El tercer ojo no es una glándula endócrina, aunque está
relacionado con las glándulas Pineal y Pituitaria. Se trata en realidad de un
órgano que surge con el desarrollo espiritual de la personalidad integrada, y
se deriva de la superposición e interrelación de los tres chakras superiores.
El tercer ojo, llamado también ojo de la visión etérea
simbolizado en el cuerpo del unicornio (su cuerpo representa el cuerpo astral),
es a veces activado por el delirium tremens de los alcohólicos, permitiéndoles
ver los seres del bajo astral, y también se suele activar en niños menores de 7
años que a veces hablan de duendes y hadas.
Para que el tercer ojo funcione y produzca la clarividencia,
los tres chakras superiores deben estar energetizados con una energía
espiritual de naturaleza triple, que fluye al aura desde el alma humana; y
estas energías vienen de tres planos espirituales denominados Atma, Buddhi y
Manas, y energetizan las glándulas Pineal, Pituitaria y Tiroide.
LA APERTURA DEL TERCER OJO
Abrir el tercer ojo es algo complicado, pues los componentes
del tercer ojo son los mismos materiales con los cuales debemos buscarlo.
Este vórtice de energía positiva produce tanto la entrada
como la salida de energía, y para poder activarlo es necesario realizar
simultáneamente cinco procesos:
un cambio en la personalidad
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