jueves, 25 de junio de 2020

Los druidas Parte II

Estos misteriosos hombres de blanco fueron seres de una sabiduría muy grande, que ejercían como jueces, maestros, curanderos, astrólogos, astrónomos, poetas y adivinos entre su pueblo.

Vivían retirados en lo profundo de los bosques, adorando la figura de los enormes robles que les servían como moradas. Eran la casta sacerdotal de los celtas que habitaban en la Galia e Inglaterra.

Los primeros registros que se tienen de ellos provienen desde el ya lejano siglo III a.C. por medio de Julio César, quien habló sobre la capacidad y autoridad de los druidas para ejercer justicia y dictar sanciones en juicios públicos y privados. Otros autores que manifestaron un evidente interés hacia ellos fueron Cicerón, Pomponio Mela, Plinio o Suetonio.

Tenían tantos privilegios que no pagaban tributo alguno. Dedicaban su tiempo, en la reclusión de los bosques, a estudiar los versos antiguos, la filosofía natural, la astronomía y el saber de los dioses. Para convertirse en druida era necesario atravesar un entrenamiento cercano a los 20 años, en los que los jóvenes recibían una esmerada instrucción en todas las áreas del conocimiento de mano de los sabios.

Resulta peculiar saber que los druidas no eran partidarios de dejar testimonios escritos de sus enseñanzas sino que se decidieran a usar la memoria y la oratoria para transmitir sus lecciones. Julio César lo explica así: «Creo que esta prohibición obedece a dos causas; una, el que nadie conozca sus doctrinas y éstas parezcan más misteriosas de lo que en realidad son; otra, el que los estudiantes, no pudiendo contar con el escrito, confíen más en la memoria y la cultiven con mayor ahínco».


Julio César, en su obra, “La guerra de las Galias”, manifiesta que “querían persuadir a sus discípulos de que las almas no mueren, fijando que semejante doctrina, seguida de sus corolarios, conduce a la virtud por el desprecio de la muerte”. Además de esta particular apreciación, César proclamó el exterminio de esta religión a la que calificó de “bárbara e inhumana”. Hay que tener en cuenta que los druidas eran quienes podían haber convertido y animado a estos pueblos a constituirse en una unidad política que, evidentemente, hubiese contrariado las ambiciones del famoso conquistador romano.

Apunta Julio César al respecto: «Ante todo, se esfuerzan por fomentar la idea de que el alma del hombre no perece, sino que transmigra, después de la muerte, de un individuo a otro. 
Estimulan con ello el valor de las gentes, ya que destruyen el temor a la muerte».

Los druidas estaban convencidos de que todo tenía un alma (eran partidarios del animismo) por ello es que su estudio y respeto por la naturaleza era absoluto. Tenían altares en el interior de sus moradas en los robles, en las partes más profundas de los bosques o en grutas donde celebraban asambleas y reuniones de estudio para discutir hechos sociales y filosóficos de gran trascendencia.

La disposición de estos altares era en forma circular, pues representaba al Universo; en línea sinuosa para recrear la forma del dios serpiente Hu; en forma de cruz, ya que ésta era la regeneración del cuerpo y alma, o de alas abiertas para representar el paso de la divinidad.

Sus santuarios eran de piedra, organizados en forma circular y sin techo, para ver el firmamento y aún se conservan algunos al sur de Inglaterra, los templos o Dólmenes de Avebury y de Stonehenge, cerca de donde –según la leyenda- fue enterrado el rey Arturo

Los druidas practicaban el culto a los antepasados, no temían a la muerte ya que creían en la transmigración del alma, y –a pesar de que llevaban a cabo sacrificios humanos- predicaban el valor supremo del Bien. Este fue uno de los motivos por el cual los druidas, y también el pueblo celta, tuvieron “mala prensa” entre muchos escritores y cronistas –fomentada por la falta de tradición escrita de los druidas que hace prevalecer los juicios y opiniones de los griegos y los romanos-, aunque es bueno recordar que los romanos hacían sacrificios humanos en el siglo III a. C.


Cuando los romanos, famosos por sus espectáculos sangrientos en el Coliseo, adquirieron la religión cristiana y arribaron a la Galia se sintieron horrorizados con las costumbres de los druidas, sometiendo al pueblo galo y a sus poderosos sacerdotes bajo su yugo. Por desgracia, los druidas fueron perdiendo relevancia a nivel social y sobrevivieron a duras penas como poetas, historiadores y jueces, hasta que su casta quedó extinta. En el presente existen organizaciones diseminadas que recogen las enseñanzas y costumbres druídicas como el culto a la naturaleza.

La filosofía wicca es uno de los que mayores ecos druídicos en la acutalidad. Hoy día han llegado costumbres antiguas que con algunos cambios sustanciales se adaptan a las exigencias de la vida moderna, como es el caso de la fiesta pagana que se convirtió en la celebración de los muertos.

