CHAMANISMO: LA AYAHUASCA Parte I
Mabit, un médico francés que llegó a
Perú décadas atrás como parte de la organización Médicos sin Fronteras, se
quedó a vivir en Tarapoto y fundó Takiwasi en 1992. Hoy es uno de los cuatro
chamanes que realizan rituales curativos en este centro, conocido mundialmente
por sus tratamientos con plantas amazónicas. "Cuando se toma ayahuasca se
amplifican todas las percepciones de los sentidos: el oído, la vista, el
olfato. Y todas las funciones psíquica internas", comenta Mabit. "Es
como si se pusiera un microscopio, y lo que usted no veía o veía chiquito, se
va a amplificar y usted ya lo ve. Se hace más evidente su problemática
emocional, sus problemas familiares o de salud. Uno puede tomar conciencia de
elementos que se le escapaban", explica el médico, que toma el extracto de
la planta desde hace más de dos décadas.
Por efecto de la ayahuasca ocurre
"como si entrara en un sueño, salvo que en este caso uno no duerme y puede
interactuar con lo que le está sucediendo. Puede movilizar su capacidad e ir
buscado los problemas que le afectan en su vida". Después quedará actuar,
tomar las decisiones para hacer ese cambio, subraya. "Cuando existe
voluntad para cambiar se pueden lograr curaciones muy interesantes a todo nivel
psicológico, emocional y físico. Uno se reconcilia con uno mismo, con quien
es"
La región noramazónica peruana estuvo por décadas inundada de plantaciones de hojas de coca, que hoy van dejando cada vez más lugar a siembras alternativas de cacao y café. Mientras la producción de cocaína y la incidencia del narcotráfico crecía en los 80 y 90 en el país, Tarapoto comenzó a ser conocido también por el uso milenario de estas plantas que sirven para contrarrestar los males del consumo de drogas.
Pedidos de adictos llegan desde todo
el mundo para buscar un sitio en Takiwasi, que antes de aceptar a alguien para
un tratamiento analiza cada caso y su historia.
"Les pido que experimenten.
Mientras uno no experimenta puede decir muchas cosas. Este tratamiento apela a
una referencia que está tan fuera de la vida cotidiana que no hay referente.
Muchas personas proyectan sus dudas, pero no pasan por la experiencia. Esta
medicina se utiliza hace miles de años en la Amazonía, no hay adicción, no
provoca dependencia. Y ningún estudio antropológico ha descripto que los
pueblos indígenas que utilizan esto se han vuelto locos".
Con el ayahuasca los indígenas hace 3.000
años conocen los antidepresivos, destacan los curanderos que la emplean, aunque
el uso de la planta también ha llevado a algunos casos trágicos de muerte, lo
que sembró más dudas sobre su uso y conveniencia. Un turista estadounidense de
18 años murió en septiembre de 2012 en la región amazónica de Madre de Dios
(sudeste) luego de que un curandero se excediera en el suministro de ayahuasca,
según un informe policial de entonces. "Como en todo, puede haber un buen
uso o un mal uso", dijo Mabit. "Hay una manera de utilizar la
ayahuasca. Una técnica, una preparación, acompañamiento y seguimiento. Hay un
conjunto de acciones. No se trata solamente de la ayahuasca, se trata de la
forma como se usa"
La ayahuasca forma parte de las llamadas plantas maestras, entre las cuales también figura nuestro nacional peyote. Es una maestra conocida como "la abuelita" porque como una abuela, es dura con su enseñanza pero lo hace con amor y por tu bien. La ayahuasca es el brebaje sicodélico utilizado ritualmente por los chamanes, curanderos o maestros ayahuasqueros de las etnias del Amazonas —desde hace más de cinco mil años— como un camino para obtener la expansión de la conciencia.
