El Arte corresponde a la imaginación por medio de su
naturaleza intuitiva, mientras que la Ciencia se corresponde con la voluntad a
través de su reflexión y sus claros y precisos objetivos. Así que ya tenemos
una ecuación preliminar:
Voluntad + Imaginación = Magia
Pero si nosotros ya estamos usando nuestra imaginación y
voluntad, ¿por qué todavía necesitamos el trance mágico? En orden a comprender
esto, necesitamos entender la estructura de nuestra psique y cómo trabaja,
porque solemos gustar de asumir que el poder mágico y la habilidad de realizar
Magia es un acontecimiento interno-espiritual.
Aquí presentamos un simplificado modelo de la psique humana
como es suministrado por el psicoanálisis. En primer lugar vemos la mente
consciente, también conocida como la consciencia despierta o diaria. En la
parte baja podemos ver la mente inconsciente. Esta incluye todo lo que
realmente escapa a nuestra mente consciente. Aunque está constantemente activa,
solamente la notamos cuando dormimos. El así llamado censor está localizado
entre las mentes consciente e inconsciente. Representa una forma de filtro de
dos vías. Por una parte, asegura la percepción selectiva de los estímulos del
mundo externo, y por la otra protege a la mente consciente de ser inundada descontroladamente
por información proveniente del inconsciente, lo cual incluye represiones y
complejos. Al censor le es asignada una función vital, particularmente el
mantenimiento de lo que generalmente se llama salud espiritual. Por otra parte
el censor tiene una considerable desventaja también, que es extremadamente
conservador. Sólo a disgusto permite a la mente consciente hacer directa e
inmediatamente contacto con la mente inconsciente, pues escapa a su control.
Realmente uno de los más importantes trucos en la Magia es apagar temporalmente
el censor, para acceder a la fuente de poder (la mente inconsciente) y
asignarle tareas específicas. Esto ocurre a través del trance mágico. Este
estado a menudo recuerda al nebuloso periodo justo antes de caer dormido en el
cual la mente consciente está todavía activa pero bastante subyugada. En este
estado, puede intercambiar información directamente con la mente inconsciente,
y viceversa, en forma de imágenes. Durante el trance mágico, el censor está en
cierta manera, puesto a dormir. Idealmente, debería dormir muy ligeramente y
solamente despertar en una emergencia. Así que ahora tenemos la estructura
completa de la Magia que se corresponde con nuestra definición extendida tal y
como es representada aquí:
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