Este proceso de masculinización de los dioses, fue un proceso largo, difícil y a la vez, más orgánico de lo que imaginamos. Ese largo proceso, en el que el poder de la diosa dejó de equilibrar la balanza de lo masculino y lo femenino, fue el momento en el que el imaginario colectivo fue restando poder y posibilidades a las mujeres.
La palabra "Diosa" se refiere a un Ser Divino Femenino.
Alrededor del mundo, y durante miles de años, la mayoría de nuestros ancestros veneraron a una Divina y muy Poderosa Madre-Diosa.
Ella fue honrada como la Madre de Toda Vida.
Arqueólogos modernos han descubierto numerosas estatuas y artefactos que verifican la veneración de antiguas deidades femeninas.
Los primitivos humanos dependían de la Tierra para todas sus cosas: comida, protección...
Era la proveedora de todo lo necesario para la vida... y también la vida misma.
Ellos habían notado que toda la vida era creada a partir de los cuerpos de las hembras (tanto mujeres como animales), de modo que encontraron natural la idea de que existiera una Creadora Femenina Todopoderosa también.
Se han encontrado numerosas imágenes de diosas en pinturas rupestres, figuras talladas y pequeñas esculturas que datan de 35.000 años antes de Cristo o tal vez anteriores.
Algunas de esas imágenes fueron llamadas "Venus" y tal vez la más famosa de todas sea la Venus de Willendorf.
La mayoría de estas figuras femeninas de diosas muestran seres redondos, abundantes y serenos.
Las amplias y generosas formas simbolizaban prosperidad, libertad y seguridad.
La Diosa fue celebrada y reverenciada por todos los miembros de las tempranas sociedades.
Hombres, mujeres y niños estaban todos bajo la protección de la omnipresente Madre-Diosa.
Ella era a la vez Nutriente y Terrible.
Hoy, la cultura de la Diosa está reemergiendo también en hombres, mujeres y niños, que celebran y respetan las energías femeninas.
La Diosa es una sola y al mismo tiempo muchas: americana como Pachamama, Hilandera o Coatlicue, egipcia como Isis o Sekhmet, griega como Gaia, Demeter, Perséfone, Afrodita, Hera, Diana, Artemisa, Vesta, Hécate, babilónica como Inana o Lilith, hindú como Kali, Lakshmi o Tara, orientales como Kwan Yin o Ameratsu, afroamericana como Yemanyá, Oshún, celta como Freya y Brigid.
Cuando todas sus manifestaciones se reúnen representan el pleno poder del arquetipo.
Al celebrar a la diosa festejamos la diversidad, porque cada una tiene un atributo: hoy se puede ser una pero mañana otra.
Al celebrar a la diosa festejamos la diversidad, porque cada una tiene un atributo: hoy se puede ser una pero mañana otra.
Y el conocerlas a todas y vivenciar los arquetipos femeninos universales nos ayuda a valorar nuestras diversas facetas y a enfrentar con fortaleza nuestro camino único de individualización.
Una diosa madre es una diosa que sirve como deidad de fertilidad general.
En algunas culturas además es representada como la Madre Tierra, siendo la generosa personificación de la Tierra.
Como tal, no todas las diosas pueden considerarse manifestaciones de la diosa madre.
En las tradiciones occidentales, esta diosa fue representada de muchas maneras, desde las imágenes talladas en piedra de la diosa Cibeles hasta la Dione (‘diosa’) que se invocaba junto con el dios Zeus en el oráculo de Dódona (Grecia) hasta finales de la época clásica.
Entre los himnos homéricos (siglos VII-VI a. C.) hay uno dedicado a la diosa madre llamado «Himno a Gea, madre de todo».
Los sumerios escribieron muchos poemas eróticos sobre su diosa madre Ninhursag.
Las deidades que encajan con la moderna concepción de «diosas madre» han sido claramente adoradas en muchas sociedades hasta la actualidad.
James Frazer (autor de La rama dorada) y aquellos a quienes influyó (como Robert Graves y Marija Gimbutas) avanzaron la teoría de que todo el culto en Europa y la civilización egea que incluyó cualquier tipo de diosa madre tenía su origen en los matriarcados neolíticos preindoeuropeos, y que sus diferentes diosas eran equivalentes.
FIGURAS PALEOLÍTICAS
Se han hallado diversas figuras pequeñas y, a menudo, corpulentas, en el transcurso de excavaciones arqueológicas del Paleolítico Superior, siendo quizás la más famosa la Venus de Willendorf (hacia el 22 000 a. C.).
Muchos arqueólogos creen que su intención era representar diosas, aunque otros creen que pudieron haber servido a algún otro fin.
Estas figuritas son anteriores en varios miles de años a los registros disponibles de diosas detallados a continuación como ejemplos, por lo que aunque parecen pertenecer al mismo tipo genérico, no está claro si de hecho eran representaciones de una diosa o de si hubo alguna continuidad religiosa que las relacionase con las deidades de Oriente Medio y la Antigüedad clásica.
No hay comentarios:
Publicar un comentario