sábado, 20 de julio de 2019

Ejercicios para sanar a nuestro niño interior: Ejercicio 2




En una hoja de papel o en un cuaderno, 

haz un dibujo de cuando eras niño, 

expresa todo lo que quieres proyectar y 

elige el material con el que te sientas más cómodo, lápices de colores, crayones, 

plumones, etc.

¿Qué logras percibir del dibujo que hiciste? 

¿Qué está haciendo el niño? 

¿Qué colores utilizaste?


Pon el papel en blanco encima de la mesa y selecciona los colores que se mencionan abajo.

Ahora, dibuja tu niño interior procurado usar toda la hoja. Debes dibujarlo a mano, y tratar antes de empezar a hacer el dibujo, de imaginar cómo es ese niño. El dibujo ha de hacerse a mano y a lápiz en principio. Luego, con los ojos cerrados y con la mano opuesta a la que escribes, revuelve los colores de enfrente y elije uno. Y colorea la primera parte, en este caso la cabeza. Una vez que acabe dicha parte, coloque el color en el mismo sitio y con los ojos cerrados remueva de nuevo y seleccione de nuevo (no importa si vuelve a repetirse el mismo color. Ve sacando colores 7 veces, hasta que acabes de dibujar todas las partes.

Una vez ha finalizado de dibujar, mira atentamente tu dibujo y los colores que has utilizado.
Ahora vamos a explorar lo que significa cada color y su relación con cada parte dibujada.


ROJO: indica enojo, falta de confianza, y quizá envidia, celos y/o reclamos guardados que se han quedado en esta parte de tu cuerpo. Si pintas de rojo la cabeza, puedes padecer de dolores de cabeza o problemas asociados al sistema nervioso, así como problemas oculares, de oído, etc. Si pintas de rojo las manos o los brazos, puede indicar que estás enojado con las cosas que has intentado detener o manejar en tu vida, y podrías padecer de artritis o dolores musculares. Si es en el área del corazón, entonces puedes sentir resentimiento con alguien o algo de tu pasado, eres impaciente, quizá celoso y no confías en ti. Si pintaste las piernas con este color, de alguna forma la ira no te deja avanzar o puede ser un obstáculo también tu falta de confianza y amor por ti.

AMARILLO: si es en la cabeza indica que hay comprensión, sabiduría e ideas lucidas. En la parte media representa la habilidad o alegría o comprensión con la que se realizan las tareas cotidianas. Por lo general, indica sabiduría en cualquier parte del cuerpo, o también puede indicar un fuerte deseo de comprender las cosas y de salir adelante.

VERDE: el verde representa la sanación y la creatividad, pero puede además representar perfeccionismo o ganas fuertes de sanar. En el área de la cabeza, indica que tienes habilidades creativas en las áreas de tu vida, y que te sabes adaptar a las circunstancias, que eres alguien flexible. La cantidad de verde en el dibujo puede indicar también la esperanza, o que tanta fe hay en tu niño interior. Si tu dibujo carece de verde o tiene muy poco, lo más seguro es que tiendas a sentir desesperanza o tengas una profunda desilusión.

AZUL: indica frialdad o una vida muy razonada y pensada que puede estar conducida únicamente por patrones aprendidos. En la cabeza, puede indicar un intelecto muy elevado. En el área del corazón, significa que puedes tener experiencias dolorosas que has congelado para poder vivir y que eres frío o que mantienes distancia emocional con las cosas y personas. Mucho azul en el dibujo puede indicar que eres poco comunicativo o tímido pero quizá con muchas ganas de comunicarte o expresarte o decir lo que quieres y piensas. En algunos casos, podría indicar que eres muy tajante en tus decisiones. Si dibujaste tus manos de azul indica un carácter muy detallista e incluso obsesivo con las cosas que hace, puedes ser inflexible cuando se necesita que seas flexible. Si pintaste tus pies de azul, puede representar que te cuesta trabajo para avanzar en la vida y ver proyectos a futuro.

ROSA: representa la calidez emocional, el amor no pasional, la ternura y la comprensión. Rosa en tu cabeza indica que te esfuerzas siempre por comprender a los demás. En el corazón, puede significar que estas desarrollando un nuevo amor por todas las cosas o que quizá necesitas dártelo a ti mismo. Si tienes mucho rosa en tu dibujo, puede que estés en un proceso profundo de transformación o de amor por ti. Si pitaste tus pies de rosa, indica que el camino que quieres seguir está relacionado con el amor y el engrandecimiento de tu vida.

NEGRO: es el color de la ausencia, de que no estas presente en tu vida como un amigo o compañero, que te dejas a un lado por atender otros asuntos. En la cabeza, indica que no tienes claro lo que quieres ni a dónde vas, o que eres muy crítico y enjuicias con severidad a los demás. En el corazón, significa resentimiento, violencia o sentimientos de amargura, no te sientes libre y quizá te sientas atrapado en condiciones que no te agradan y que incluso detestas. Si es en otra parte del cuerpo, indica que te desagrada las cosas que haces y que sientes que no te llevan a ningún lado, lo que puede provocarte mucha soledad y sentimientos de incomprensión y confusión. Si es en tus pies puede indicar un carácter pesimista, y si es a la altura de los órganos sexuales, indica muy poco o nulo gozo en la vida. Es urgente que trabajes con tu niño interior! Que le hables y entables un contacto con el poco a poco.

MARRÓN: es el color de la indiferencia o de no estar muy motivado o desganado. Si es en la cabeza indica que puedes tener pensamientos de resistencia a crecer. Si el marrón predomina en el dibujo es que tiendes a ser depresivo o tener alteraciones con el sistema nervioso.

NARANJA: representa la necesidad de cambio, de transición y de lo nuevo. De un nuevo nacimiento. Cuando hay mucho naranja en el dibujo, puede indicar un gran anhelo de cambio o ya estar en el proceso, por lo que necesitaras mucho apoyo de ti mismo para que puedas llevarte a dónde quieres.

Esta es una breve guía de cómo puedes saber en qué áreas tu niño está dañado o necesita que lo apoyes. Recuerda que una faceta de la madurez emocional es aprender a hacernos responsables de nuestra felicidad, y comprender que aquellos que nos lastimaron o nos causaron algún daño hacían lo que mejor podían, actuaron con ignorancia, y sin embargo, pelear o tener sentimientos de enojo contra ellos no soluciona nada sino que solo nos causa enojo y tensión. Dejar ir el resentimiento consiste en volvernos padres amorosos de nosotros mismos, apoyarnos y encontrar el lugar donde nos sentimos en paz y alegres, niños amados, para que podamos entonces no exigir la felicidad sino aprender a compartirla.

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