Yeheedah (Hebreo).- Literalmente: “Individualidad”; esotéricamente, la más elevada individualidad o Âtmâ-Buddhi-Manas, cuando están
unidos en uno. Esta doctrina se halla en el Libro caldeo de los Números, que
enseña una división septenaria de los “principios” humanos, así llamada, como
lo hace la Kabalah en el Zohar, segun el Libro de Salomón (III, 104a), tal como
está traducido en la Qabbalah de I. Myer. En el momento de la concepción, el
Santo “envía un d’yook-nak, o el fantasma de una sombra imagen” como la faz de
un hombre. Está diseñado y esculpido en el divino tzelem, esto es la sombra
imagen de los Elohim. “Elohim creó al hombre a su tzelem, o imagen”, dice el
Génesis (I, 27). El tzelem es lo que aguarda al infante y lo recibe en el
momento de su concepción, y este tzelem es nuestro linga zarîra. “El Rua’h
forma con el Nephesh la verdadera personalidad del hombre”, y también su
individualidad, o, como han expresado los cabalistas, la combinación de los dos
es llamada, si él (el hombre) lo merece, Yeheedah. Esta combinación es lo que
el teósofo denomina el Manas dual, el Ego superior y el Inferior, unidos al
Âtmâ-Buddhi y convertidos en uno. Porque, segun se explica en el Zohar (I, 205
b, 206 a, Brody Ed.): “El Neshamah, alma (Buddhi), comprende tres grados, y de
consiguiente tiene tres nombres, lo mismo que el misterio superior: esto es,
Nephesh, Rua’h, Neshemah”, o el Manas Inferior, el Ego superior, y Buddhi, el
alma divina. “Hay que notar también que el Neshemah tiene tres divisiones -dice
la Qabbalah de Myer-; “la más elevada de todas es el Ye-hee-dah”, o
Âtmâ-Buddhi-Manas, el último una vez más como una unidad; “el principio medio
es Hay-yah, o Buddhi y el Manas dual; y el tercero y último, el Neshamah,
propiamente hablando” o Alma en general. “Ellos se manifiestan como Ma’hshabah,
pensamiento; Tzelem, fantasma de la imagen; Zurath, prototipos (formas
mayávicas, o rûpas), y el D’yooknah, sombra de la imagen fantasma. El D’mooth,
semejanza o similitud (cuerpo físico), es una manifestación inferior” (pág.
392). Aquí, pues, encontramos el eco fiel de la ciencia esotérica en el Zohar y
otras obras cabalísticas, una perfecta división septenaria esotérica. Todo
teósofo que haya estudiado la doctrina esbozada primero en el Mundo Oculto y el
Buddhismo Esotérico de Mr. Sinnett, y más tarde en el Theosophist, Lucifer y
otros escritos, los reconocerá en el Zohar. Compárese, por ejemplo, lo que se
enseña en las obras teosóficas acerca de los estados pre y post mortem de los
tres principios humanos superiores y de los cuatro inferiores, con las
siguientes palabras del Zohar: “Por razón de ser todos estos tres en un solo
grupo unido como los anteriores, en el misterio de Nephesh, Rua’h, Neshamah,
todos ellos son uno y ligados en uno solo. Nephesh (Kâma-Manas) no tiene luz
procedente de su propia substancia; y, por esta causa está asociado con el misterio
del guff, el cuerpo, para procurar goce y alimento y todo cuanto él necesito…
Rua’h (el Espíritu) es lo que cabalga en el Nephesh (alma inferior) y la
gobierna e ilumina (provee) de todo cuanto necesita (esto es, de la luz de la
razón), y el Nephesh es el trono (vehículo) de aquel Rua’h. El Neshamah (Alma
divina) pasa a aquel Rua’h y lo gobierna y lo ilumina con la Luz de la Vida, y
aquel Rua’h depende del Neshamah y recibe la luz de él, que lo ilumina… Cuando
el Neshamah “superior” asciende (después de la muerte del cuerpo) va a… al
Anciano de los Ancianos, lo Oculto de todo lo Oculto, para recibir la
Eternidad. El Rua’h no va [sin embargo] al Gran Eden (Devachan) porque está
[mezclado con] el Nephesh… El Rua’h sube al Eden, pero no tan alto como el alma,
y el Nephesh (el principio animal, el alma inferior) permanece abajo en la
tumba [o Kâmaloka].” (Zohar, II, 142 a, Cremona Ed., II, fol. 63 b, col. 252).
Difícil sería no reconocer en el pasaje citado nuestro Âtmâ (o el Neshamah
“superior”), Buddhi (Neshamah), Manas (Rua’h), y Kâma-Manas (Nephesh) o alma
animal inferior; el primero de los cuales va después de la muerte del hombre a
unirse a su todo integral, el segundo y el tercero dirigiéndose al Devachan, y
el último, o el Kâmarûpa, “permaneciendo en su tumba”, llamada por otro nombre
Kâma-loka o Hades.
Yênê, Angânta.- El significado del Angânta Yênê es conocido
de toda la India. Es la acción de un elemental (bhûta) que introducido en el
cuerpo sensitivo y pasivo de un médium, toma posesión de él; en otras palabras;
angânta yênê significa literalmente “obsesión”. Los indos temen tal calamidad
ahora tanto como la temían millares de años atrás. “Ningun indo, tibetano o
cingalés, como no sea de inteligencia y casta inferior, no puede ver sin
estremecerse de horror los signos de “mediumnidad” manifestándose en un miembro
de su familia, o sin decir, como diría ahora un cristiano: “tiene al diablo”.
