jueves, 4 de junio de 2020

Llaves

Como hacer la vela llave abrecaminos


Materiales


Cera GV-20, 118 gramos

Colorante para velas emerald

Mecha de algodón 5-6 mm

Molde de vela llave



Como hacer la vela llave abrecaminos en casa



1. En una sopera apta para el fuego pesamos 118 gr de cera GV-20 y la llevamos a fundir a fuego suave.





2. Mientras colocamos la mecha, la pasamos por los dos agujeros situados en los extremos del molde de llave. Nos ayudamos de un palito o varilla, dejamos la mecha tirante y cortamos la mecha que sobre.

3. Una vez tenemos líquida la cera la pasamos a un vaso para trabajar mejor. Añadimos a la cera 
esencia aromática y unas gotas de colorante. Mezclamos bien con una espátula y llenamos el molde. 

Dejamos enfriar por completo.

Una vez fría desmoldamos y ya tenemos la llave para poder encender.



Materiales que necesitamos para hacer el Ritual Abrecaminos


Vela azul llave abrecaminos

Cerillas

Platillo para soportar la vela, molde plato  o portavelas

Sales

Aceites esenciales de : geranio, mandarina, camomila, menta, palmarosa, tomillo, lavanda, mejorana, camomila, neroli, salvia, bergamota y clavo.

Disolución alcohólica con el aceite esencial escogido o esencia aromática para purificar el ambiente y atraer a los seres de luz (Diluye 30% de esencia aromática en un 70% de alcohol . Es recomendable hacerlo en una botellita con pulverizador

Su utilidad principal es la de proteger y desbloquear tu camino. 

El color azul pertenece a llama del arcángel Miguel. 

El día idóneo para hacer el ritual es el domingo.

Créate un espacio, no tiene que ser grande, solo un lugar donde puedas estar tranquilo. 

Personalízalo incluyendo elementos que te agraden, una tela, una figura sagrada, como budas, vírgenes, iconos 

sagrados…, incienso … todo aquello que contribuya a que te sientas en casa y en paz.

Pon la vela sobre un platillo en el centro del altar o superficie que hayas destinado al ritual. 

Rodea la vela haciendo un círculo alrededor de la misma con sal gruesa.


Si eres meditador habitual, siéntate en tu cojín y adopta la postura de meditación que mejor te parezca. Si no estás habituado lo más sencillo es sentarse en una silla con la espalda erguida, pero no rígida. Pon los pies paralelos y completamente apoyados en el suelo. Las manos sobre los muslos con las palmas hacia arriba.

Cierra los ojos y centra tu mirada en el entrecejo al tiempo que sientes el aire que entra y sale de tu cuerpo. 

Cuando estés preparado, toma aire y llena completamente el abdomen y la zona del esternón, reténlo el mayor tiempo posible y expúlsalo cuando no puedas aguantar más, respira con naturalidad unas cuantas veces; cuando te sientas preparado, repite el ejercicio. Hazlo tres veces. Tras esto, respira con naturalidad y disponte a entrar en silencio. 

Suelta toda tensión superficial y haz un recorrido mental de todo tu cuerpo, empieza por los pies y ve subiendo hasta llegar a tu coronilla. Visualiza como tus músculos se relajan, como el aire que tomas por tu nariz llega a cada zona que recorres con la mente ayudándote a sentir la calma entrando en ti con facilidad.

Quizás los pensamientos acudan a tu mente incansables, no los rechaces ni te mantengas retenido en ninguno, simplemente conviértete en el observador de tu mente y su palabrería constante.

No dejes de poner la atención en el aire que entra y sale por tu nariz, en tu postura corporal y si alguna zona se tensa, haz una respiración profunda y suelta esa tensión. Observa en qué estabas pensando cuando se tensaba tu cuerpo, ¿estás en alguna emoción perturbadora? No la rechaces, no te recrimines, celebra haberte dado cuenta, dale las gracias y déjala ir. Vuelve a la postura y a la respiración.

Meditar es un ejercicio de constancia y determinación. Sentarse y sentirse es lo único que importa, no hay malas meditaciones, el simple hecho de hacer el silencio con la disposición de aceptar, sin juzgar o calificar aquello que emerja en tu interior, ya es una gran paso hacia la felicidad, la aceptación y la unión con uno mismo.

En la meditación trátate amorosamente, ten compasión, como quien le enseña a un bebé a dar sus primeros pasos, cada vez que te disperses en los pensamientos, vuelve pacientemente a la respiración y si te vuelves implacable en tu forma de hacerlo, si te criticas o te enfadas, hazte consciente de la falta de amor hacia ti mismo y ve suavizando tu diálogo interno. Como ves, la meditación siempre te va a llevar a un conocimiento mayor de ti mismo.  No estamos acostumbrados a tener ese tipo de intimidad, nos pasamos la vida inmersos  en lo externo, en la vida de los otros, en lo que opinan  los demás, en las redes sociales, los whatsapps, la televisión…huimos de nuestra escucha interna para ceñirnos a la imagen que, desde fuera, se espera de nosotros. Alimentamos y construimos capa a capa un personaje alejado de nuestro verdadero yo interno. Con el tiempo y sin saber por qué entramos en estados emocionales de tristeza y sensación de zozobra, llegando incluso a perder la ilusión y la pasión por la vida.

