LOS SIETE ELOHIM PRECIPITAN LA TIERRA
Finalmente llegó el Momento Cósmico para el nacimiento del planeta Tierra. La Guardiana Silenciosa de la Tierra estaba preparada y atenta, y los siete Poderosos Elohim, Constructores Cósmicos de la forma, fueron citados. Ellos respondieron al llamado y parándose alrededor de la Guardiana Silenciosa Planetaria, estudiaron atentamente el plan para la dulce Tierra que era Su gozo, servicio y oportunidad traer a la forma. Su primera actividad en esta dirección fue la proyección de poderosos rayos de Luz desde sus conciencias combinadas, los cuales conformaron la matriz del nuevo planeta. Cuando esto se hubo hecho, Ellos citaron a los constructores menores de la forma, a los Ángeles-Devas y a los espíritus elementales, quienes magnetizaron la Sustancia-Luz Electrónica, llenando el planeta y modelándolo de acuerdo con las instrucciones que los Elohim le suministraron. Al igual que los constructores consultan una y otra vez los planos del arquitecto, los Elohim regresaron una y otra vez a estudiar el Patrón Lumínico sostenido en la conciencia de la Guardiana Silenciosa.
Reuniéndose en ciertos intervalos regulares durante un largo período, cada Elohim utilizó Su propio momentum espiritual especial a lo largo de un Rayo en particular, para ayudar a crear la Tierra. En el proceso de precipitar la Tierra, los Siete Elohim trabajaron juntos en todo momento.
En la creación de la Tierra, los Elohim utilizaron siete pasos. Cada uno de los Elohim encarna el uso maestro de uno de dichos pasos:
PRIMERO: Antes de toda manifestación viene el deseo, y luego la DECISION y la VOLUNTAD DE HACER. Hércules, el Elohim del Primer Rayo representó esta Virtud Divina en la creación de nuestro planeta. Sin primero tomar la decisión, no hay logro alguno.
Como vocero de los Siete Elohim, Hércules le dijo a Helios y Vesta: “Nosotros exteriorizaremos su Plan y Patrón”.
SEGUNDO: A continuación, en la creación de la Tierra el Elohim Cassiopea dio el don de PERCEPCIÓN, ILUMINACIÓN y SABIDURÍA, la capacidad para reconocer la idea, captarla, meditar en ella, y dilucidar los medios y maneras que permitan manifestarla satisfactoriamente en la forma.
El Elohim Cassiopea ayudó a percibir la gloria de cada planeta tal cual lo pretendían Helios y Vesta, incluyendo las montañas, los ríos y los valles.
TERCERO: El Servicio del Poderoso Orión, quien encarna el
AMOR DIVINO, trajo el poder de cohesión, el cual atrajo lo amorfo a la forma.
Este es el Poder que atrae la vida primigenia (v.g. electrones) al patrón o
idea que se tiene en mente, y la sostiene allí durante el tiempo que se desee.
Cuanto mayor sea el Amor vertido en una precipitación, tanto
más bella será la forma, y tanto más rápidamente se manifestará.
CUARTO: Esta es la actividad del Poderoso Elohim de la
Pureza, el Amado Claridad. Su acción consiste en mantener estable la imagen
clara, sin distorsionarla con alguna opinión o deseo de ser externo.
QUINTO: Vista (también llamado “Ciclópea”, el Ojo-todo
Avizor de Dios) sostuvo la CONCENTRACIÓN de las Energías hasta que se completó
el diseño de la Tierra. Su servicio es lo que le permite a la mente canalizar
las energías y sostener el patrón hasta ser completado. La Concentración debe
descansar sobre la idea o patrón lumínico original, añadiendo energía a través
del sentimiento y la consagración del individuo a la tarea emprendida, hasta
que la forma se haya manifestado por completo, la “mantenerse-en-ello-idad. Si
el individuo puede concentrarse sobre una cosa al tiempo, podrá producir una
manifestación. De no haber concentración, sólo se manifestará mediocridad. Sin
concentración, se abandona la otrora deseada manifestación justo antes de que
de hecho aparezca. El “ámbito invisible” está lleno de oraciones incompletas,
con bellos Pensamientos-forma que estaban a UNA hora de ser expresados en la
forma.
El saber “un poco de todo y mucho de nada” no debería ser la
meta última de nadie. Asuman UNA faceta de la vida, desarróllenla con maestría,
y destáquense en al menos UNA actividad.
La concentración de Energía por el Elohim Vista le permitió
a los Ángeles y a los Elementales fusionar la sustancia primigenia de vida,
haciendo que se manifestara la forma de la Tierra.
SÉPTIMO (para propósitos de Precipitación, el orden de los
Rayos Sexto y Séptimo se invierte): El poderoso Arcturus puso de manifiesto el
USO DEL FUEGO VIOLETA, EL RITMO DE INVOCACIÓN y la PRECISIÓN, la planificación,
el limar y pulir para perfeccionar la simetría de la forma.
Mediante el RITMO DE INVOCACIÓN, Arcturus, Elohim del
Séptimo Rayo, planeó, pulió y perfeccionó la Tierra hasta que brilló como un
diamante de muchas facetas.
SEXTO: Cuando la Tierra estaba casi terminada, el Elohim de
la MINISTRACIÓN y la PAZ (también llamado “Tranquilidad” completó la forma de
la Tierra, aumentando su belleza y armonía de sentimiento, y sellándola dentro
de su Llama de PAZ CRÍSTICA CÓSMICA. Esto le permitió a la creación ser
sostenida permanentemente. Todo lo que se crea en el ámbito celestial es
sellado en esta llama, y comienza a expandirse con una perfección y servicio
cada vez mayores.
Tranquilidad, Elohim del Sexto rayo, puso entonces en
movimiento a la Tierra completada sobre su eje, envolviéndola con Su Manto de
Paz, sosteniendo permanentemente a la forma. Este eje es una corriente de
energía, un Rayo de Luz que va del Polo Norte al Polo Sur. La Tierra asumió,
así su lugar correspondiente entre los planetas de la galaxia, uniéndose
triunfalmente en el canto celestial de la Música de las Esferas.
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