La glándula pineal se encuentra en el centro de nuestro
cerebro, y es la encargada de segregar y regular la melatonina, una hormona
asociada al sueño y al proceso biológico. En la actualidad se sabe, a través de
la medicina, que es una de las glándulas que regula todo el sistema endocrino
humano, lo que la convierte en nuestra farmacia natural de por vida.
Por otra parte, durante la historia de la humanidad, se la
ha asociado con el tercer ojo por una razón especial: esta glándula nos
interconecta sensitivamente. Muchas figuras de la historia, como Descartes, han
encontrado una atracción en su estudio, con algunas hipótesis más aprobadas que
otras.
Lamentablemente, a temprana edad, esta glándula comienza a
desarrollar un proceso en el cual se calcifica, y es allí cuando se impide su
desarrollo. Pero mediante la meditación y la visualización se convierte en
nuestro camino manifiesto para el desarrollo espiritual.
Aquí te presentamos un Ejercicio para Activar la Glándula
Pineal. Sigue los siguientes
Pasos:
1- Aquieta tu Cuerpo, Mente y Espíritu
Para iniciar este proceso de activación de la glándula
pineal es necesario realizar una meditación a conciencia en donde busquemos
alejarnos de todo flujo de pensamiento que nos ligue a lo material.
Ubícate en una posición cómoda, cierra tus ojos y comienza a
regular tu respiración en forma lenta y profunda, para poder disminuir así el
ritmo cardíaco.
2- Enfócate en la Glándula Pineal
Toda tu conciencia debe ordenarle a tu glándula pineal que
comience a activarse, y para ello puedes imaginártela a la altura de tu
entrecejo, unos centímetros más arriba.
Debes sentir y visualizar una gran luz de color perlado que
empieza a tomar fuerza.
3- Conéctate con la Fuente
Observa dentro de ti cómo aquella luz comienza a irradiar
rayos del color del arcoíris y a conectarse con la energía suprema, la fuente
Universal, creadora de todo amor.
4- Nútrete de la Fuente
Cada célula de tu cuerpo comienza a sentir la conexión con
la fuente y alimentarse de ella.
Para ello es necesario imaginar que el amor
más puro baja con rayos de colores, y que un rayo rosado y otro amarillo viajan
internamente desde el centro pineal hasta el centro cardíaco, donde se depositan,
causándote una inmensa sensación de paz, energía y gratitud.
Desde el centro del plexo solar comienza a gestarse un Sol
radiante con luces rosadas y amarillas.
Mientras inhalamos, imaginamos que el aire que ingresa por
nuestra nariz es de color rosado, al tiempo que el que sube desde el plexo
solar será de color amarillo. Cuando exhalamos toda nuestra luz se expande en
el entorno.
Así completamos la conexión con nuestra fuente divina. El
amor abarca cada célula de nuestro cuerpo físico y espiritual.
5- Expande tu Amor
La luz sigue ingresando a nosotros desde nuestra fuente
originaria y se compone de múltiples colores.
Comienza a recorrer todo nuestro cuerpo hasta llegar a
nuestras extremidades y, al llegar a nuestros dedos, expandimos ese amor a todo
el plano físico que nos rodea.
6- Sella la Experiencia
Puedes visualizar cómo una luz violácea estridente nos
envuelve y protege desde los pies hasta la cabeza. Reafirmamos así nuestros
sentimientos de paz y armonía que quedan a nuestra disposición.
7- Finalización
Desde el lóbulo frontal (frente) al interior de tu cabeza
una línea de luz se generará, justo en medio de cada extremo de la línea de
luz, una flor bellísima comenzará a florecer con mucha luminosidad y brillo.
La flor se abre hacia el lóbulo frontal, y sella la acción y
capacidad de co-creación en nuestras vidas.
Luego de realizar la actividad, descubre el sentimiento de
gratitud, y disfrútalo tanto como puedas.
Cuando lo consigas, abre tus ojos lentamente y sonríe.
Para acompañar este ejercicio de visualización, es ideal
utilizar una música energética que estimule tus vibraciones corporales
positivas.
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