Probablemente, la asociación entre la
bruja y la manzana se ha visto sumamente reforzada en nuestro imaginario,
gracias a cuentos de hadas como el de Blancanieves. Sin embargo, la relación
entre ambas ha existido incluso antes de la gestación de esa historia. El hecho
de que este fruto se halle presente en tal relato, no es fortuito, pues la
manzana posee una gran carga simbólica en la mitología de muchas culturas y,
por supuesto, en las diferentes tradiciones del Paganismo y la Brujería.
En su Diccionario de los símbolos, Jean Chevalier explica que el significado atribuido a la manzana como símbolo, resulta plural, ya que, de acuerdo al mito o cultura, sus connotaciones varían y puede representar el conocimiento, la inmortalidad, la fecundidad divina, el amor, la fidelidad, la tentación, la belleza, la juventud y la renovación, la magia y la revelación, la verdad, entre otras cosas.
Desde la concepción pagana, la manzana ha representado la energía femenina y el poder de la Tierra, por lo que está fuertemente vinculada con la adoración a la Diosa. La manzana constituye un don otorgado por la Divinidad para asegurar la continuidad de la vida en el planeta, al tratarse de un portentoso alimento destinado para los seres humanos y su supervivencia.
La gran Diosa ofrece la manzana a sus adoradores como símbolo de vida y de una promesa de conocimiento, de descubrimientos y de evolución en la tierra. La manzana adquiere este significado sagrado, puesto que, en su interior, se encuentra el pentáculo o estrella de cinco picos, que se revela al cortar el fruto de manera transversal. Chevalier lo explica en los siguientes términos: “El simbolismo de la manzana procede de lo que contiene en su interior: una estrella de cinco puntas (tetragrámaton). Esta estrella es el símbolo, para los iniciados, del hombre auto-realizado, el hombre que se erige a sí mismo, del hombre sabio”. Por ello, para muchas brujas, el acto de comer una manzana, implica la comunión con la Diosa y el despertar al conocimiento de la esencia divina que reside en cada persona.
Las manzanas son sagradas para muchas deidades, entre ellas, Afrodita, Iðunn, Freya, Pomona y Eris. Por ejemplo, en la mitología y las tradiciones mágicas griegas, ese fruto se asocia con Afrodita, quien en el juicio de Paris, obtuvo la manzana dorada que designaba a la más hermosa de las diosas del Olimpo. La asociación se ve reforzada por el hecho de que el planeta Hesperus (Venus) traza un pentagrama perfecto en su travesía por el universo. Debido a su vínculo con Afrodita, la manzana es utilizada en numerosos hechizos de amor.
Otro mito griego en relación con la manzana es el que involucra a las Hespérides, nueve ninfas que custodiaban un manzano cuyos frutos de oro concedían la inmortalidad a quien comiera de ellos. Este simbolismo también se ve reflejado en la mitología nórdica, donde la diosa Iðunn (nombre que significa la “siempre jóven”) era la encargada de cuidar y proteger el árbol que daba las preciosas manzanas doradas que otorgaban juventud y vida eterna a los dioses.
Por otro lado, en las tradiciones celtas, la manzana es una fruta que simboliza la ciencia, la magia y la revelación. También connotaba la belleza, la pureza, la honestidad, el renacimiento y el Otro Mundo. La utilizaban en encantamientos de amor y prosperidad, adivinación, curación, así como en rituales de bendición de los campos: se vertía sidra de manzana (la bebida más venerada por los druidas) en el suelo antes de la siembra para dar vida a la tierra. Era tal su importancia en la cultura celta, que el manzano es uno de sus siete árboles sagrados y forma parte del alfabeto Ogham, siendo representado por la letra Qert. Igualmente, este querido fruto de las brujas, da nombre a uno de los lugares más destacados de los mitos celtas: la enigmática Avalon, la isla de las manzanas, el hogar de la hechicera Morgana. Actualmente, muchas personas ven en Avalon un espacio simbólico donde reside el legado espiritual femenino que toda bruja atesora y resguarda en su corazón.
La manzana reina en otoño y anuncia la época de cosechas. Y aunque representa la inmortalidad, también es considerada como un alimento que asegura trascendencia para los muertos. De ahí que siempre se encuentre presente en las ofrendas y rituales de Mabon y Samhain.
Algunos usos que tiene el manzano y sus frutos en las prácticas mágicas son los siguientes: su madera sirve para hacer varitas, mientras que con sus flores se preparan inciensos. En Mabon, algunas brujas suelen elaborar “Apple dolls”, que no son otra cosa que esculturas de manzana, cuyo propósito es representar las bendiciones cosechadas en sus vidas.
Así, la manzana es la fruta más
sagrada y preciada para las brujas. Por esa razón, cuando mordemos la manzana
honramos nuestra conexión con la Diosa y recordamos nuestra herencia mágica;
transgredimos los límites y alcanzamos el conocimiento y sabiduría ancestral
que aguarda por nosotras. Cuando mordemos la manzana celebramos con gratitud el
amor, la belleza, nuestra hermandad y lo generosa que es la Tierra con todas
sus criaturas.
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