Pon una cabeza de ajo y tres palitos de canela en tu altar.
Bendícelos con agua bendita y pide a los ángeles que te acompañen en el proceso
de
limpieza.
Lleva el ajo por cada cuarto de tu casa y reza una oración.
El ajo
absorbe todo lo negativo en el ambiente.
Cuando termines, prende una varita de canela y llévala por
todas las habitaciones que
llevaste el ajo.
Canta un himno a los ángeles o a la
Virgen María, o a tu panteón personal, mientras llevas
la canela por toda la
casa.
La canela dulcifica el ambiente y lo llena de atracción a todo lo
positivo.
Mantente cantando o tatareando hasta que termines con la
Señal de la Cruz o tu signo de
reverencia a la Divinidad.
Da las gracias y
entierra el ajo y la canela, o quémalos en una olla de hierro en tu altar o
afuera.
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