¿Cómo podemos ser felices si nunca nos hemos dado la oportunidad de conocernos y escucharnos? ¿Y si toda nuestra vida se ha estado construyendo sobre los cimientos impuestos por la sociedad, nuestros padres, amantes… y no sobre lo que deseamos realmente y lo que nos hace sentir vivos y completos?

Es un gesto de valentía entrar en el silencio y atreverte a escuchar al corazón. Ver cómo realmente eres fuera de los focos exteriores y del papel que interpretas. Nadie más que tu puede entrar ahí. Es un lugar de protección, un remanso de paz, nuestro hogar. Ajeno al juicio y la mirada de los demás.  Mirarte al fin, en el único espejo que nos va a dar un reflejo fiel y real sobre quién eres y lo que realmente te motiva y te hace feliz.

Aprender a ser nuestro mejor maestro y amigo. La felicidad empieza por uno mismo, el amor empieza por uno mismo. No puedes dar lo que no tienes de reserva en ti. Nos damos desde lo que tan escasamente cultivamos en nosotros mismos. Por eso nos agotamos con facilidad y nos sentimos desbordados ante las dificultades porque no hacemos una vuelta a casa, a nuestro interior, para escuchar qué nos está pasando y por qué. Tomar un merecido descanso del ruido exterior. Restablecer el orden y la energía del exigente día a día que nos proyecta constantemente hacia el futuro sin vivir el presente. Aquí y ahora es el único tiempo real. El futuro es una invención y el pasado un recuerdo. Eres aquí y ahora.

Es imprescindible un estado de calma para realizar cualquier tipo de ritual, desde la angustia y el miedo no se tiene la claridad suficiente para aplicar una intención luminosa en la petición.

Permanece en meditación un mínimo de 5 min.

Tras la meditación disponte a escribir en un folio todas aquellas circunstancias que te hacen sufrir y te paraliza, aquello que está bloqueado y quieres cambiar en tu vida, relaciones, dificultades económicas, enfermedades, 
negocios…

Dobla el papel en cuatro partes y átalo a la vela con un hilo azul, pon tantos hilos como sientas que te atan a esa situación o situaciones.

Seguidamente, haz una reflexión sobre aquello que, con tu comportamiento o actitud, se bloquea o persiste en tu vida. Quizás necesites ser más activo o darle menos poder a tu miedo al futuro y enfrentar las situaciones tomando decisiones que estás posponiendo.

O en tus relaciones: tener más paciencia y juzgar menos. Y en  cuestiones de salud: moverme más, cuidar tu alimentación, ser más positivo…. En todo lo que acontece en nuestra vida, tenemos una parte de responsabilidad. Asumirla es una llave maestra para desbloquear y salir de ciertas situaciones. Piensa en qué  actitudes  estás dispuesto a cambiar para que todo mejore. Es decir ¿qué pondrás de tu parte o qué estás dispuesto a hacer para que las cosas cambien?

“Si buscas resultados distintos, no hagas siempre lo mismo”  (Albert Einstein)

Hoy comienza el cambio, prende la vela de la llave azul que abre esa puerta hacia la mejor versión de tu vida.
Invoca a todos tus seres de luz y al arcángel Miguel para que proteja y vele por ti. Que la luz guíe todos los caminos que tomes y busque la verdad pura y la justicia en todas tus decisiones.

Coge unas tijeras y corta todos los hilos con los que hayas atado tu nota decretando:

“Querido arcángel Miguel, yo te pido que me liberes de todas las ataduras a las creencias limitantes.

Con estas tijeras rompo con cualquier contrato de alma que yo haya realizado en el pasado, en otra vida o 

a través de mis antepasados, sobre todo contratos de pobreza, enfermedad o soledad.

¡Fortalece mi fe en lo bueno del hombre y en la Divina providencia!

¡Protégeme en cualquier circunstancia adversa de mi vida!

Dame fuerza para buscar la verdad en todas las circunstancias, personas y sobre todo en mí.

Yo bendigo el bien en todas las situaciones, que por necesidad, he de atravesar y quiero verlo.

Yo soy libre hoy, mañana y siempre. Ningún poder ni del exterior ni baja vibración me podrá arrebatar la 

libertad.

YO SOY LA LUZ, VIVO EN LA LUZ Y SOY UN FARO DE LA LUZ DIVINA IRRADIANDO EN TODAS LAS 

DIRECCIONES.

Que yo me convierta en un instrumento de tu sabiduría y amor.

¡Te doy las gracias, gracias, gracias Padre porque siempre me escuchas!”

Después quema con la llama de la vela el papel de lo que ya no está en tu vida y entiérralo en una maceta donde hayas plantado una semilla y riégala y cuídala para que de las cenizas de tu antiguo yo, surja una nueva oportunidad que te recuerde que cada día es un nuevo comienzo y que todo puede transformarse en luz si tu así lo decretas y trabajas por ello. Cuando riegues la planta recuerda tus propósitos y tu capacidad interna para conseguirlo, no estás solo en esa empresa.

Una vez terminado el ritual, habla poco o nada de ello. El trabajo no termina aquí, dura 21 días, en los que repetirás la oración que has empleado en el ritual. Repítelo si sientes la necesidad a los siete días, pon las cenizas de la nota quemada en la maceta donde ya sembraste y enterraste la anterior. Realiza el ritual tantas veces como necesites.

Que todo te sea propicio.


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