Ritual de la luna menguante.
La luna menguante es la antigua abuela, la terminación de los ciclos y la hora
de la oscuridad. Es el laberinto de la experiencia, la sabiduría, las
transformaciones y el renacimiento. Los hombres le temen a la luna menguante, las
mujeres la abrazan. Ella es el universo en desarrollo y la muerte, deja ir y
cambia lo que precede nuevos comienzos y renovaciones.
Hecate es la Diosa del último cuarto de la luna, es la anciana, la ermitaña, la shaman, la mujer sabia. Rechazando la concepción y el aspecto de la madre, representa la menopausia y menstruación, la Diosa que todo lo recibe y cambia la hija de la luna nueva, Perséfone, se convierte en Deméter, la madre en la llena y en Hecate, la anciana, en los ciclos menguantes. El tiempo es un pasaje de la vida y una segunda iniciación, paralelo a la menarquía de Perséfone, el rito menopáusico da paso a una nueva etapa de la vida.
Hecate, luna oscura, es la mujer y el caldero, el nacimiento en aspecto mortal y el centro sipapu de llegar a ser, las serpientes con sus pieles renovadas, su cercanía a la tierra y su esencia con símbolos de luna menguante. Todo lo que termina es parte de Hecate y todo lo que empieza esta dentro de ella. El tiempo del oscurecimiento, es el tiempo de caminar dentro del poder del laberinto. El conocimiento entra al caldero y se construyen las bases las raíces se extienden hasta el centro. Las mujeres finalizan cosas iniciadas en los ciclos crecientes, investigan, planean, editan y colocan nuevas raíces avanzan hacia arriba, emergen, se manifiestan y crean. Una cosa se convierte en otra en interconexión de la vida: la rueda no tiene principio ni fin.
La luna menguante es el cuerpo de la mujer, el caldero como matriz. Para
mujeres que ovulan y no ha concebido, estos son los días premenstruales y
menstruales, el tiempo en que se libera la concepción rechazada y el ciclo es
renovado. Hay un relajamiento emocional después de la activa intensidad
externa. De la luna llena y las mujeres se vuelven mas célibes por decisión
consiente o inconsciente. Para muchas mujeres es un periodo de sueños sexuales
y a veces violentos, pero la violencia de la luna menguante rara vez se
manifiesta. La auto aceptación en esta fase, siguiendo o no los ciclos lunares,
evita la depresión y el ser ‘premenstrual’ o el ser’ menopáusica’.
Honrar a Hecate dentro de nosotras guía a un espacio de calma reflexiva, de alta sensibilidad y entendimiento.
Honrar a Hecate dentro de nosotras guía a un espacio de calma reflexiva, de alta sensibilidad y entendimiento.
Ahora son fuertes la introversión y la
espiritualidad y este es un tiempo de aprendizaje, de desarrollo de las
habilidades psíquicas.
El cuerpo de la mujer es fuente de la vida. Sin importar si escoge reproducirla
o no. Y si esta o no en sus años fértiles.
Y la luna como Diosa, creativa, creciente y menguante, es el ciclo de las mujeres.
El derrame de sangre en la menstruación y su ausencia en la menopausia. Son parte de los ciclos de las mujeres y de la luna.
Y la luna como Diosa, creativa, creciente y menguante, es el ciclo de las mujeres.
El derrame de sangre en la menstruación y su ausencia en la menopausia. Son parte de los ciclos de las mujeres y de la luna.
La guerra es la parodia patriarcal del flujo mensual de sangre en las mujeres y
la menstruación y la menopausia son opuestas a la guerra, son una
afirmación de paz y fuerza vital de la Diosa. El tiempo oscuro del cambio, es
el periodo de poder personal de la mujer.
El comienzo de la menstruación es una liberación que origina el comienzo de un nuevo ciclo, la menopausia es la liberación de la menstruación, de la concepción y de la crianza de hijos y otro pasaje del laberinto.
El comienzo de la menstruación es una liberación que origina el comienzo de un nuevo ciclo, la menopausia es la liberación de la menstruación, de la concepción y de la crianza de hijos y otro pasaje del laberinto.
Los rituales de luna menguante de las mujeres son curaciones y destierros,
protecciones, purificaciones para la renovación y adivinaciones. Este tiempo es
bueno para meditar sobre el pasado, tocar los aspectos de la tierra o del ser
interior, romper hábitos negativos, abandonar relaciones amorosas pasadas y
liberar necesidades. Descartar lo que ya no es útil abre nuevos caminos. Todo
esto es hecho con calma, con amor y sin culpa. Los rituales de luna menguante
afirman el lado oculto del laberinto. Ellos reconocen, utilizan el poder
femenino, haciendo que las mujeres reconozcan la gracia y el positivismo de las
finalizaciones, de la oscuridad y las profundidades del interior.
Ritual de Luna Menguante para cerrar ciclos durante la mestruación
En una noche del último cuarto de la luna, la mujer toma un baño ritual y se
dirige vestida de cielo, desnuda al altar.
Ella ha empezado la
menstruación, y usa un símbolo de esta sobre su cuerpo, tal vez un
cristal que pende de una cuerda roja. Como collar o un cinturón rojo.
Sobre el
altar coloca velas blancas y rojas, una madeja de hilo negro, una concha con judías
secas y un caldero o un tazón lleno con tierra fresca.
Sobre el altar tiene
otros objetos significativos para ella en especial objetos del elemento tierra.
El baño es una purificación relajante y lo complementa encendiendo incienso de
salvia, cedro, sándalo o pino y respirando el humo que la rodea con su
fragancia.
