Precisaremos:
-Un recipiente apropiado para su uso en el horno.
-Semillas de calabaza.
-Arroz.
-Semillas de membrillo
-Guisantes.
-Tomillo.
En una bandeja del horno
colocaremos un recipiente con
un puñado de semillas de calabaza (para alejar el mal),
otro de
arroz (para que nunca falte el dinero),
un puñado de semillas
de membrillo (que traen felicidad al hogar),
un puñado de
guisantes frescos(que mantiene la fidelidad en el matrimonio) y
una
pizca de tomillo (para acrecentar la fortaleza espiritual).
Encenderemos el horno y lo elevaremos a su máxima
temperatura.
En ese instante, lo apagaremos y lo abriremos.
Dejaremos que salga el calor (cuidado por el peligro de
quemaduras en el
rostro) potenciado con el poder de las semillas y las
especias.
Una vez el contenido del recipiente se haya enfriado,
pondremos las semillas, todas juntas,
en una cajita de madera que podamos
cerrar.
Ubicaremos la cajita sobre una estantería, en el comedor o en el salón (los lugares más
frecuentados por los miembros de la familia) y
ya tenemos a la familia protegida de todo
mal.
Procuraremos colocarla donde ningún extraño pueda tocarla y, también, fuera del
alcance
de los niños.
Intentaremos realizar el ritual un sábado en su
defecto un lunes, y cuando la Luna se halla
en fase creciente o
llena
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