* Yo.- Self, en inglés. -Esta palabra es usada por los
teósofos en tres diferentes sentidos, expresando el segundo y el tercero la
misma idea que el primero, aunque con mayor limitación:
1) Âtman, el Espíritu único en todo. “Yo soy el YO (Âtmâ) situado en el corazón de todas las criaturas: soy principio, medio y fin de todos los seres”. (Bhagavad-Gîtâ, X, 20).
2) el Ego superior, el Pensador, el hombre inmortal [el yo individual]; y
3) el Ego inferior [el yo personal.] El primero de éstos es denominado “el YO”; el segundo, “Yo superior”, y el tercero. “yo inferior”. “Y ahora tu Yo se halla perdido en el YO; tú mismo en TI MISMO, sumido en AQUEL YO, del cual tú emanaste primitivamente”. (Voz del Silencio, I) (P. Hoult). -Hay dos Yos en el hombre; el superior y el inferior; el Yo impersonal y el Yo personal. El uno es divino, el otro semianimal. Entre ambos hay que hacer una gran distinción. (H. P. Blavatsky, Glosario de la Clave de la Teosofía). -El Yo inferior es el Kâma-Manas, el Ego personal; en un sentido más alto, es el Cuaternario o los cuatro “Principios” inferiores. El Yo supremo es Âtmâ en su vehículo Buddhi. (A. Besant y H. Burrows, Pequeño Glosario de términos teosóficos). -Véase: Ego.
1) Âtman, el Espíritu único en todo. “Yo soy el YO (Âtmâ) situado en el corazón de todas las criaturas: soy principio, medio y fin de todos los seres”. (Bhagavad-Gîtâ, X, 20).
2) el Ego superior, el Pensador, el hombre inmortal [el yo individual]; y
3) el Ego inferior [el yo personal.] El primero de éstos es denominado “el YO”; el segundo, “Yo superior”, y el tercero. “yo inferior”. “Y ahora tu Yo se halla perdido en el YO; tú mismo en TI MISMO, sumido en AQUEL YO, del cual tú emanaste primitivamente”. (Voz del Silencio, I) (P. Hoult). -Hay dos Yos en el hombre; el superior y el inferior; el Yo impersonal y el Yo personal. El uno es divino, el otro semianimal. Entre ambos hay que hacer una gran distinción. (H. P. Blavatsky, Glosario de la Clave de la Teosofía). -El Yo inferior es el Kâma-Manas, el Ego personal; en un sentido más alto, es el Cuaternario o los cuatro “Principios” inferiores. El Yo supremo es Âtmâ en su vehículo Buddhi. (A. Besant y H. Burrows, Pequeño Glosario de términos teosóficos). -Véase: Ego.
* Yo-deva.- El Yo que se reencarna, el Yo individual o
superior. (Voz del Silencio, II).
* Yo individual.- El Ego superior, el que se reencarna.
(Véase: Yo y Reencarnación).
* Yo inferior.- Véase: Yo.
* Yo personal.- El yo inferior o perecedero.
* Yo silencioso.- El yo superior, el séptimo “Principio”.
“No imagines que con quebrantar tus huesos y lacerar tus carnes te unas a tu
“Yo Silencioso””. (Voz del Silencio, II).
* Yo superior o Supremo.- El supremo Espíritu divino que
ejerce su protectora influencia sobre el hombre. La corona de la Tríada
espiritual superior en el hombre. El Yo supremo es Âtmâ, el rayo inseparable
del YO UNO y universal. Es el Dios que está por encima más bien que por dentro
de nosotros. (Feliz el hombre que logra saturar de El su Ego interno. (Clave de
la Teosofía, 149). -La idea de que el hombre en su Yo interior es uno con el Yo
del universo (“Yo soy Aquello”), impregna tanto y tan profundamente todo el
pensamiento indo que con frecuencia se designa al hombre: “la ciudad divinda de
Brahma”, “la ciudad de nueve puertas”, Dios que mora en la cavidad de su
corazón. En el Mândû kyopanichad el Yo es descrito como condicionado por el
cuerpo físico, el cuerpo sutil y el cuerpo mental, y elevándose luego por
encima de todos ellos es el Unico “sin dualidad”. (A. Besant, Sabid. Antig., 16
y 17).
