domingo, 4 de octubre de 2020

MAGIA DE LOS NUDOS, O MAGIA DE LAS CUERDAS Parte VII

El nudo mágico de Heracles  Ayer, por primera vez en mi vida oí hablar del nudo de Herakles (o, castellanizando, Hércules). Y ayer, por primera vez en la vida, sentí la inmediata y acuciante necesidad de hacer un nudo que no sirviera para atarme las zapatillas. Y acompañando a esta repentina necesidad, la de crear una pulsera en base a este nudo.  

Investigando sobre la ornamentación y la estética en las civilizaciones antiguas de pronto, me topé con esta pulsera griega conservada en el Museo Metropolitano de Arte de Nueva York :



Estamos, sin duda, ante una pieza maravillosa, pero a mí lo que me llamó la atención de verdad fue el detalle del nudo y, sobre todo, su nombre: Herakles knot, que activó mi curiosidad y mi imaginación al instante. Magia pura y dura, magia como un resorte, como un botón que al ser pulsado hace volar por los aires la realidad vulgar a la que estamos acostumbrados para dejar al descubierto la esencia de las cosas. La esencia que habla directamente a esa parte también esencial de nosotros mismos que no sabemos nombrar, pero que ahí está...

El nudo de Heracles es un potente símbolo de amor. Los nudos en general son, resulta obvio, símbolo de unión... 

Pero sabemos que existen multitud de nudos que podemos atar, y con multitud de fines asimismo. . ¿Quién no conoce el famoso hechicito-oración-amenaza de San Cucufato? ¡Si hasta tiene su propia canción

https://www.youtube.com/watch?v=JR69vm_16Bc


San Cucufato – Objetos Perdidos

COSAS PERDIDAS – ORACIÓN A SAN CUCUFATO


Para encontrar un objeto perdido


Rezamos a San Cucufato para que nos ayude a encontrar objetos perdidos o traspapelados.

A la vez que rezamos hacemos tres nudos pañuelo blanco. La oración es así:

“San Cucufato, San Cucufato, con este pañuelo los huevos te ato y hasta que (objeto que queremos encontrar) no aparezca no te los desato”.

Cuando aparezca lo que buscamos hay que deshacer los nudos, para que no se enfade.

Existe otra versión de la oración a San Cucufato, en ella encederemos una vela a la vez que recitamos:

“He perdido (decir lo perdido), recuperarlo quiero, y si antes no me muero y con este nudo que hago sus cojoncillos ato, San Cucufato, y atado queda, hasta que (decir lo perdido) a mis manos vuelva. Amén”


VIDA DE SAN CUCUFATO

Cucuphas nació en una noble familia cristiana en Scillis (Africa Proconsularis). Se dice que él y San Félix, más tarde martirizado en Girona, fueron diáconos de la Iglesia Cristiana en Cartago que llegaron a Barcelona para evangelizar la zona. Según su leyenda, trabajó como comerciante en Barcelona mientras predicaba la fe cristiana, bautizaba a los conversos y ayudaba a la comunidad cristiana de allí. Según los relatos cristianos de su vida, era generoso con los pobres y un trabajador de milagros.

Fue martirizado cerca de Barcelona durante la persecución de Diocleciano. Bajo el gobernador romano, sufrió muchos tormentos y fue encarcelado en algún lugar cerca de Barcelona, a lo largo de las veinte millas que separan la antigua Barcino (Barcelona) de Egara (Terrassa).

Su garganta fue finalmente cortada en el 304. La tradición sostiene que dos mujeres cristianas de Illuro (Mataró), Juliana y Semproniana, enterraron su cuerpo y por consiguiente también fueron martirizadas.

La abadía benedictina de Sant Cugat del Vallès se considera situada en el lugar de su martirio, que fue el sitio romano de Castrum Octavianum.

Los detalles legendarios de su martirio dicen que fue entregado a doce fuertes soldados, a quienes se les ordenó azotarlo y arrancarle la piel con clavos de hierro y escorpiones. Cucufato fue entonces asado vivo tras ser cubierto con vinagre y pimienta, aunque la intervención celestial lo salvó de la muerte y las heridas.

Una gran hoguera tampoco logró matar al santo y en su lugar mató a sus supuestos verdugos. Sus carceleros se convirtieron al cristianismo después de encontrar a Cucufato en su celda iluminada con luz celestial. Al día siguiente, fue flagelado con látigos de hierro.

Por medio de una intervención celestial, el prefecto Maximiano fue asesinado cuando su carruaje se incendió. Rufo, el nuevo prefecto, prudentemente decidió no practicar ningún tipo de tortura sobre el santo y en su lugar ordenó su inmediata ejecución por la espada.



El nudo Herculano tiene mucha historia, una riquísima simbología tras él. Si os fijáis, parece un número ocho, y un infinito... Procede del Antiguo Egipto , en el que se empleaba como talismán protector y sanador. He visto que algunas fuentes nombran este tipo de nudo también como nudo de Isis. Ignoro si esto es correcto. 

