SILFOS
Los Silfos, en la mitología, son espíritus elementales del aire.
Y es como se conoce comúnmente al macho de lo que sería el hada.
Están hechos de aire.
Piensan y flotan. Son sutiles y evasivos.
No reaccionan a los sentimientos, como tampoco sienten.
No se les puede alabar, alimentar o entusiasmar.
Son seres exclusivamente del viento, del pensamiento y del vuelo.
No es posible hacer que un silfo se preocupe por algo, pues la preocupación es una
emoción.
Esta criatura habita en cuevas de bosques muy cerrados, ya que la luz del sol le hace
daño.
Se cree que los silfos son las criaturas más sabias de la Tierra, ya que su memoria
comprende desde antes de la creación del mundo.
También se dice que son espíritus elementales; se les atribuye el aire, como a los gnomos
la tierra, a las ondinas el agua, y a las salamandras el fuego.
CARACTERISTICAS
Se dice que los silfos, tras vivir 10,000 milenios cambian su color de cabellos a blanco, pues la sabiduría de las eras consume el color del cabello de la juventud.
Pueden viajar a grandes velocidades, aunque tras yacer con un humano, su poder de volar desaparece y se convierten en humanos a su vez.
A diferencia de los elfos, no poseen lengua hablada ni escrita, sino el poder del pensamiento.
Los silfos son indiferentes a los elfos como los elfos lo son a los hombres, al considerar aburridas y sin importancia las teorías élficas sobre el apego a lo inmutable.
Los silfos, en cambio, consideran al progreso como algo a lo QUE debe permitirse proseguir su camino.
Los silfos son amos del aire, del viento... son poder.
Para los cabalistas son también caracterizados como criaturas mitad león mitad águila a quienes se les conoce como "grifos".
Se dice que a estos seres se les puede pedir consejo gracias a su infinita sabiduría y conocimiento.
A pesar de ser calificados de espíritus, los entes elementales carecen de espíritu, por lo que no evolucionan: son la Naturaleza misma.
El aire influye sobre la compresión, la armonía, la inteligencia, la imaginación, la sabiduría, la fe y la esperanza.
Los seres regidos por este elemento nos ayudan a mejorar nuestra comunicación con el entorno y a sentir con su “vuelo” un poco de libertad y alegría.
El elemento Aire es el encargado del pensamiento, la palabra y agudiza nuestra mente.
Evoca en nosotros recuerdos ancestrales y nos lleva a encontrar nuevas realidades. Incentiva la imaginación para que luego cobre vida a través de la creación.
Es el elemento de las ideas, la elocuencia, el movimiento dirigido hacia metas claras, la comunicación verbal y escrita.
Su vehículo son los vientos –tanto las brisas como los huracanes- , las fragancias y las notas musicales.
Trabajar con este elemento nos permite aclarar nuestros pensamientos, dejar fluir las ideas y soñar despiertos.
Por ello, cuando les hacemos un llamado a los seres del Aire desde nuestro interior, estamos creando un espacio para escuchar y ser escuchados.
Un huracán es la forma descontrolada de la energía para destruir y hacer cambios .
Pero cuidado cuando son provocados y no creados por la naturaleza misma de la vida normal.
Representan junto con las Hadas los espíritus que comparten el mundo de los aires y son los que controlan los vientos. Así como en el agua, hay canales invisibles para nosotros que corresponden a los vientos.
Cuando el aire se descontrola y produce una tempestad, causa estragos no sólo para el hombre sino también para las hadas que trabajan en distintas tareas. Estos seres son prácticamente ingrávidos, ya que están constituidos en su casi totalidad por aire y luz.
Provienen originariamente de la mitología griega y hay correspondencias entre los nórdicos con esta clase de hadas etéreas y sutiles.
¿ PARA QUE INVOCARLOS ?
General, los elementales del Aire se invocan para obtener e incentivar: la concentración, elocuencia, estudio, habilidades verbales y literarias, inspiración poética, ideas creativas, la resolución de discusiones, el iniciar proyectos, plantear metas futuras, soñar despierto, realizar viajes y cambiar de ambiente.
Sin embargo, cada uno de estos seres –silfos, sílfides, hadas, y geniecillos- poseen características particulares y funciones con respecto a los humanos que primero se deberán conocer a fin de invocarlos adecuadamente y no perturbar su paz y armonía innecesariamente, ya que si son llamados erróneamente se molestan mucho.
MISIÓN DE ELLOS
La misión de estos seres es la de mantener el aire a salvo de la contaminación.
Rigen huracanes, remolinos, vientos y todo movimiento de las masas de aire.