Yod (Hebreo).- La décima letra del alfabeto [hebreo] y la
primera del cuádruplo símbolo del nombre compuesto Jah-hovah (Jehovah) o
Jah-Eve, la existencia y fuerza hermafrodita en la naturaleza. Sin las vocales
posteriores, la palabra Jehovah se escribe IHVH (representando la letra Yod
todas las tres letras inglesas y, i, o j, segunlo requiera el caso, y es masculina-femenina.
La letra Yod es símbolo del lingam, u órgano masculino, en su triple forma
natural, como demuestra la Kabalah. La segunda letra He tiene por símbolo el
yoni, la matriz o “ventana -que se abre”, como se lee en la Kabalah; el símbolo
de la tercera letra, el Vau, es un báculo o una uña (teniendo en esto su origen
el báculo episcopal), otra letra masculina, y la cuarta es lo mismo que la
segunda-, significando el todo ser o existir bajo una de estas formas o de
ambas. Así, dicha palabra o nombre es preminentemente fálico. Es el del dios
batallador de los judíos, “Señor de los Ejércitos”; del “agresivo Yod” o Zodh,
Caín (por permutación), que mató a su hermano hembra, Abel, y derramó su
sangre. Este nombre, escogido entre muchos por los primtivos escritores
cristianos, fue un nombre desgraciado para su religión a causa de sus
asociaciones y significado original; es un número suponiendo lo mejor, un
órgano en realidad. Esta letra Yod se ha convertido en God y Gott [Dios, en
inglés y alemán, respectivamente. -Véase: Y.]
* Yoddhukâma (Sánscrito).- Deseoso de pelear.
* Yodha (Sánscrito).- Guerrero, combatiente.
* Yodhana (Sánscrito).- Combate, pelea, lucha.
* Yodhavîra (Sánscrito).- Guerrero, héroe (en la batalla).
Yoga (Sánscrito).-
1) Uno de los seis Darzanas o escuelas filosóficas de la India; una escuela fundada por Patañjali, aunque la verdadera doctrina Yoga, la única de la cual se dice que ayudó a preparar el mundo para la predicación de Buddha, es atribuída con buenas razones a un sabio más antiguo, Yâjñawalkya, autor del Zatapatha Brâhmana, del Yajur Veda, del Brihad Âranyaka y otras obras famosas.
2) La práctica de la meditación como medio conducente a la liberación espiritual. Por este medio se obtienen poderes psicoespirituales, y los estados de éxtasis provocados conducen a la clara y correcta percepción de las verdades eternas, tanto del universo visible como del invisible. [La palabra yoga significa literalmente “unión”, y se usa en el sistema de Patañjali para designar la unión o armonía del yo humano o inferior con el Yo divino o superior mediante la práctica de la meditación. Gracias a esta unión mística, el hombre adquiere un completo dominio sobre el cuerpo y la mente, se libra de todas las trabas del mundo material y desarrolla ciertas maravillosas facultades psíquicas latentes en la especie humana, y que son causa de extraños fenómenos que parecen verdaderamente sobrenaturales o milagrosos a todos aquellos que desconocen su causa productora. Además del Yoga preliminar (Kriyâyoga), que comprende la mortificación (tapas), el estudio (Svâdhyâya) y la sumisión o devoción (Pranidhâna) al Señor, para alcanzar el Yoga hay que poner en práctica los ocho medios siguientes, denominados yogângas, de los cuales los cinco primeros son puramente preparatorios:
1) Yama, que comprende las siguientes reglas morales; abstención de dañar a ningun ser viviente; sinceridad; abstención de apropiarse de bienes ajenos; continencia o castidad; desinterés o renuncia a todo cuanto pueda srevir para recreo de los sentidos,
2) Niyama, que comprende las siguientes reglas: pureza mental y corporal; contento; mortificaciones (ayuno, etc.); estudio de los textos sagrados; propio abandono a la Divinidad.
