Utilizamos el péndulo para medir al paciente acostado.
Se puede usar el sistema de chakras contando los 7
principales frontales (chakras A) y los 5 posteriores (chakras B), o el sistema
al cual estén acostumbrados. El código de medición se puede adaptar a
cualquiera de los sistemas ya que es una tabla de interpretación de nuestros
impulsos neuromusculares y lo único que hay que hacer es asociarlo a cada
chakra.
La interpretación lleva un tiempo de práctica y nos puede
dar mucha información de todos los planos del ser humano. Es bueno conversar
sobre los resultados con la persona para ampliar, comprobar y/o ajustar los
mismos.
Estudiaremos los siete chakras principales y, diremos la
solidez y estabilidad de dicha medida en cada chakra.
Este dato nos puede servir para definir si la medida no esta
influenciada por una entrada o salida de energía momentáneo.
La medida se realiza del 0 al 10, aunque siempre se puede
sobrepasar esta medida en ambas direcciones.
Siempre se puede inventar una nueva pregunta, que sea clara
y concisa, y realizar su respuesta radioestésica.
Después de cada medición hay que hacer un reset o limpieza
mental antes de empezar con la siguiente pregunta.
En el sistema energético del hombre los chakras sirven de
estaciones receptoras, transformadoras y distribuidoras de las diferentes
frecuencias del «prana». Absorben, directamente o a través de los nadis, las
energías vitales de los cuerpos energéticos no materiales del hombre, de su entorno,
del cosmos y de las fuentes que son el fundamento de cualquier manifestación,
la transforman en las frecuencias que necesitan las diferentes áreas del cuerpo
físico o de los cuerpos inmateriales para su conservación y desarrollo, y la
retransmiten a través de los canales energéticos. Además, irradian energías al
entorno.
Mediante este sistema energético, el hombre efectúa un intercambio con
las fuerzas que actúan en los diferentes planos del ser en su entorno, en el
universo y en la base de la creación.
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