Algunos chamanes te pedirán hacer un mes de
dieta previa, y otros una semana, pero el objetivo común de la dieta es
purificar tu organismo y que el golpe físico de tomar el yage no sea tan
tormentoso. El brebaje te purga y te limpia, por lo que entre más
"contaminado" esté tu organismo, más vas a sentir la sacudida de la
purga. La dieta es básicamente la siguiente: no comer carnes rojas y los últimos
dos días se sugiere evitar la ingesta de cualquier animal, no comer alimentos
procesados, ni irritantes como picante o café —casi muero con esa restricción—,
no alcohol, ni drogas recreativas o farmacéuticas, no lácteos, no sexo,
descanso los tres días previos al trabajo y mantener la dieta los tres días
posteriores para mejores resultados. Yo apliqué la dieta al pie de la letra y
le fue bastante bien a mi cuerpo cuando entro en reacción con el brebaje.
Aquí inicia un primer cambio de hábito brutal. Todos los que van a tomar ayahuasca van con un propósito, y al saber que no es algo recreativo, su intención puede ser descubrir caminos en el presente, abrir puertas para transitar por otros caminos futuros, superar traumas pasados, sobreponerse de adicciones, comportamientos indeseados o tener una experiencia espiritual entre otras cosas. Aunque nos pongamos específicos, todos llevan de la mano un cambio de hábito, sea que ese vaya a ser el catalizador a un aprendizaje más grande o que sólo sea un efecto colateral. El psicólogo William James fundador de la psicología funcional y defensor de terapias alternativas con curanderos, fue el primero en hablar de hábitos en la psicología, a él se le atribuyen los famosos 21 días necesarios en la plasticidad cerebral para generar un cambio de hábito. Pero nuevos estudios realizados por la universidad del sur de California indican que los hábitos comienzan a desarrollarse ante una necesidad y terminan siendo el resultado de un aprendizaje de asociación que demora entre 15 y 254 días. Por lo que hay que estar dispuesto a seguir trabajando las enseñanzas que revela la ayahuasca muchos días después de haberlo tomado, si es que queremos cambios reales. Si profundizamos sobre este pensamiento y hacemos la asociación con el conocimiento científico, podemos llegar a varías preguntas, preguntas que yo misma me he hecho desde la ceremonia: ¿es la ayahuasca un short-cut a la meditación o al psicoanálisis? ¿Será que no tengo paciencia para ninguna de
La ayahuasca es una medicina vegetal
que se utiliza con frecuencia en rituales y ceremonias de los pueblos
amazónicos. Por sus propiedades psicoactivas, el brebaje ha cobrado cierta
popularidad entre los viajeros, que acuden a las comunidades en la selva para
sanarse o para profundizar en el mundo de las energías, el inconsciente y la
cosmovisión amazónica.
En 2015 me aislé en una cabaña a orillas del Río Mayo, en la selva de Perú, para tomar, junto a otras dos personas y nuestro chamán, esta bebida, también llamada la “soga de los muertos”.
Esto es lo que aprendí de aquella experiencia. Parte I
1. La ayahuasca no provoca
alucinaciones, sino que te lleva de viaje al inconsciente.
Por su composición química, la
ayahuasca es considerada una sustancia enteógena y no alucinógena, lo que
significa que el estado de conciencia alterado que produce nos conecta con
nuestra parte más espiritual. Etimológicamente, “enteógeno” significa “ser
inspirado por los dioses”. Es por eso que habitualmente se toma para llegar a
conectar con partes dormidas o bloqueadas en nuestro inconsciente o para
conectar con lo sagrado del mundo.
2. No es la ayahuasca la que produce
el “viaje”.
La sustancia psicoactiva que modifica
nuestro estado de conciencia es el DMT y no se encuentra en la soga de
ayahuasca, sino en las hojas de un arbusto bajo de selva llamado chakruna.
Nuestro cuerpo (que por sí mismo segrega DMT en cantidades muy pequeñas, por
ejemplo cuando recién nacemos) posee la habilidad de neutralizar el efecto de
la sustancia psicoactiva. Es decir: la chakruna por sí misma no puede
provocarnos nada. La ayahuasca es la que posee la capacidad de bloquear las
enzimas de nuestro hígado para que el DMT sea metabolizado con éxito.
Lo curioso es que la ayahuasca es la única planta de la selva (entre millones de especies) capaz de bloquear estas enzimas en nuestro cuerpo. ¿Cómo lo supieron los chamanes?
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