3) Âsana, o sea la actitud corporal adecuada para la meditación.
4) Prânâyâma, dominio y regulación del aliento (Prâna); este ejercicio consta de tres partes: Pûraka, Rechaka y Kumbhaka (véanse estas tres palabras).
5) Pratyâhâra, abstracción o retraimiento de los sentidos y de la mente, apartándolos de los objetos exteriores y atrayéndolos a la mente. Gracias a estos medios, se purifica y sublima la mente, y entonces el discípulo se halla en disposición de pasar a los tres grados superiores del Râja Yoga, que son los siguientes:
6) Dhâranâ, atención sostenida o prolongada concentración de la mente en un punto único u objeto determinado.
7) Dhyâna o meditación, o sea la contínua y prolongada corriente de pensamiento dirigida a un objeto determinado, hasta llegar a absorberse en él; y
8) Samâdhi, o contemplación extática, en cuyo grado superior, llamado asamprajñâta samâdhi, se llega a perder hasta la conciencia de la propia individualidad, y unificada el alma en inefable beatitud con el Yo superior, se abstrae y queda en un completo aislamiento (Kaivalya), que le permite transferir su esfera de acción a un plano mucho más elevado y sin límites. Estos tres últimos ejercicios se designan colectivamente con el nombre de Samyana. El principal objeto, la suprema aspiración del asceta que se aplica al Yoga, es la perfecta armonía del yo inferior con el Yo superior, la unión del hombre con la Divinidad, que siendo omnisciente, ilumina al yoguî permitiéndole percibir las verdades eternas del mundo visible e invisible. Para más detalles, consúltense las dos excelentes obritas:
1) Introducción al Yoga, por A. Besant, y Yogasûtrâni o Aforismos de Patañjali sobre el Yoga. -En lo referente a la acepción filosófica de la palabra Yoga, véase: Filosofía yoga. -La voz yoga, además de su significado de “unión”, tiene otros muchos: conexión, armonía, relación; vía, método, sendero; poder místico o misterioso; encanto, hechizo, magia; misterio; devoción; doctrina, enseñanza, etc., etc. En algunos casos es sinónima de mârga (sendero), y así tenemos las expresiones Karma yoga, Jñâna yoga y Bhakti-yoga, que equivalen a: sendero de acción, sendero de conocimiento y sendero de devoción, respectivamente. Véase: Tres Senderos de Perfección. Véase también: Râja Yoga, Filosofía Yoga y Vaidhrita.]
1) Uno de los seis Darzanas o escuelas filosóficas de la India; una escuela fundada por Patañjali, aunque la verdadera doctrina Yoga, la única de la cual se dice que ayudó a preparar el mundo para la predicación de Buddha, es atribuída con buenas razones a un sabio más antiguo, Yâjñawalkya, autor del Zatapatha Brâhmana, del Yajur Veda, del Brihad Âranyaka y otras obras famosas.
2) La práctica de la meditación como medio conducente a la liberación espiritual. Por este medio se obtienen poderes psicoespirituales, y los estados de éxtasis provocados conducen a la clara y correcta percepción de las verdades eternas, tanto del universo visible como del invisible. [La palabra yoga significa literalmente “unión”, y se usa en el sistema de Patañjali para designar la unión o armonía del yo humano o inferior con el Yo divino o superior mediante la práctica de la meditación. Gracias a esta unión mística, el hombre adquiere un completo dominio sobre el cuerpo y la mente, se libra de todas las trabas del mundo material y desarrolla ciertas maravillosas facultades psíquicas latentes en la especie humana, y que son causa de extraños fenómenos que parecen verdaderamente sobrenaturales o milagrosos a todos aquellos que desconocen su causa productora. Además del Yoga preliminar (Kriyâyoga), que comprende la mortificación (tapas), el estudio (Svâdhyâya) y la sumisión o devoción (Pranidhâna) al Señor, para alcanzar el Yoga hay que poner en práctica los ocho medios siguientes, denominados yogângas, de los cuales los cinco primeros son puramente preparatorios:
1) Yama, que comprende las siguientes reglas morales; abstención de dañar a ningun ser viviente; sinceridad; abstención de apropiarse de bienes ajenos; continencia o castidad; desinterés o renuncia a todo cuanto pueda srevir para recreo de los sentidos,
2) Niyama, que comprende las siguientes reglas: pureza mental y corporal; contento; mortificaciones (ayuno, etc.); estudio de los textos sagrados; propio abandono a la Divinidad.
