sábado, 20 de julio de 2019

LOS SIETE SÍNTOMAS DEL NIÑO HERIDO:



                                                  
• ¿Reaccionas de forma exagerada, pierdes los estribos o te sumes en la tristeza ante situaciones sin importancia, ahogándote en un vaso de agua, sin conseguir hallar la salida o una solución?

• ¿Tropiezas una y otra vez con la misma piedra, repitiendo conductas que no te convienen o interesan, cometiendo errores que creías ya superados o recayendo en ideas obsesivas?

• ¿Te gustaría comunicarte mejor con tus padres, hijos y hermanos y que hubiera más armonía en tu familia, pero vuestras relaciones son explosivas y parecéis hablar en distintos idiomas?

• ¿Si tu jefe o un compañero de trabajo te piden que corrijas o cambies la forma de realizar una tarea o te hacen una crítica sientes que es una ofensa, te ofuscas y pones a la defensiva?

• ¿Tienes dificultades para encontrar pareja, pero cuando mantienes una relación amorosa, no dura mucho porque surgen los conflictos, entra en crisis, se rompe y vuelves a la soledad?

• ¿Descuidas a menudo tu salud física, comiendo de forma desequilibrada, no descansando lo suficiente, llevando una vida sedentaria o siguiendo costumbres que perjudican tu organismo?
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• ¿Quisieras ganar más dinero o mejorar tu situación económica, pero sientes que no te lo mereces, no perseveras en tus esfuerzos o los auto-saboteas y tienes resistencias a lograr la prosperidad?

Si tus respuestas a algunos de estos interrogantes son afirmativas, ello es señal de que necesitas sanar tu Niño Interior, esa parte nuestra que simboliza nuestro ser emocional, que creció en un entorno familiar determinado, y que, a muy temprana edad, empezó a ser condicionado a través de la culpa, la crítica, el miedo, el rechazo.

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