LA CREACIÓN
Parte III
Componentes de una galaxia
PLANETA: Un planeta sirve para darles una oportunidad de
auto-expresión y crecimiento a diferentes formas de vida, a saber, seres
humanos, ángeles y vida elemental de los cuatro elementos (aire, tierra, fuego
y agua). Cada planeta está gobernado por una Jerarquía, que administra la Ley
Cósmica según Ésta se aplica al planeta.
SOL: Un Sol es un elemento dador y sostenedor de vida de un
sistema planetario, el cual consiste de un sol y varios planetas. Es un foco de
la Deidad en un sistema planetario. Cada sol está gobernado por dos
Inteligencias, una masculina y otra femenina. A las Inteligencias que gobiernan
el sistema solar al cual pertenece la Tierra se les conoce como Helios y Vesta.
SOL CENTRAL: Puede considerársele el “sol detrás de nuestro
sol físico”. Nuestro Sol Central es el foco de los Seres Divinos Alfa y Omega,
quienes administran la Ley Cósmica para la totalidad de nuestra galaxia.
GALAXIA: Una galaxia consiste del Sol Central y varios
sistemas planetarios. A su vez, cada sistema planetario consiste de un sol y
varios planetas. Algunas galaxias tienen miles de planetas. Las galaxias están
en constante movimiento, y se mueven en un espiral. Conocer a Dios y cómo
opera, es trabajo de toda una Eternidad.
El Amor es la clave. Mediante el Amor, Helios y Vesta
proyectaron cada planeta exactamente a la distancia correcta. Mediante el Amor,
cada galaxia permanece en su órbita alrededor de un foco central, a medida que
avanza por el espacio con la velocidad del relámpago, hacia un destino conocido
sólo por la Deidad.
LA CREACIÓN DE NUESTRA TIERRA
Toda manifestación física es antecedida por alguna acción en
Niveles Superiores Internos. La Tierra no fue creada en seis días (seis
períodos de veinticuatro horas) según lo afirmara la Biblia. Se manifestó
durante un largo período de tiempo como resultado de una serie de decisiones y
acciones que comprendían principalmente a los Siete Creadores de nuestro
sistema solar. A estos Creadores se les denomina “los Elohim”.
En el principio, los amados Helios y Vesta (Dios-Padre y
Diosa-Madre de este sistema) decidieron solicitar de la Fuente de Toda
Creación, una oportunidad para crear un sistema de planetas, y poblarlas con
conciencias individuales. La Ley Cósmica requería de estos Grandes Seres que
probaran que podían sostener la suficiente radiación de energía para mantener
vida, movimiento y luz en un sistema planetario. Tuvieron que probar, mediante
la proyección de Rayos de luz, que podían irradiar la suficiente energía
concentrada para crear primero un sistema solar; luego, mantener sus planetas
en cierta posición orbital; y luego, sostener la vida allí. Ellos pasaron
exitosamente la Iniciación y el Gran Sol Central, Alfa y Omega, los invistió
con autoridad y poder para crear un universo.
El primer FIAT emitido por Helios y Vesta fue “¡Hágase la
Luz!”, A través del pensamiento y el sentimiento, Helios y Vesta determinaron
el tamaño de los planetas, su ubicación, y la cantidad de corrientes de vida
que moraría en cada uno. Esto puede compararse con la manera que el hombre
diseña una casa y los interiores que van con ella.
Una vez que se completó el Patrón de Luz, Helios y Vesta
colocaron el plano en manos de la Guardiana Silenciosa Cósmica, quien tiene la
responsabilidad de sostener el patrón de nuestra galaxia.
La Guardiana Silenciosa Cósmica, un Ser llamado Cerculata
absorbió el Patrón de Diseño y, aceptó la responsabilidad de sostener el
Concepto Inmaculado para cada planeta, hasta que llegara el momento en que
Helios y Vesta designaran la exteriorización de cada uno. El plano contenía los
océanos, mares. Ríos, lagos, tierras, árboles, arbustos y otra vegetación, las
montañas y la atmósfera para cada planeta.
Cuando se aproximó el momento de la creación de la Tierra,
la Guardiana Silenciosa Cósmica le traspasó el plano a la correspondiente
Guardiana Silenciosa Planetaria, quien se llama Inmaculata, un ser femenino.