3) Âsana, o sea la actitud corporal adecuada para la meditación.
4) Prânâyâma, dominio y regulación del aliento (Prâna); este ejercicio consta de tres partes: Pûraka, Rechaka y Kumbhaka (véanse estas tres palabras).
5) Pratyâhâra, abstracción o retraimiento de los sentidos y de la mente, apartándolos de los objetos exteriores y atrayéndolos a la mente. Gracias a estos medios, se purifica y sublima la mente, y entonces el discípulo se halla en disposición de pasar a los tres grados superiores del Râja Yoga, que son los siguientes:
6) Dhâranâ, atención sostenida o prolongada concentración de la mente en un punto único u objeto determinado.
7) Dhyâna o meditación, o sea la contínua y prolongada corriente de pensamiento dirigida a un objeto determinado, hasta llegar a absorberse en él; y
8) Samâdhi, o contemplación extática, en cuyo grado superior, llamado asamprajñâta samâdhi, se llega a perder hasta la conciencia de la propia individualidad, y unificada el alma en inefable beatitud con el Yo superior, se abstrae y queda en un completo aislamiento (Kaivalya), que le permite transferir su esfera de acción a un plano mucho más elevado y sin límites. Estos tres últimos ejercicios se designan colectivamente con el nombre de Samyana. El principal objeto, la suprema aspiración del asceta que se aplica al Yoga, es la perfecta armonía del yo inferior con el Yo superior, la unión del hombre con la Divinidad, que siendo omnisciente, ilumina al yoguî permitiéndole percibir las verdades eternas del mundo visible e invisible. Para más detalles, consúltense las dos excelentes obritas:
1) Introducción al Yoga, por A. Besant, y Yogasûtrâni o Aforismos de Patañjali sobre el Yoga. -En lo referente a la acepción filosófica de la palabra Yoga, véase: Filosofía yoga. -La voz yoga, además de su significado de “unión”, tiene otros muchos: conexión, armonía, relación; vía, método, sendero; poder místico o misterioso; encanto, hechizo, magia; misterio; devoción; doctrina, enseñanza, etc., etc. En algunos casos es sinónima de mârga (sendero), y así tenemos las expresiones Karma yoga, Jñâna yoga y Bhakti-yoga, que equivalen a: sendero de acción, sendero de conocimiento y sendero de devoción, respectivamente. Véase: Tres Senderos de Perfección. Véase también: Râja Yoga, Filosofía Yoga y Vaidhrita.]
Yogâchârya (Sánscrito).-
1) Una escuela mística.