Luego traza el círculo, solo la vela blanca esta encendida y solo la apaga
después de honrar a Hécate. Sentada cómodamente en la oscuridad, la mujer
medita sobre la noche y la luna menguante. Sobre el fin y comienzo de los
ciclos.
Visualiza la oscuridad como un manto de terciopelo, que la reconforta y abriga, liberándola de sus tensiones y preocupaciones se siente protegida por la Diosa luna, la oscura Hecate, la Diosa abuela del descanso y la paz, ella se da cuenta de que se encuentra segura dentro de la matriz de la Diosa y que esta matriz es también suya.
Siente el calor y la oscuridad de su cuerpo, hace una pausa para honrarlo y observa el proceso de cambio empezando en su interior percibe la firme redondez de sus paredes uterinas y toca sus cojines vivientes de sangre vital.
Visualiza la oscuridad como un manto de terciopelo, que la reconforta y abriga, liberándola de sus tensiones y preocupaciones se siente protegida por la Diosa luna, la oscura Hecate, la Diosa abuela del descanso y la paz, ella se da cuenta de que se encuentra segura dentro de la matriz de la Diosa y que esta matriz es también suya.
Siente el calor y la oscuridad de su cuerpo, hace una pausa para honrarlo y observa el proceso de cambio empezando en su interior percibe la firme redondez de sus paredes uterinas y toca sus cojines vivientes de sangre vital.
Dándose cuenta del color del olor y la textura y afirma cada
uno de ellos, los abraza como maravillas. Luego deja la matriz la oscuridad del
manto de terciopelo ahora dentro de ella.
Recordando su matriz, ella enciende
la vela roja sobre el altar y atrae la luz hacia su conciencia y su cuerpo,
siente que llena su útero con calor y energía agradable, y así visualiza el
comienzo de su menstruación, el cambio del viejo ciclo.
Observa el sangrado y ve como limpia y renueva su cuerpo lleno de luz.
Los momentos finales, son nuevos comienzos. La lección de la oscureciente
luna de Hecate, ungiendo la vela con un poco de su sangre menstrual, dice:
La sangre debe ser renovada, que el sagrado misterio sea reconocido y honrado.
Derramo mi sangre para renovarme, que la vida pueda continuar, la mía y la de todos en la tierra, esta luna menguante.
Derramo mi sangre para renovarme, que la vida pueda continuar, la mía y la de todos en la tierra, esta luna menguante.
Toma el hilo negro del altar y con una hebra hace un lazo alrededor de la vela prendida y dice:
‘Con este derramamiento elimino las preocupaciones’
Y hace un nudo, toma otro lazo y dice:
‘con este derramamiento elimino el temor’
Enlista las cosas que quiere liberar de su vida con cada afirmación, coloca un hilo alrededor de la vela y le hace un nudo.
Mientras hace sus nudos imagina sus destierros atados a la vela, las cosas que quiere liberar de su vida y coloca una gota de sangre menstrual sobre cada uno de ellos. La vela continua encendida mientras se desarrolla el ritual y cuando se consume quema el hilo sus derramamientos y preocupaciones se van con la llama.
Mientras arde la vela roja la mujer toma la concha de mar llena de semillas de judías secas que representan nueva vida, y vertiéndolas en su mano izquierda dice:
‘estos son mis inicios, planto estas semillas para que crezcan cuando la luna sea nueva’
Toma la semilla con su mano derecha y dice:
o mi sangre para renovarme, que la vida pueda continuar, la mía y la de todos en la tierra, esta luna menguante.
Toma el hilo negro del altar y con una hebra hace un lazo alrededor de la vela prendida y dice:
‘Con este derramamiento elimino las preocupaciones’
Y hace un nudo, toma otro lazo y dice:
‘con este derramamiento elimino el temor’
Enlista las cosas que quiere liberar de su vida con cada afirmación, coloca un hilo alrededor de la vela y le hace un nudo.
Mientras hace sus nudos imagina sus destierros atados a la vela, las cosas que quiere liberar de su vida y coloca una gota de sangre menstrual sobre cada uno de ellos. La vela continua encendida mientras se desarrolla el ritual y cuando se consume quema el hilo sus derramamientos y preocupaciones se van con la llama.
Mientras arde la vela roja la mujer toma la concha de mar llena de semillas de judías secas que representan nueva vida, y vertiéndolas en su mano izquierda dice:
‘estos son mis inicios, planto estas semillas para que crezcan cuando la luna sea nueva’
Toma la semilla con su mano derecha y dice:
‘Quiero ser amada’
sembrando la semilla en el tazón de tierra del altar dice:
‘Soy amada’
y asi la mujer tomando una a una las semillas y sembrándolas, expresa todas sus peticiones.
Anhelándolas primero y luego haciéndolas realidad.
Terminando esto y con los hilos de la vela quemados, honra
su cuerpo, agradece a Hécate por las agradables finalizaciones, da la
bienvenida a Perséfone y a los comienzos y dice:
‘que asi sea’.
Luego da las gracias a la Diosa, liberando las cuatro direcciones y abriendo el circulo, conecta a tierra el exceso de energía y termina el ritual diciendo:
‘bendita sea’ .
Un ciclo ha terminado y empieza otro con la luna nueva.
‘que asi sea’.
Luego da las gracias a la Diosa, liberando las cuatro direcciones y abriendo el circulo, conecta a tierra el exceso de energía y termina el ritual diciendo:
‘bendita sea’ .
Un ciclo ha terminado y empieza otro con la luna nueva.
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