Es importante dar reconocimiento a estos Seres que son las
Guardianas Silenciosas ya que la precisión, la paciencia y la fidelidad de esas
Guardianas Silenciosas son las responsables por la perfección del patrón sobre
el cual se construyen tanto el universo como los planetas individuales. Si tan
siquiera por un instante estos Divinos Seres hubieran descuidado el Concepto
Inmaculado, se hubiera distorsionado la forma del universo, y puede que los
planetas ni siquiera se hubieran integrado.
Helios y Vesta convocaron entonces a los Siete Elohim, así
como también a los Devas que habrían de dirigir a los Constructores de la
Forma. Reuniéndose regularmente en períodos específicos, juntos comenzaron a
manifestar la Tierra en forma física, utilizando el Patrón de Luz que les daba
la Guardiana Silenciosa Planetaria, y utilizando el sistema estándar para la
creación de un planeta, un proceso denominado “los Siete Pasos a la
Precipitación”.
LOS SIETE ELOHIM PRECIPITAN LA TIERRA
Parte I
Finalmente llegó el Momento Cósmico para el nacimiento del
planeta Tierra. La Guardiana Silenciosa de la Tierra estaba preparada y atenta,
y los siete Poderosos Elohim, Constructores Cósmicos de la forma, fueron
citados. Ellos respondieron al llamado y parándose alrededor de la Guardiana
Silenciosa Planetaria, estudiaron atentamente el plan para la dulce Tierra que
era Su gozo, servicio y oportunidad traer a la forma. Su primera actividad en
esta dirección fue la proyección de poderosos rayos de Luz desde sus
conciencias combinadas, los cuales conformaron la matriz del nuevo planeta.
Cuando esto se hubo hecho, Ellos citaron a los constructores menores de la
forma, a los Ángeles-Devas y a los espíritus elementales, quienes magnetizaron
la Sustancia-Luz Electrónica, llenando el planeta y modelándolo de acuerdo con
las instrucciones que los Elohim le suministraron. Al igual que los
constructores consultan una y otra vez los planos del arquitecto, los Elohim
regresaron una y otra vez a estudiar el Patrón Lumínico sostenido en la
conciencia de la Guardiana Silenciosa.
Reuniéndose en ciertos intervalos regulares durante un largo
período, cada Elohim utilizó Su propio momentum espiritual especial a lo largo
de un Rayo en particular, para ayudar a crear la Tierra. En el proceso de
precipitar la Tierra, los Siete Elohim trabajaron juntos en todo momento.
En la creación de la Tierra, los Elohim utilizaron siete
pasos. Cada uno de los Elohim encarna el uso maestro de uno de dichos pasos:
PRIMERO: Antes de toda manifestación viene el deseo, y luego
la DECISION y la VOLUNTAD DE HACER. Hércules, el Elohim del Primer Rayo
representó esta Virtud Divina en la creación de nuestro planeta. Sin primero
tomar la decisión, no hay logro alguno.
Como vocero de los Siete Elohim, Hércules le dijo a Helios y
Vesta: “Nosotros exteriorizaremos su Plan y Patrón”.
SEGUNDO: A continuación, en la creación de la Tierra el
Elohim Cassiopea dio el don de PERCEPCIÓN, ILUMINACIÓN y SABIDURÍA, la
capacidad para reconocer la idea, captarla, meditar en ella, y dilucidar los
medios y maneras que permitan manifestarla satisfactoriamente en la forma.
El Elohim Cassiopea ayudó a percibir la gloria de cada
planeta tal cual lo pretendían Helios y Vesta, incluyendo las montañas, los
ríos y los valles.
TERCERO: El Servicio del Poderoso Orión, quien encarna el
AMOR DIVINO, trajo el poder de cohesión, el cual atrajo lo amorfo a la forma.
Este es el Poder que atrae la vida primigenia (v.g. electrones) al patrón o
idea que se tiene en mente, y la sostiene allí durante el tiempo que se desee.
El Elohim Orión puso de manifiesto la Llama del Amor divino,
la cual extrajo de la Sustancia Universal los ingredientes necesarios para
exteriorizar el orbe terráqueo de acuerdo al Diseño de Helios y Vesta.
Cuanto mayor sea el Amor vertido en una precipitación, tanto
más bella será la forma, y tanto más rápidamente se manifestará.
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