2) Un maestro (âchârya) de Yoga, uno que ha dominado las doctrinas y prácticas de la meditación extática, la culminación de las cuales son los Mahâsiddhis [grandes poderes]. Es incorrecto confundir esta escuela con la escuela Tantra o Mahâtantra fundada por Samantabhadra, porque hay dos Escuelas Yokâchâryas, esotérica la una, popular la otra. Las doctrinas de está última fueron compiladas y glosadas por Asamgha, en el siglo VI de nuestra era, y en sus tantras y mantras místicos, sus formularios, letanías, hechizos y mudrâs [véase esta palabra], ensayados sin un Guru, podrían seguramente servir para fines de hechicería y magia negra, más bien que para el Yoga real o verdadero. Aquellos que se empeñan en escribir sobre este asunto son generalmente misioneros instruídos y enemigos de la filosofía oriental en general. De ellos no pueden esperarse opiniones imparciales. Así, cuando leemos en el Diccionario Sánscrito-chino de Eitel que la recitación de los mantras (que él denomina “hechizos”!) debe ir acompañada de música y contorsiones de los dedos (mudrâ), para que pueda llegarse a un estado de fijeza mental (Samâdhi), uno que conozca, aunque sea muy por encima, la verdadera práctica del Yoga, no hará más que encogerse de hombros. Tales contorsiones de los dedos, segun piensa el autor, son necesarias para alcanzar el Samâdhi, “caracterizado por no haber pensamiento ni aniquilación del pensamiento, y que consiste en la felicidad (yogi) seis veces corporal (sic) y mental, de la cual resultaría la dotación de un poder sobrenatural de obrar milagros.” Los teósofos no estarán nunca demasiado prevenidos contra tales explicaciones fantásticas y llenas de prejuicios.
1) Una escuela mística.
2) Un maestro (âchârya) de Yoga, uno que ha dominado las doctrinas y prácticas de la meditación extática, la culminación de las cuales son los Mahâsiddhis [grandes poderes]. Es incorrecto confundir esta escuela con la escuela Tantra o Mahâtantra fundada por Samantabhadra, porque hay dos Escuelas Yokâchâryas, esotérica la una, popular la otra. Las doctrinas de está última fueron compiladas y glosadas por Asamgha, en el siglo VI de nuestra era, y en sus tantras y mantras místicos, sus formularios, letanías, hechizos y mudrâs [véase esta palabra], ensayados sin un Guru, podrían seguramente servir para fines de hechicería y magia negra, más bien que para el Yoga real o verdadero. Aquellos que se empeñan en escribir sobre este asunto son generalmente misioneros instruídos y enemigos de la filosofía oriental en general. De ellos no pueden esperarse opiniones imparciales. Así, cuando leemos en el Diccionario Sánscrito-chino de Eitel que la recitación de los mantras (que él denomina “hechizos”!) debe ir acompañada de música y contorsiones de los dedos (mudrâ), para que pueda llegarse a un estado de fijeza mental (Samâdhi), uno que conozca, aunque sea muy por encima, la verdadera práctica del Yoga, no hará más que encogerse de hombros. Tales contorsiones de los dedos, segun piensa el autor, son necesarias para alcanzar el Samâdhi, “caracterizado por no haber pensamiento ni aniquilación del pensamiento, y que consiste en la felicidad (yogi) seis veces corporal (sic) y mental, de la cual resultaría la dotación de un poder sobrenatural de obrar milagros.” Los teósofos no estarán nunca demasiado prevenidos contra tales explicaciones fantásticas y llenas de prejuicios.
* Yogadhâranâ (Sánscrito).- Perseverancia en el Yoga o
devoción; concentración o abstracción mediante el Yoga; fijeza en la
concentración del Yoga.
* Yogakchema (Sánscrito).- Adquisición; esfuerzo, afán;
seguridad; seguridad o garantía (de propiedad); prosperidad, fortuna,
bienestar, felicidad.
* Yoga-mâyâ (Sánscrito).- El creador poder de ilusión;
magia; prestiguo, hechizo, encanto.
* Yogângas (Sánscrito).- Partes o requisitos del Yoga. Son
ocho: yama (continencia o abstención); niyama (observancia), âsana (actitud
corporal), prânâyâma (dominio o regulación del aliento (prâna), pratyâhâra
(abstracción o retraimiento), dhâranâ (atención sostenida o concentración),
dhyâna (meditación) y samâdhi (contemplación extática). (Aforismos de Patañjali
sobre el Yoga, II, 29. Véase: Yoga).
* Yoga-nidrâ (Sánscrito).- “El sueño de la meditación”.
Ilusión personificada. El gran poder ilusorio de Vichnú y el poder ilusorio
manifestado en Devî como Mahâ-mâyâ, la gran ilusión. (Dowson, Dicc. Clásico
indo).
