Una creencia popular afirma que los cáctus alejan el mal de la casa. Su capacidad para
absorber la humedad y reservar agua le da fama de protector contra los espíritus míseros que
necesitan la sequía para fortalecerse.
Las emociones negativas son disueltas por la espinas del
cactus. Dentro de la casa deben colocarse próximos a los aparatos eléctricos pues energizan el ambiente ionizandolo beneficiosamente.
Se recomienda tener 7 diferentes en un mismo lugar. Los cactus son fuertes y crecen en sitios áridos y hostiles con los mínimos cuidados. Por ello Resultan óptimos para
traer vida a cualquier espacio donde no puedan ser constantemente atendidos.
Raramente los cactus se secan. Si es así, entonces es que han
detectado una emoción negativa muy intensa.
La tierra donde crece el cactus puede usarse para colocar
inciensos en vara ya que es un lugar ideal para detectar las energías negativas
y pulverizarlas ademas de diagnosticar el ambiente.
La costumbre de colocar cáctus
en las puertas y ventanas, observada en toda la cuenca mediterránea europea y
asiática, viene de la creencia de que si los espíritus sucios encuentran agua a
su paso, se ahogan ya que el agua, como elemento puro "corta" las
emanaciones de envidia y celos que se envíen.
7 cactus en la ventana de la cocina mantendrán llena la
despensa familiar pues al acumular agua
fortalecen la capacidad de reserva.
Son muy buenos para las oficinas. Repelen a los malos
compañeros, colegas o jefes. Los alejan de nuestro espacio vital.
Valga decir que la maldad combatida por el cactus cuya
tierra esta "cargada" con fines de protección y defensa no se limita
a "absorver" el daño, sino que lo deshace y reenvía.
Es decir el daño es reyectado y vuelve a impactar en quien
lo lanzo. Como un boomerang.
En el dormitorio no es muy conveniente de tenerlo.
El cactus estimula el silencio y por eso podría obstaculizar
la energía del dialogo fluido en la pareja.
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