Este “don, favor divino y santa misión” -como se llama en Inglaterra y
América-, en los pueblos antiguos, cunas de nuestra raza, en donde una
experiencia más larga que la nuestra le ha enseñado una sabiduría más
espiritual, es considerado como una horrenda desdicha”. [Véase: Médium o
Mediumnidad.]
Yesod (Hebreo).- La novena Sephira; significa: Base o
Fundamento.
Yetzirah (Hebreo).- El tercero de los cuatro Mundos
cabalísticos, correspondiente a los Angeles; el “Mundo de Formación”, u Olam
Yetzirah. Es denominado también Malahayah, o “de los Angeles”. Es la mansión de
todos los Genios (o Angeles) regentes que dirigen y gobiernan planetas, mundos
y esferas.
Yeu (Chino).- “Ser”; sinónimo de Subbhâva; o “la Substancia
que da substancia a sí misma”.
Yggdrasil [o Iggdrasel] (Escandinavo).- El “Arbol Mundano de
la Cosmogonia escandinava; el fresno Yggdrasil; el árbol del Universo, del
tiempo y de la vida”. Tiene tres raíces, que llegan hasta el frío Hel y de allí
se extiende hasta Jotunheim, el país de los Hrimthurses o “Gigantes de Hielo”,
y al Midgard, la tierra y mansión de los hijos de los hombres. Sus ramas
superiores se extienden hasta dentro del ciclo y su rama más elevada cubre con
su sombra el Walhalla, el Devachan de los héroes caídos en el campo de batalla.
El Yggdrasil es siempre fresco y verde, puesto que diariamente es regado por
las Normas, las tres fatales hermanas, lo Pasado, lo Presente y lo Futuro, con
las aguas de la vida de la fuente de Urd que fluye en nuestra tierra. Este
árbol se secará y desaparecerá sólo el día en que se libre la postrera batalla
entre el bien y el mal; cuando, prevaleciendo el primero, la vida, el tiempo y
el espacio salgan de la vida, espacio y tiempo.
Todos los pueblos antiguos tenían su árbol mundano. Los
babilonios tenían su “árbol de vida”, que era el árbol mundano, cuyas raíces
penetraban dentro del gran abismo inferior o Hades, cuyo tronco estaba en la
tierra, y cuyas ramas superiores llegaban al Zikum, la más elevada mansión
celeste. En lugar del Walhalla, colocaban ellos su follaje superior en la santa
casa de Davkina la “gran madre” de Tammuz, el Salvador del mundo, el Dios sol
condenado a muerte por los enemigos de la luz. [Véase: Midgard.]
Yi-King (Chino).- Una antigua obra china, escrita por
generaciones de sabios.
Yima (Zendo).- Segun el Vendidâd, es el primer hombre, y por
su aspecto de progenitor espiritual de la humanidad, es lo mismo que Yama
(véase esta palabra). Sus más amplias funciones no están expresadas en los
libros zendos, por razón de haberse perdido tantos de estos antiguos fragmentos,
hechos desaparecer, o por haberse impedido de cualquier manera que cayeran en
manos profanas. Yima no nació, porque representa las tres primeras razas madres
humanas, la primera de las cuales es “no nacida”, pero él es el “primer hombre
que muere”, porque la tercera raza, la que fue animada por los Egos superiores
racionales, fue la primera cuyos hombres se dividieron en varón y hembra, y “el
hombre vivió y murió y renació”. (Véase: Doctr. Secr., II, págs. 609 y
siguientes de la 1ra. Edic. inglesa). [Véase: Vendidâd.]
* Yins o Jins (Arábigo).- Orden de seres que, según se dice,
fueron creados dos mil años antes de Adán. Eblis o Iblis, su jefe, fue arrojado
del cielo por haberse negado a adorar a Adán porque éste había sido formado de
tierra. Entre ellos había buenos y malos espíritus, que tomaban la forma de
animales, gigantes, etc. En algunas traducciones se da a dichos seres el nombre
de “genios”. (Véase: Efrits, Janns y Eblis).
* Yliáster.- Materia primordial, de la cual ha sido formado
el universo en el principio del tiempo. (F. Hartmann). Véase: Iliáster.
* Ylu (Asirio).- Dios.
Ymir [o Ymer] (Escandinavo).- La materia personificada de
nuestro globo en un estado de ebullición. El monstruo cósmico en forma de
gigante que en las alegorías cosmogónicas de los Eddas es matado por los tres
creadores, los hijos de Bör, Odín, Wili y We, de quienes se dice que vencieron
a Ymir y de su cuerpo crearon el mundo. Esta alegoría muestra las tres
principales fuerzas de la naturaleza -separación, formación y desarrollo (o
evolución)- que dominan al indómito, furioso “gigante” materia, y le obligan a
convertirse en un mundo o globo habitable. Es curioso que un pueblo pagano
antiguo, primitivo y falto de cultura, tan filosófico y científicamente
correcto en sus ideas acerca del origen y formación de la tierra, haya
aceptado, a fin de que se le considere como civilizado, el dogma de que el
mundo fue creado de la nada! [Véase: Oergelmer.]
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