EL PÁJARO BLANCO CUENTO
Dicen que hace mucho tiempo, cuando ya todo
estaba creado, los hombres y mujeres de los pueblos de los montes y los ríos,
vivían en armonía.
Los hombres salían muy temprano a cazar y a
pescar, pero antes, pedían permiso al espíritu de los animales y de la selva
para tomar aquello que necesitaban. Y volvían cargados de alimentos.
Las mujeres sembraban el achacra y le
hablaban con cariño a la tierra para que les diera su alimento. Preparaban
vestidos, collares, pulseras con semillas y guairulos. Y los niños jugaban
desde el amanecer hasta el atardecer. Y en la noche todos se reunían en la casa
grande a conversar, a cantar, a contarse historias…
En ese entonces el sol brillaba sonriendo a
todos los pueblos. Y la lluvia caía cuando tenía que caer, para regar los
campos, refrescar las fuentes y llenar los ríos.
Mientras tanto, del otro lado del mar,
otros pueblos soñaban y soñaban… que la tierra era redonda, y fabricaban barcos
para ir detrás de sus sueños. Inventaban objetos para orientarse, y la pólvora
para vencer en las guerras.
Los pueblos de los montes y los ríos no
presentían nada, ni lo imaginaban. Y seguían viviendo como sus ancestros les
habían enseñado, confiando en el sol, la luna, las estrellas…. en la tierra.
Hasta que un día, vino volando de las
montañas, un enorme pájaro blanco. Se acercó hacia ellos y les habló:
“El dolor, la muerte y el olvido llegarán,
pero ustedes sobrevivirán si toman este brebaje”. Y les enseño a preparar un
brebaje llamado ayahuasca, con plantas sagradas. Y antes de partir les dijo:
“Si ustedes toman la ayahuasca nunca
olvidarán quienes fueron, ni quienes son”
Limpias y rituales
(curaciones a través de espíritus)
El hecho de que el mexicano tenga la
facultad de acudir con espíritus para sanarse, protegerse y recordar su origen
para entablar su destino, es una de las pocas cualidades prehispánicas
importantísimas que ha sobrevivido a la temporalidad.
Se asoma la nostalgia en nuestro sentir,
cada vez que recordamos cuántas tradiciones del México eterno hemos sepultado
bajo la duda y el olvido. Las más prístinas recogen una sabiduría exquisita,
que solo ha podido compartirse adecuadamente tras el conocimiento oral y la
práctica; el ritual. Por que el que es mexicano sabe y siente la necesidad de
crear de su vida un ritual.
En este sentido, resulta conveniente
recordar que los cultos prehispánicos no se limitaban a una ceremonia especial.
Se realizaban todos los días –cada alba era efecto de sacralidad– se encontraba
delirante y objeto de filosofías los detalles, las señales y los instantes, y
se era agradecido por contemplarles. El paso de la vida, tan sagrado como el
salto a la muerte; la infinidad de los destinos superpuestos en la ruleta de lo
eterno que es Nahui-Ollin y los dones humanos –perdidos en este mundo y,
esperando a ser encontrados– solo una extensión de la voluntad del espíritu.
Estos dones, en particular, han tenido gran relevancia a nivel cultural por que
fueron capaces de conquistar el tiempo para llegar hasta nuestros días.
Dones y habilidades portentosas del brujo
curandero
Hoy en día se oyen resonar desde una
montaña, un cerro, un pueblo o un rincón de México, algunas de las habilidades
más increíbles heredadas de la tradición ritualista prehispánica. Llámense
chamanes, sacerdotes, curanderos, brujos, hierberos o hermanos, aquellos que
son capaces de manejarlas con sensibilidad portentosa logran lo que un hombre
del siglo XXI no se espera.
Precisamente estos hombres y mujeres de
conocimiento, mismos que el Dr. Jacobo Grinberg Zylberbaum llamaba “psicólogos
autóctonos”, han demostrado poseer el control total de una serie de dones
derivados del dominio, también, de otro plano de conciencia. Diría Grinberg una
“conciencia de unidad”, donde todos los seres vivos estamos conectados bajo el
mismo entendimiento. Algunos de esos dones que operan estos grandes sabios
implican la clarividencia, el control del clima y otros elementos naturales, la
capacidad de canalizar energías en dirección adecuada y derivado de esto, la
curación física, mental y espiritual, que para este texto interesa.
Como es bien sabido por todos los avezados
en materias del espíritu, en México existe una práctica altamente eficiente
para reconfigurar mentes y destinos, armonizar energías y más extraordinario
aún, reconstruir partes de nuestro cuerpo que fueron gastadas o no encuentran
armonía con sus otros elementos. Derivado de una serie de recetas médicas
prehispánicas, las limpias mexicanas han probado ser esa práctica eficiente
para reconstruirnos.
Gracias por compartir Lulú.
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