En cualquier caso, el aspecto tradicional del nudo de Isis es este:


Si ya me había hechizado el aspecto estético del nudo herculano, su simbología me terminó de arrebatar. Lo cierto es que posee una armonía que hace que seas capaz de sentir ese amor sólo mirándolo, yo no tuve ni que pensar: mis manos comenzaron a anudar ellas solas. Una, dos, tres veces. Hice varios nudos en diferentes cordones. 



Me encantó. Os aseguro que puse auténtico amor (¡es imposible no hacerlo!) y mis mejores energías en cada uno de esos nudos.


Como decía, teniendo su origen en el Antiguo Egipto, este nudo se popularizó en Grecia y  Roma como amuleto protector (el Egipto de entonces era a la civilización lo que los USA ahora, que parece que todo lo que viene de allí mola). Su uso más notable, y me consta que en este sentido se sigue utilizando hoy en día en los rituales matrimoniales de handfasting (literalmente, atar manos o unión de manos)  y neopaganos, era ese, el de nudo de matrimonio.

                             

En las antiguas Grecia y Roma, sin embargo, se utilizaba, al parecer, en el cinturón o fajín que llevaba la novia, que el nuevo esposo desataba. El nudo era símbolo, probablemente, de la virginidad de la esposa, aunque también lo era de fertilidad. La diosa egipcia Isis, por ejemplo, se representa en ocasiones con un nudo mágico muy similar ajustando su manto.

En su significado de fertilidad hace alusión a la legendaria del héroe griego que da nombre al nudo que nos ocupa, así como a lo accidentado de su nacimiento, que intentó impedir la diosa Atenea con las ligaduras mágicas de las diosas del parto, siendo descubierta por Galintias, amiga de Alcmena, por lo que la diosa la castigó, convirtiéndola en comadreja. Otras versiones dicen que fue una Hera siempre celosa (y con razón) la que trató de retrasar el parto todo lo posible mediante nudos...

El semidios Hércules es tomado como protector de los hombres y de los campos. Es el que sale victorioso de todas las pruebas, el que regresa siempre de las profundidades, de la oscuridad a la luz, es el triunfo de la vida sobre la muerte. Es la justicia. Es la encarnación de todo lo que ordena benignamente la vida humana.

El nudo de Herakles simboliza ante todo el amor, la unión, es algo patente en su disposición. Pero también toda esta benignidad, fertilidad, crecimiento, vida... Simboliza también la unión de dos opuestos en uno solo, que da nacimiento a nueva vida.

Otras referencias a la magia de nudos:

"Yahvé es en el Antiguo Testamento "el maestro  terrible de los lazos". Y en Grecia y Roma, Hefaistos, el dios herrero, se ayuda de ellos en sus prácticas mágicas, de las que no se salvan ni los mismos dioses.

En Roma, el Flamen Dial , imagen viviente de Júpiter, estába  sujeto a numerosos tabúes en relación a los nudos. Así, no podía llevar anillos ni brazaletes cerrados. Su mujer, la Flamínica Dial, debía llevar el cabello destrenzado en determinadas ceremonias".


En fin, creo que se podría seguir investigando durante años sobre el tema y que seguiríamos hallando datos interesantísimos sobre el aspecto místico y simbólico de los nudos en general, y del herculano en particular. Yo me quedo con el jubiloso descubrimiento. Con lo bien que algo tan simple me puede hacer sentir. Con la emoción estética de algo tan sencillo y con todo lo que conlleva su dimensión esotérica.

Con la posibilidad de crear algo nuevo...

 


 Nunca antes había creado una pulsera. Esta es la primera. Es sencilla, casi naif, a mí me resulta simplemente bonita. Aun así, no he sido capaz de dejar su delicada desnudez sola y le he añadido un detalle de pajarito (aunque sin nada me gustaba mucho también). El pequeño pájaro simboliza la alegría y la libertad, pienso que son cualidades imprescindibles asociadas el amor. El amor es libertad. Si no amas libremente o no te sientes libre haciéndolo algo falla. Los colores son los que tradicionalmente se han venido asociando, en nuestra sociedad, a lo masculino y a lo femenino: el rosa y el azul. A mí nunca me ha gustado ese concepto, pero esta vez sentí que así estaba bien hecho, que era lo correcto, de algún modo... Y ni siquiera me gusta el color rosa... Pero este sí, este es un rosa empolvado mezclado con hebras de un blanco perlado. Y el azul también es un delicado turquesa con un toque pastel y hebras metálicas. Bueno, espero que os guste. Puede que no sea gran cosa, pero a mí me ha encantado hacerla y, aunque no estoy segura de que tenga mucho que ver con mi estilo habitual, me ha gustado mucho el resultado. Espero hacer más, con diferentes materiales, con otros estilos, otras inspiraciones, menos suaves quizás, otro concepto... Por el momento, esta la usaré probablemente acompañada de otras este veranito.





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