1- Espadas=aire=mente=pensamiento=razón=sistema de
creencias.
2- Son un elemento masculino, activo y objetivo; buscan
definir la "realidad" en términos conceptuales, por eso se dice que
el "lenguaje construye realidad" ya que nuestro enfoque determina lo
que se manifiesta en lo concreto.
3- Las Espadas representan la irrupción de una nueva
consciencia, es la aparición de un nuevo paradigma que puede ser desde aprender
a hablar, suscribirse a una religión o aprender un idioma diferente a la lengua
natal.
4- Nos hablan acerca del lenguaje y la comunicación, el aire
es un elemento vinculante, relaciona una plano con otro al igual que el
pensamiento es capaz de conectar diferentes esferas.
5- Guardan relación con la capacidad de proyección y
análisis, las espadas separan y dividen y, también se adentran en los rincones
más recónditos, el aire penetra cualquier rendija.
6- El doble filo de las Espadas simboliza la capacidad de la
mente para crear o destruir según el uso que le demos. Es fundamental conocer
la dimensión sagrada de la palabra,
7- La mente es la antesala de la emoción, constituye el
primer ciclo de los arcanos menores, y sólo al concluirlo podemos entrar en la
consciencia receptiva de las copas. Al salir de la soledad de la mente y
permitir el ingreso de otras visiones, potencialmente se da espacio a la
subjetividad que sin duda tiene una base discursiva.
8- El Ego es una categoría mental, la herida egoíca nace de
la interpretación dolorosa que hacemos de la realidad que es realmente neutra,
pero al calificarla según nuestros valores y sistema de creencias agarra un
tinte determinado.
9- En los mazos que ilustran los arcanos menores las cartas
de espadas suelen ser las más dramáticas, grafican mucha violencia y dolor ya
que es en la mente que vivimos con mayor dramatismo, como les comentaba en el
punto anterior el sufrimiento nace de la interpretación.
10- La toma de consciencia nace en este nivel, se necesita
un yo que perciba la realidad, que sea testigo, que pueda darse cuenta de lo
que observa y pueda integrarlo. La toma de consciencia siempre duele porque
precisamente es la idea: salir de la indiferencia. Cuando pese a darnos cuenta
no hacemos un cambio consciente, el dolor se alarga hasta convertirse en
sufrimiento y nosotros en víctimas- cómplices de nuestro padecer.
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