Limpias y procesos rituales para sanarnos
Una limpia o “barrida” se presenta como un
proceso ritual en el que un curandero se ayuda de diversos instrumentos para
alcanzar la purificación, protección y sanación de un paciente que así lo
requiere. Estas herramientas pueden ser flores, hierbas y otras plantas
(algunas de ellas enteógenos); aceites y aguas florales (o simplemente agua
virgen), aire, piedras, huevos, vasos de cristal, incienso, trapos, velas,
cantos y letanías para armonizar y conjurar, música y muchos otros más.
Las limpias son solicitadas, también, para
diagnosticar. El curandero puede hacerlo de distintas formas: se ayuda de
métodos de adivinación como la clarividencia, la lectura del cuerpo y el
espíritu o el milenario arte de leer el maíz. Otra particularidad de esta
práctica es su facultad de protección. En algunos casos, las limpias pueden
llegar a fungir como sesiones para elaborar escudos; defensas energéticas en
contra de las malas intenciones, los malos espíritus, las malas decisiones
Finalmente encontramos una especie de
limpia derivada de los llamados masajes fluídicos o masaje espiritual. Es una
técnica que conecta el mundo fluídico –el espiritual e imperceptible para el
análisis humano– con el nuestro. Como bien se evidencia en la cotidianidad, los
fluidos poseen la habilidad de tomar la forma de sus recipientes. En este
contexto, un elemento fluídico se amolda a nuestro cuerpo, interactuando con
nuestro pensamiento y carácter. De condición neutral, pura, dicho fluido puede
llegar a empaparse de cualidades negativas o positivas en el mundo material.
Para devolver su pureza a nuestros fluidos, es necesaria la intervención de otro
elemento fluídico (un espíritu) que actúe en un debido proceso de sanación.
Esta es una técnica tan ancestral como actual –aunque su nombre ha mutado en
numerosas versiones, pero finalmente se trata de una limpia.
¿Qué provoca la enfermedad?
El ancestro del mexicano tenía la certeza
de que todo en el mundo poseía un espíritu. De manera que se le pedía a cientos
de ellos su intervención para generar buenas cosechas, hacer llover o resolver
enfermedades y desgracias. En este caso, los espíritus del aire eran quienes
concertaban las enfermedades. En la actualidad no se difiere mucho de este
pensamiento: la enfermedad es el efecto de malas voluntades. Espíritus nocivos
que en muchas ocasiones son enviados consciente o inconscientemente por otras
personas. De ahí que las limpias sean fundamentales para curar insospechadas
afecciones como el mal de ojo, el mal de aire o el susto (pérdida de la
sombra).
México y sus espíritus
El hecho de que el mexicano tenga la
facultad de acudir con espíritus para sanarse, protegerse y recordar su origen
para entablar su destino, es una de pocas cualidades prehispánicas e
importantísimas que han permanecido íntegras hasta nuestros días. Un caso
famoso es el de la curandera Pachita, en la Ciudad de México, una mujer médiumque
aproximadamente en los años 50 y 70 entraba en sueño profundo para permitir que
los “hermanos” –seres espirituales del mundo prehispánico, elegidos para
regresar al mundo a curarnos– entraran en su materia.
Hoy en día innumerables casas de oración alrededor
de la República Mexicana practican estas curaciones al igual que Pachita; como
un especie de mediums, curanderos altamente preparados que pueden o no incurrir
en una intervención quirúrgica de carácter invisible, descodificar y alinear
las lagunas mentales y devolver el sosiego al espíritu.
Limpias, rituales, ceremonias, curaciones
de espíritu a espíritu. La palabra es distinta, las intenciones una sola. A
raíz de una fascinación por estos ritos poco informada, aunada a un sincretismo
de pensamiento moderno, muchas personas suponen la sacralidad de estos actos
como falsa. Por ello es que la mayoría de estos grandes hombres y mujeres de
conocimiento han decidido evitar las malas voluntades y permanecer en secreto
con una humildad envidiable. Y así lo hacen, como todos los fascinantes
secretos de cultura, inmersos en el silencio de una hermosa tradición.
A pesar del impacto que ha tenido la
transformación global en México en cuanto a costumbres refiere, la historia
encuentra impresionante el hecho de que, aún en los tiempos modernos nuestro
territorio no olvide sus raíces. Esa exquisita cosmogonía del día a día que no
deja de hacer eco en nuestro pensamiento, sabiéndose oculta bajo dioses
católicos, pero siempre muy presente desde los tiempos del hombre tolteca y
quizá mucho más atrás.
Gracias por compartir Lulú.
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