Apenas suenen las doce campanadas anunciando la muerte del 2020 y el nacimiento
del 2021, concéntrate bien e imagina que tienes entre tus manos un globo blanco
inflado con gas helio , imaginando que es el alma de tu planeta, la Tierra, tu
Sagrada Madre. •Acaricia ese globo con el mayor amor posible, con ternura,
cariño, agradecimiento, admiración, respeto infinito. Siente su actual dolor,
su enfermedad. Desliza tus manos por su superficie blanca, comenzando a
limpiarla de todas las escorias que la cubren. •Despójala de la polución de sus
aguas, de su suelo, de su cielo. Elimina como pellejos podridos a las
acumulaciones de armamentos, a los asesinos legales disfrazados de soldados, a
los políticos corruptos, a los dictadores ególatras, a los banqueros ladrones,
a los comerciantes envenenadores, a las religiones convertidas en sectas
caducas, a los artistas prostituidos, a las multinacionales vampiras, a los
lobbys farmacéuticos sembradores de vacunas inútiles y píldoras promiscuas, a
los traficantes bandidos, a los multimillonarios avaros acumulando un dinero
abstracto… •Limpia con tus palmas amorosas el hambre, los racismos, las
fronteras, las guerras “patrióticas” por el petróleo, el gas, los minerales… Elimina
la misoginia implantada por sacerdotes perversos, equilibra el sitio de la
mujer en la sociedad… •Cuando sientas que has limpiado la esfera-alma de la
Tierra, comienza a darle fertilidad, paz, amor sublime, hasta que sientas que
tienes entre tus manos un edén… •Danza con esta resplandeciente esfera, a la
que sientes latir como un corazón y luego abre una ventana y envíala al
exterior para que se eleve y se una con todas las otras esferas blancas que
personas conscientes como tú han lanzado hacia ese sueño llamado “la realidad”.
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