Creían en el poder del muérdago

El muérdago es una planta que se da en varias regiones de Europa y para los druidas, tenía un significado y un rol especial. Los druidas lo utilizaban en la realización de ritos, incluyendo el sacrificio de animales, que se realizaban en el quinto día del ciclo lunar. Ese momento era considerado especial. 

El muérdago, en forma de infusión bebible, era capaz de impartir fertilidad y ser antídoto para todo tipo de venenos. Hoy en día, el muérdago ha demostrado propiedades para combatir algunas enfermedades, como por ejemplo el cáncer.


Se cree que los druidas construyeron Stonehenge

Uno de los misterios que la historia aún no ha podido develar es cómo se formó Stonehenge, un monumento construido con piedras y que se encuentra en el condado de Wiltshire en Inglaterra. Una de las teorías es que este conjunto de monolitos fue construido bajo la supervisión de los druidas, aunque no existe ninguna evidencia que confirme o refute esta idea.


Los druidas eran considerados seres mágicos

Estos verdaderos sabios transmitían sus conocimientos de forma oral y su sabiduría no venía sólo del estudio, sino que también de la práctica de la magia y adivinación. A los druidas se les consideraba profetas y eran respetados como una casta sacerdotal, capaces de comunicarse con los dioses y realizar una serie de rituales, incluyendo sacrificios.

Los druidas sacrificaban toros (y quizá humanos)

Los druidas ofrecían a la luna dos toros en sacrificio, los cuales tenían sus cuernos vendados. El druida, vestido con una túnica blanca, subía a cortar una rama de muérdago con una hoz de oro y, tras entregársela a otros druidas igualmente vestidos, se sacrificaba a los toros para ofrecerles como ofrenda a los dioses.

Hay historiados que creen que los Druidas, en algunos lugares y momentos también fueron partícipes de sacrificios humanos, específicamente de delincuentes, los cuales eran quemados.

El Cristianismo fue el comienzo del fin para los druidas

Cuando el Imperio Romano tomó el Cristianismo como religión oficial, se persiguió a los paganos y, mediante la conversión de la gente, los druidas perdieron influencia. En todo caso no fue su fin; los druidas continuaron presentes en lugares como Irlanda hasta el siglo VIII, pero con un rol e influencia muy disminuidos.

Los Druidas sabían leer y escribir griego y latín (como los antiguos sacerdotes Egipcios) y eran decorosos con escribir sus Enseñanzas, es por eso que las transmitían Oralmente, como la Cultura Andina, los Pitagóricos, Los Altos Lamas y los llamados “Iniciados”.

Recién mas de seis siglos después del nacimiento de Cristo los monjes Celtas con cuidado, dedicación y compromiso transcribieron sus mitologías, leyendas e historias.

La fama de sus Escuelas se posaba en sus Enseñanzas y en sus Bibliotecas, tan magníficas como la Biblioteca de Alejandría: reservorio de la Sabiduría ancestral.

No llama la atención que ponían énfasis destacado en la Lectura de la Naturaleza y en los cánticos y poemas. Como se decía, el “poema” es la alabanza a los Dioses. Y es tal la similitud, con los descubrimientos científicos actuales, que ya sabían lo que provocaba no solamente en el cerebro sino en el Inconsciente la pronunciación de poemas. Por supuesto no cualquier poema…


A tal punto veneraban los poemas porque los consideraban como motores de la Gran Energía Universal. Estos “conocedores del Roble” que hacían alusión a palabra de raíz céltica -“derb” y “dru” quieren decir roble, como mencioné eran Altos Sacerdotes.

Sus Enseñanzas al igual que las “Sagradas Enseñanzas” tenían rangos, ya que eran protegidas, por ejemplo, de los estudiantes novatos que creían que podían jugar a ser Sacerdotes ahorrándose la “Individuación”, proceso iniciático por el cual se desciende al infierno laberíntico del inconsciente y se asciende como “Individuo” dejando atrás las “máscaras del ego”.

Una vez mas nos encontramos con Enseñanzas divididas en 4 categorías: los “posibles” estudiantes, otros rangos en donde se vestían de Azul y se los asociaba a quienes celebraban y recitaban la Prosa y el Verso y también de los “Cantos”. Y los mas elevados los “Padres del Símbolo”; quienes trascendían los Mitos, conocimientos y tradiciones Celtas: Los Magos.

