Si mantenemos los ojos abiertos, en la naturaleza siempre encontraremos la forma de curarnos. Con el color, la naturaleza nos ofrece las herramientas más eficaces para la salud, el bienestar y la alegría: los alimentos que nos rodean mantienen nuestros cuerpos y almas.
¿Cómo se siente cuando se detiene
ante el rosal del vecino, que florece sobre el seto? La rosa es roja y
vibrante. Sus pétalos forman un hermoso dibujo espiral. Le hace recordar la
primera regaló a alguien a quien amaba mucho. Su aroma intensifica y bendice
sus sentidos. Todo es posible porque su atención se ha visto atrapada por el
rojo de la rosa.
El color hace todo esto por nosotros. Nos atrae y nos impulsa hacia la danza de toda la hermosura que estalla a nuestro alrededor, en este planeta. Su vibración nos atrae y despierta ecos en nuestro propio cuerpo. Nos alimenta con su vibración si necesitamos equilibrar energías, que quizá requieren un color concreto en ese momento específico. Todo el mundo del color está ahí, esperando actuar sobre nuestras energías y espíritu. Sólo tenemos que abrir los sentidos a sus posibilidades, observar y amar.
Los Chakras
Desde hace más de dos milenios se
conoce una fisiología sutil del cuerpo humano que considera a los chacras uno
de los principales componentes del sistema de energía humana.
Principalmente la tradición hindú ha
reconocido históricamente la existencia de siete chacras, aunque ahora con el
aporte de otras culturas se suele admitir la cantidad de ocho, o posiblemente
doce o incluso más.
Los chacras son centros de energía que
se encuentran a lo largo del eje de la columna vertebral, justo en el exterior
del cuerpo físico, en lo que se llama la vaina etérea.
En diferentes tradiciones se los
conoce como las ruedas de la luz giratoria, flores de loto, rosas o estructuras
lenticulares, por citar sólo algunos nombres que reciben. Estos centros actúan
en forma complementaria a nuestra aura para mantener el equilibrio energético.
Cada chacra tiene su color correspondiente.
Chakras Color Función
Base Rojo Conecta la energía vital, la sexualidad y
el poder creativo.
Plexo sacro Naranja Conecta
con el movimiento físico y con nuestras emociones.
Plexo solar Amarillo Conecta
con sentimientos de autoestima.
Corazón Verde Centro del amor
y la armonía.
Timo Turquesa Generosidad, compasión, el «Corazón
elevado».
Garganta Azul Centro de la
expresión creativa a través del sonido y la expresión de la verdad propia.
Cejas Violeta El «tercer ojo». Centro de
visualización e intuición.
Coronilla Magenta Nuestro
yo eterno y espiritual.
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