* Yogârûdha (Sánscrito).- El que ha ascendido al Yoga; el
adepto; el que se esfuerza en alcanzar el Yoga.
* Yogastha (Sánscrito).- Firme o constante en la devoción o
en el Yoga.
* Yoga-sûtras, o más propiamente: Yoga-sûtrâni (Sánscrito).-
Famosa colección de Aforismos de Patañjali que constituyen un verdadero tratado
de filosofía y práctica del Yoga. Consta de cuatro libros, que tratan
respectivamente de la Concentración (Samâdhi); de los medios de Concentración
(Samâdhiprâpti o Sâdhana); de los Poderes (Vibhûti) y de la Unidad o Liberación
(Kaivalya).
* Yogavid (Sánscrito).- Versado o experto en el Yoga.
(Véase: Yogavittama).
* Yoga-vidyâ (Sánscrito).- La ciencia del Yoga; el método
práctico de unir el Espíritu de uno mismo con el Espíritu universal. (Five
Years of Theosophy).
* Yogavittama (Sánscrito).- Superlativo de Yogavid: “el más
versado o entendido en el Yoga”.
* Yoga-yajña (Sánscrito).- Que ofrece sacrificios de
devoción o de prácticas piadosas.
* Yoga-yukta (Sánscrito).- Que se aplica al Yoga; sumido en
la meditación.
* Yogezvara (Yoga-îzvara) (Sánscrito).- Señor del Yoga.
Yogi [o Yogin. Pronúnciese yoguî] (Sánscrito).- No es “un
estado de felicidad seis veces corporal y mental como resultado de la
meditación extática”, segun dice Eitel; sino un estado que, una vez alcanzado,
hace al que la practica dueño absoluto de sus seis “principios”, estando él
entonces sumido en el séptimo. Dicho estado le da pleno dominio, debido a su
conocimiento del YO y del Yo, sobre sus estados corporales, intelectuales y
mentales, que, incapaces por más tiempo de crear obstáculos o de obrar sobre su
Ego superior, le dejan libre para existir en su estado original, puro y divino.
2) Es también el nombre del devoto que practica el Yoga. [Hay yoguis de cuatro grados:
1) Prathamkalpika, o sea que se halla en el estado preliminar;
2) Madhupratika, aquel que ha alcanzado el estado ritambharaprajña, o sea el poder llamado madhupratikâ (véase esta palabra);
3) Bhutendriyajayi, el que ha obtenido dominio sobre los elementos y los sentidos, y en realidad sobre todas las cosas; y
4) Atikrântabhâvantya, el que ha alcanzado el Kaivalya. (Comentario de M. Dvivedi a los Aforismos de Patañjali, pág. 77). La voz Yogî tiene además el significado de: devoto, asceta, místico; partidario del sistema de filosofía yoga.]
2) Es también el nombre del devoto que practica el Yoga. [Hay yoguis de cuatro grados:
1) Prathamkalpika, o sea que se halla en el estado preliminar;
2) Madhupratika, aquel que ha alcanzado el estado ritambharaprajña, o sea el poder llamado madhupratikâ (véase esta palabra);
3) Bhutendriyajayi, el que ha obtenido dominio sobre los elementos y los sentidos, y en realidad sobre todas las cosas; y
4) Atikrântabhâvantya, el que ha alcanzado el Kaivalya. (Comentario de M. Dvivedi a los Aforismos de Patañjali, pág. 77). La voz Yogî tiene además el significado de: devoto, asceta, místico; partidario del sistema de filosofía yoga.]
* Yoginî (Sánscrito).- Hechicera. Las yoginîs son ocho
demonios hembras que acompañan a Durgâ. (Dowson).
Yong-Grüb (Tibet).- Un estado de reposo absoluto, lo mismo
que Paranirvâna.
Yoni (Sánscrito).- La matriz, el órgano femenino. [Fuente,
origen; falda, regazo; lugar, asiento. Al fin de compuesto, significa: salido o
nacido de. Sola o en combinación con el Linga, es objeto de veneración por los
sectarios de los Zaktis. (Dowson).]
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