Por eso, pueden provocar cataclismos si algún humano los ofende.
Además, este tipo de criaturas se caracteriza por un estado de ánimo algo cambiante.
A ambos se les atribuye el pensamiento, la imaginación y la memoria del mundo
TRABAJO DE UN SILFO
Actúan donde hay un verdadero mérito escondido, porque allí deben resplandecer los rayos del sol.
Ellos imprimen en los aprendices la importancia de adquirir la conciencia del conocimiento, es decir, “la Intuición”.
Los Silfos poseen una formidable memoria, y por lo tanto son sabios.
Ellos recuerdan todos los rituales y religiones de las estrellas y la sabiduría de los libros más antiguos.
Si el estudiante quiere recordar la antigua sabiduría, ellos podrán instruirlo y enseñarlo.
I N V O C A C I O N
Espíritu de luz, espíritu de sabiduría, rey increado, cuyo aliento da y recoge la forma
de todos los seres.
Tú, ante quien la vida de todo lo creado es una sombra cambiante y un vapor que
pasa; tú, que subes a las nubes y que vas llevado por las alas de los vientos; tú, que
respiras y así pueblas los espacios sin fin; tú, que aspiras y todo lo que de ti sale a ti
vuelve.
Movimiento sin fin en la estabilidad eterna, sé eternamente bendito.
Nosotros te invocamos y bendecimos en el imperio de la luz creada, de las
sombras, de los reflejos, y de las imágenes, y sin cesar aspiramos a tu inmutable e
imperecedera claridad.
Deja llegar hasta nosotros la luz de tu inteligencia, el calor de tu amor.
Entonces lo que es móvil será fijo, la sombra será un cuerpo, el espíritu del aire será
un alma, el ensueño será una realidad.
Y nosotros no seremos ya arroyados por la tormenta, pues retendremos las bridas
de los alados caballos de la aurora y dirigiremos la carrera de los vientos de la
noche para volar ante tu presencia.
!Oh suspiro creador de todos los seres¡ En el flujo y reflujo de tu palabra que es el
Océano Divino del Movimiento, ¡protegednos!.
Entre los silfos encontramos a los Fylgiar:
Son una especie de espíritu aéreo que sólo puede ser visto por el humano del que es familiar, es decir, se asocia desde el nacimiento de éste, y se revela justo antes de su muerte, para guiarlo como un ángel protector hacia su morada eterna. De acuerdo a la mitología nórdica a la que pertenecen, señalan el camino y acompañan al fallecido hacia el Valhalla, el «Cielo» escandinavo, donde él permanece hasta que el alma del humano se siente confortada. Jamás puede ser visto por otra persona que no sea su protegido.
Son originarios de Islandia, y se cree que un niño islandés que nace mientras se oye un graznido será especial, y que atravesará su vida con la compañía feérica, una sombra o presencia familiar conocida como Fylgiar. Éste sirve al niño, y se dice que el mismo también sirve al Fylgiar mientras duerme o proyecta sus sueños. Este espíritu puede oírse o detectarse por suaves ruidos o murmullos.
Protege a los niños de sufrimientos y pesadillas. En el folklore Noruego, el Fylgiar aparece para advertir de peligros durante el sueño nocturno, a veces en forma animal. Como dijimos, continúan al lado del niño hasta que es adulto, luego anciano, y asisten su partida, para después pasar a la próxima generación de niños de la misma familia.
La más inquietante característica del Fylgiar se da cuando revelan con su visión, un momento antes de la muerte, el tipo de deceso que tendrá el familiar. Esto se observará en la actitud y aspecto del espíritu: un Fylgiar maltratado y herido significará una muerte dolorosa o trágica, un Fylgiar hermoso y brillante o en actitud relajada, auspiciará una muerte pacífica y sin dolor o pena.
Según la creencia los silfos habitan en cuevas y zonas oscuras ya que la luz solar les molesta.Seres elementales|
Silfos
Los silfos vuelan con alas como las hadas pero pueden asumir distintas formas.
A veces son descritos como seres de las nubes. Se identifican con el viento, la lluvia y la nieve.
Los silfos se asocian con los ángeles, protectores alados. Los silfos defienden las altas cumbres y las montañas.
Los silfos como criaturas del aire tienen la facultad de volar. Se cree proceden de los Shide una raza sobrenatural semejante a las hadas o los elfos halados. Interfieren en el clima, protegen a las aves y también se cuenta interfieren en el mundo de los sueños.
Se les supone similares a los seres humanos, son ágiles y altos. Poseen unas grandes alas que surgen desde detrás de la espalda y pueden plegar o desplegar.
Gracias por compartir Lulú.
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