dios decide salvar y conservar lo hace a través de este número,
en este sentido podemos decir que analógicamente las bienaventuranzas son los
ocho aspectos del desarrollo espiritual que nos permite alcanzar la salvación
de nosotros mismos, preservar aquello que en nosotros va a ser eterno. Un
misterio interesante es que cuando Dios crea el diluvio hace que Noé invite a
que sean ocho en el arca y al fin pone el famoso sello del arco iris como signo
de que Él nunca más iba a repetir lo del diluvio. Dios le dice a Noé que ese
signo (el arco iris) era un pacto entre Él y la humanidad de que nunca más la
iba a destruir. El arco iris es un presagio hermoso que nos dice que Dios esta
preservando algo en uno. Remite a que Dios siempre va a preservar algo en mí
que me pueda salvar, este donde este hay algo en mi que va a ser eternamente
salvado si yo lo acepto. El arco iris tiene siete colores que juntados todos
nos dan un octavo color.
NUMERO NUEVE =
novena. El nueve es muchas cosas en la tradición y la que más se rescata es que
nueve son las formas en que Dios se manifiesta a través de sus coros angélicos.
Esta tradición se la debemos a San Dionisio. Es un número netamente Angélico y
remite a lo novedoso. Cuando hacemos novenas siempre
involucramos ángeles, aunque la novena se
la realicemos a un santo.
El nueve a los
coros angélicos. Le hacemos novenas a la Virgen, los Santos, y lo que logramos
es poner en juego la capacidad angélicas de estos seres de luz. Ellos accionan
a través de los ángeles. Al realizar una novena a la Virgen lo que hacemos es
pedirle a la Virgen que manifieste su gracia a través de estos seres que son
más que sus emisarios, son su propia voluntad manifestada a través del ángel .
Los Santos son angélicos, tienen características angélicas.
La novena va a
remitir siempre (aunque se la haga a un Santo) a las nueve jerarquías angélicas
o a lo Angélico de ya que vuelve a la unidad.
Los diez
mandamientos son las diez formas de preservarse como persona espiritual.
una experiencia.
NUMERO DIEZ = denario.
Llamado número total ya que después del no se cuenta sino es por
replica. Es principio y fin
Todos los números
nos vinculan con aquello que Dios hizo en algún momento y que va a ser
eternamente de esa forma. Si Dios decide manifestar su luz a través de un acto,
es porque en ése acto lo que Él está haciendo se puede manifestar plenamente.
No puede ser superado. Uno cree por ejemplo que el Maestro se manifiesta en un
tiempo; la escritura dice: cuando llego el tiempo a su madurez dada para que el
Maestro nazca..., Él nace. Eso quiere decir que ese era el momento en el cual
la plenitud de su encarnación podía darse.
Cada número
expresa la plenitud de un acto sagrado (cinco llagas, ocho personas...). Son un
canal por los cuales ésta luz divina se expresa. Son formas por las cuales Dios
manifiesta su propia luz.
Todo lo que Dios hace y expresa eternamente se repite
El número
cuarenta es el que remite al misterio del encuentro interno de uno con Dios, y
a la experiencia del desierto. Nos remite a abandonar todo lo superfluo para
acceder a lo trascendente. Donde me falta todo para obtener lo único necesario.
Es un poco el
tiempo a que Dios nos invita a que hagamos nosotros como hombres lo que nos
corresponde para que Él pueda hacer lo que corresponde como Dios. Abandono y
poder percibir que Él está acá con migo. El cuarenta es número de plenitud
total, de presencia. Es el número que se lo llama “de la prueba acompañada.”
El siete multiplica. Cada siete años deberíamos perdonarnos las deudas. Siete es número de perdón.
“¿Señor cuantas veces debería perdonar a mi hermano? setenta veces
siete y una más. Setenta veces siete es el número pleno del perdón. Perdón es
romper con los lazos de odio que nos vinculan con otros. Se puede elegir una
oración y repetirla setenta veces siete más una. Se puede rezar un Ave a María
durante setenta veces siete días más uno para poder perdonar o ser perdonado
por alguien o por algo. Es poner la levadura del perdón en la masa de mi alma,
para decirlo de alguna forma.
Otra forma es hacer setenta oraciones por siete veces más una, para que resulte más corto. Siempre teniendo algo que en principio se relacione al siete, por ejemplo siete velas prendidas o prenderla por siete días.
El cielo son los
ángeles mismos que son el amor de Dios hecho alguien. Cuando yo le pido a mi
ángel de la guarda, le estoy pidiendo a aquello que hay de Dios en él. Por eso
el ángel no me permite arrodillarme ante él para que yo no entre en la
confusión, en que lo divinice. Lo que el ángel trae no es de él sino de Dios.
Invocar es pedir que descienda. A los Santos se invoca y venera
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