Los lugares que
habitamos y en los que transcurre normalmente nuestra vida se cargan con las
vibraciones de las personas que transitan por ellos.
La vivencias, las emociones, las alegrías y los disgustos,
todas las sensaciones incluso los pensamientos y las ideas que elabora nuestra
mente, tanto las positivas como las negativas impregnan las paredes, el aire,
los muebles y cada uno de los objetos que nos rodean, hasta los que nos parecen
más insignificantes.
Es interesante limpiar las casas y todos los lugares donde
transcurre nuestra vida personal o laboral para estar seguros de que nada de lo
que quede el ambiente pueda dañar nuestra vida, ni la convivencia con la gente
con la compartimos esos espacios. Ya sea en nuestra vida particular, en los negocios, o lugares donde se
desarrollan nuestras actividades cotidianas.
Esta es una manera muy sencilla de limpiar los lugares, los
espacios donde se centra nuestra vida.
LOS MATERIALES QUE NECESITAS SON
Sándalo rojo
Incienso Natural
Aceite de Tomillo
Esencia de Almizcle
Una vela blanca y otra marrón
Algún elemento de la naturaleza que pueda resistir el calor
y que tenga forma cóncava puede ser una piedra, un caparazón de algún animal
pequeño, en este caso usamos una concha de mar.
Una vela amarilla pequeña por cada espacio de la casa.
Incluidas cocina y baños.
Se coloca en medio de las dos velas, la blanca y la marrón,
la concha con un poco de Sándalo rojo rociado con la esencia de Almizcle y el aceite de
Tomillo. Cerca pero sin
orden especial las velas amarillas pequeñas.
SE ENCIENDE PRIMERO LA VELA BLANCA Y SE DICE
“Esta Luz es la Luz de Ariadna, Diosa del hogar y los
espacios que habitamos. Ella
ilumina todos lo que nos rodea , todos los lugares
y cuanto en ellos esta. Este es
nuestro rito de petición y amparo”
SE PRENDE LA VELA MARRON Y SE DICE
“La oscuridad llega y la luz se atenua y se hade sumisa
cuando la Diosa aparta su
mirada. Te pedimos Señora que dirijas hacia este
lugar tu mirada y con ella alejes las
sombras de nuestros hogares, de nuestros
espacios y de nuestras vidas.
SE PRENDE EL SANDALO Y SE DICE
“En este altar realizo mi ofrenda a la Diosa que gobierna
las noches. Señora de los
cuatro horizontes. Dueña de las cuatro esquinas del
cielo. Escucha nuestro ruego.
Cuatro son tus verdades, cuatro los rostros que
nos enseñas desde la edad antigua.
Ponemos ese lugar bajo tu amparo y re
rogamos desnudes su aire de maldad,
limpies su espacio de sombras y maleficios
y concedas a los que lo habiten, salud,
suerte, amor y templanza.”
Se prenden las lamparillas pequeñas y se recorre el lugar
dejando una en cada espacio
concreto, puedes llevarlas, sin son varias, en una bandeja o platillo.
Al regresa al lugar donde quedo el fuego se echa una pizca de incienso a la pequeña
hoguera y observa la
llama
Si todo va bien ese fuego tomara altura. Si se queda en una
llama pequeña deberás repetir
el ritual a la siguiente luna menguante.
Cuando el fuego se apague, apaga las velas.
Primero la Marrón y luego la Blanca y guárdalas por que sirven para futuras limpiezas.
Este ritual se hace dos veces en en el año como mínimo, pero
se puede repetir
siempre que se perciba negatividad en el ambiente o empiecen
tropiezos imprevisto.
Recuerda que los rituales de limpieza y para alejar lo
malo han de realizarse en Luna
Menguante y este, concretamente que es para
limpiar los lugares donde se convive, ha de
ser efectuado preferiblemente en
Lunes, día de Ariadna la Diosa de la Luna y que rige
precisamente eso: nuestras
casas, nuestras familias y los lugares donde convivimos.

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