lunes, 18 de octubre de 2021

EVOLUCIÓN DEL ALMA DESENCARNADA Parte II

 


El espíritu constata con alegría al dejar la atmósfera fluídica de la Tierra, lo que hizo de bueno, y, con tristeza, las acciones reprobables. Son entonces desnecesarios e inútiles los pedidos a supuestos juzgadores divinos, para que se compadezcan de las faltas por él cometidas.

 

Es oportuno también esclarecer que locales donde se hacen evocaciones a seres desencarnados –como los cementerios, entre otros – constituyen puntos de atracción del astral inferior, en razón de las corrientes fluídicas afines formadas por los pensamientos de desaliento de los allí presentes.

 

Por eso, cuando alguien tuviere, por ejemplo, la obligación moral de acompañar a un sepelio  debe desviar el pensamiento de la comunión debilitada y erguirlo sereno, claro, límpido, consciente al Astral Superior, para que el espíritu pueda ser encaminado a su plano de evolución, libre de sus ligazones con la materia y de las influencias originarias de las emociones inferiores existentes en el planeta.

 

Ningún espíritu encarna teniendo como punto de partida el astral inferior. Él obligatoriamente pasa para el mundo correspondiente a su clase, y, solamente de su mundo, podrá venir a re-encarnar.

 

No es sin decepción y sufrimiento que muchos espíritus ven caer el castillo de fantasías que construyeron en la mente con el material ofrecido por el misticismo que aún predomina. Tan grande es el apego a esas ilusiones que ni mismo en estado de semi conciencia espiritual son capaces de raciocinar, para tener el esclarecimiento que tantos beneficios les proporcionaría.

 

En tal estado – y porque el cuerpo fluídico les da la impresión del cuerpo físico – los espíritus quedan vagando por la atmósfera fluídica de la Tierra y se disgustan con la falta de atención de las personas que no perciben su presencia. Así, se perturban, pierden la noción de su estado y quedan en una situación de completa perplejidad. Con el correr del tiempo, se van familiarizando con el ambiente y estableciendo conocimiento con otros espíritus, en idéntica situación.

 

Al penetrar en el astral inferior, los espíritus observan el cuadro de la vida material terrena como siempre lo conocieran. Expresándose como los demás desencarnados, por la acción del pensamiento, como si estuviesen hablando, pueden oír el mismo timbre del sonido que les da la idea de ser de la propia voz. Ese fenómeno es perfectamente comprensible: los pensamientos se propagan a través de ondas y formas y las condiciones de comunicación se realizan de acuerdo con las afinidades vibratorias.

Los espíritus en el astral inferior quedan completamente ilusionados sobre la realidad de la vida y en dependencia de ser despertados para ella. Y ese despertar no es fácil, si tomamos en cuenta la influencia del ambiente perturbador que los envuelve. Sin la lucidez indispensable al esclarecimiento del embotado sentido del deber, permanecen en una situación inferior a la que mantenían cuando encarnados, pues reducen, considerablemente, la posibilidad de mejorar su estado espiritual.

Tal situación contribuye para que el espíritu se acomode en el astral inferior por desconocer los males que le advienen de esa permanencia en un medio de baja espiritualidad, con la circunstancia agravante de almacenar, para rescate futuro, carga más o menos pesadas, conforme la actividad a que se entregó en ese ambiente. 

Cuando el ser humano no posee esclarecimiento con respecto de la vida espiritual, son las cosas íntimamente relacionadas con la materia que más lo influencian en los momentos que anteceden y suceden a la desencarnación, de la cual comúnmente no se percibe. Esa influencia es aún mayor cuando el espíritu vivió dominado por los vicios, con el pensamiento dirigido para las ilusiones del mundo físico.

Algunos espíritus pasan, entonces, a actuar sobre las personas, y esa actuación, cuando persistente, acaba por tornarse obsesiva. Es ese el deseo que los lleva a permanecer en el astral inferior, en una ocupación semejante a la que tuvieron como encarnados. Procuran ejercer esa actividad donde encuentran seres con mediumnidad desarrollada y sin el conocimiento de los recursos de defensa espiritual proporcionados por la disciplina racionalista cristiana.

Los espíritus en estado de perturbación en la atmósfera fluídica de la Tierra no pueden evitar las influencias deletéreas perjudiciales, cualquiera sea el grado de evolución que hayan alcanzado.

En el astral inferior, los espíritus dan expansión a los vicios que alimentaron en cuerpo humano. Así, si tienen voluntad de fumar, se aproximan de las personas que están fumando y experimentan, por inducción, el mismo placer que ellas sienten. De igual modo proceden con relación a los demás deseos, de ahí concluyéndose que los seres poseedores de vicios pueden servir, como instrumentos inconscientes, a la satisfacción de prácticas viciosas alimentadas por los espíritus del astral inferior.


Gracias por compartir Griselda.

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