En este caso te damos un ritual cuyos ingredientes
principales son el azúcar y el vinagre.
Elementos a utilizar:
Dos
cucharadas de azúcar común.
Medio
litro de vinagre de manzanas.
Un vaso
de vidrio
Un
recipiente que pueda contener 1 l de agua.
Una vela
roja.
Dos
carbones de los que se utilizan para sahumerear.
Un
recipiente para apoyar los carbones.
Un tapete
rojo.
Colador
de metal pequeño.
Martillo
de madera y tabla de madera.
Procedimiento:
Este ritual es bastante sencillo, lo primero que hacemos es
encender la vela roja y la ponemos en el centro de una mesa.
Delante de la vela roja vamos a poner una especie de tapete,
si es rojo mejor. Puede ser una pequeña alfombra o una tela.
A continuación procedemos a poner los carbones, encima del
recipiente que tiene que ser metálico. Luego los encendemos, al hacerlo decimos
la siguiente frase:
“Por medio de este fuego la oscuridad no puede penetrar,
duplicados son, mas no
deja que el mal penetre en mi hogar”
A continuación procedemos a arrojar el azúcar encima de los
carbones. Arrojamos una cucharada en un carbón y la otra cucharada en el otro
carbón.
Al hacerlo decimos:
“Lo amargo no puede ingresar, lo triste se aleja,
solo hay alegría.”
Dejamos que el azúcar se queme. No importa si se quema
demasiado.
Luego tomamos el recipiente y ponemos en él, medio litro de
agua y el medio litro de vinagre.
Luego tomamos con una pinza cada uno de los dos carbones y
los introducimos dentro del agua con vinagre.
Al hacerlo decimos:
“Por medio de
este acto sello todas mis puertas”.
A continuación dejamos el recipiente con agua, vinagre y los
carbones delante de la vela roja y sobre el tapete hasta que las velas se
consuman.
Luego que esto sucede tomamos los restos de las velas y las
arrojamos dentro del agua con vinagre.
Al hacerlo decimos:
“A partir de este momento las puertas se
cierran para que no pueda entrar el mal a
esta casa”.
Si haces este ritual en tu oficina, reemplaza la palabra
casa por oficina.
A continuación arrojamos el agua y el vinagre sobre el
colador. Te quedarán en él los restos de la vela y los carbones con el azúcar.
A continuación procedes a martillar para moler los carbones
y la vela. Lo haces de a poco y mientras vas martillando repites la frase:
“Así
sea, el mal se aleja”.
Si el carbón se desprende usa algún trapo poniéndolo encima
para que esto no suceda.
Una vez que todo ha sido transformado en un polvo más o
menos fino, procedemos a arrojar este polvo delante de la puerta de entrada de
la casa.
El ritual ha concluido.
Repítelo una vez por semana durante un mes.
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