Respecto de los Celtas y Como nos informa el Lic. Leonardo Brito “La Cultura Celta se ha transmitido durante generaciones de forma oral. Antiguamente la lengua Celta no tenía caracteres para ser representada de forma escrita. Esto ha hecho que los únicos documentos escritos de los antiguos Celtas, sean de puño de historiadores romanos, con su consecuente interpretación y pérdida de conocimiento. Todo esto ha hecho que no sepamos exactamente como era la Cultura Celta en su apogeo, y que los libros sobre el tema no digan lo mismo sobre quiénes eran sus dioses o lo que significaban por ejemplo, los símbolos que utilizaban. Dependiendo de la fuente, encontramos que existen variaciones en cuanto a las propiedades de los árboles o de cuáles eran los atributos de cada dios”

Hablar de Druidas es sinónimo de “Amantes de la Naturaleza” y del aprendizaje el cual se basaba en la observación de los Ciclos Naturales. Observaban los Ciclos porque conocían no solamente los mecanismos circulares de la Naturaleza y los cielos sino del mismo Psiquismo.

Eran conocedores del Lenguaje, de los impulsos primitivos en el hombre y de los Sagrados Versos de los Arboles; el puente que conectaba con lo Sagrado.

Hablar de sus ceremonias no está tan alejado de lo cotidiano, que no por eso dejaría de ser sagrado. Siempre aclarando que el Desde Donde hagas lo hagas es lo que te sintonizará con Aquello elevado a lo que aspiras.

Apertura del día: ¿Cómo comienzas tu dia? ¿Los problemas te invaden o de los problemas haces Alquimia humorística?

Saludo a los elementales: Los árboles son reservorios de sabiduría. ¿De que forma te comunicas con ellos? Si los saludan te saludarán, si los ignoras, tú no existirás para ellos.

Apertura de Direccionalidad: ¿Con que acciones te diriges en tu día cotidiano? ¿esas acciones están enfocadas o están a las fauces del “yo”?

Coherencia: “Reconoce la existencia de los tres Reinos y sus Virtudes”; Pensar, Sentir y Hacer en una misma Dirección.

Purificación: Hay momentos del día en los que las emociones automáticas te dominarán. El guerrero no pierde de enfoque sus Metas y sus emociones están en función de ellas.

Considerar el Origen: No pierdas de foco el Desde Donde; la semilla clave en que logres tus Metas.

Desequilibrio constructivo: Los Druidas sabían que en el mayor punto de desequilibrio habita el mayor punto de estabilidad. La “oposición” o desequilibrio es Hucha (energía densa, según las Enseñanzas Andinas) a favor del estímulo del crecimiento espiritual……según los Druidas, el “equilibrio perfecto” era una ensoñación infantil de regresar a la fase prenatal……será placentera, pero jamás permitirá crecimiento. Decían, “el espíritu del hombre necesita oposición”. Los opuestos…..generan Energía.

El Poder.

La fuerza del Druida estaba en relación directa con su comunicación con el bosque, es de ese misterioso mundo de la naturaleza de dónde surgía la voz de los dioses.

Los árboles y bosques son sagrados, los calveros del bosque llamados por los celtas «nemeton» o santuarios, eran partes del bosque abiertos al cielo, dónde el suelo aparecía cubierto por hierbas y se erguía algún roble solitario, junto al cual se oficiaban las ceremonias.

El Druida era el «Hombre del Roble», el roble significa «Puerta» por los celtas, se le considera el mas fuerte de los árboles, el árbol es el símbolo de poder, fuerza.

El roble, se relacionaba con uno de los rituales mas sagrados del mundo celta: el del desmoche del muérdago (el roble es el «árbol-dios» y el muérdago  (el roble es el «árbol-dios» y el muérdago el «espíritu de ese dios» Era puente entre cielo y tierra, era el «regalo del cielo».

 El roble florece durante el solsticio de verano (en el hemisferio Norte).

En el calendario celta de 13 meses, el mes del roble es desde el 10 de junio al 7 de julio (el año de los celtas estaba dividido en dos mitades, la segunda de ellas comenzaba en julio luego de una fiesta de 7 días en honor al «rey del roble»).

El muérdago entre los druidas era una planta sacra. Aunque a menudo se atribuye a esta consideración sus propiedades medicinales, un bien para todo mal, físico o mágico. Aparte de sus innegables virtudes para combatir la arteriosclerosis y la tensión arterial, se le atribuía el poder de proteger y curar de forma mágica. Era además considerado un símbolo de paz y un poderoso amuleto protector, además del símbolo de la masculinidad, como contraposición al acebo, que era el símbolo de la femineidad. Según una antigua superstición, se colgaba sobre las cunas de los niños, para evitar que las hadas los robasen y los sustituyeran por otros. Hay leyendas que dicen que sus poderes mágicos provienen de que fue creado como un elemento que no era del cielo ni de la tierra, ya que sus raíces no tocan nunca la tierra, pero tampoco se sostiene por sí mismo en el aire.

Gracias por compartir Lulusita.

No hay comentarios:

Publicar un comentario