lunes, 2 de diciembre de 2019

POSESIONES DEMONIACAS. Y LA BRUJERIA




Según determinadas religiones una persona es víctima de una posesión demoníaca, está endemoniada, o simplemente está poseída, cuando un espíritu impuro o inmundo entra en su cuerpo y le hace hablar y comportarse, no como ella quisiera, sino como el tal espíritu quiere. "Los signos exteriores de la posesión son casi siempre los mismos: la individualidad se desvanece y surge una distinta, demoníaca, que dura más o menos tiempo, a modo de un ataque". Este trastorno del comportamiento que se atribuye al apoderamiento del espíritu por uno o más demonios, desde el punto médico se considera un trastorno disociativo de la histeria y se le denomina «demoniopatía» o «demoniomanía».


Historia

Las posesiones son tan antiguas como el propio ser humano, desde su creación -o aparición, depende de sus creencias- el hombre ha creído en espíritus malignos inventados por ellos mismos o reales -quién sabe- para explicar las causas de los males que sufrían.

El mal tiene que tener un origen, si la suerte es a causa del favor de los Dioses, los infortunios deben ser a causa de otro ente, probablemente maligno. Desde los sumerios se tienen registradas las posesiones, esta civilización creía en muchas supersticiones: el séptimo día de cada mes un rey no podía salir a pasear en caballo pues podría sufrir un accidente, tampoco los hombres podían subir al tejado por si la diosa del viento se lo "llevaba" para desposarlo.

Cada accidente que sufrimos ha de tener una explicación -simplificación del ser humano para todo lo que le rodea, todo tiene una causa. Usaban muchos talismanes, palabras y rituales mágicos que les limpiaban de espíritus así como de exorcismos rutinarios para mantener todo "en orden". Es más, en la antigua sumeria la medicina secular y los exorcismos a veces iban estrechamente unidos, actuando juntos en contra de esa enfermedad o mal en un paciente. Obviamente tenían una base científica y grandes médicos, pero también grandes exorcistas. Ellos creían que tanto médicos físicos como médicos espirituales eran igual de importantes.

Lo más recurrente es pedirle a los dioses -Anunnaki en este caso- que les dieran su bendición. Era común escuchar “Oh dioses, Ea, Shammash, Marduk, ¿qué pecado he podido cometer para que esta maldición se haya abatido sobre mí?". También, como en sumeria no existían demonios, tan solo dioses, era normal pedir a otras entidades "malginas" para ciertos asuntos que les protegieran, como ocurría con Lamashtu y Pazuzu (el demonio que aparece en la película del exorcista). Ambos eran espíritus malignos, aunque también benignos. Pazuzu protegía a los humanos de su esposa Lamashtu y ella de su esposo Pazuzu, un matrimonio perfecto.


Brujería

También se ha relacionado mucho las posesiones y a los brujos, culpando a estos de ejecutores principales de la posesión. Se decía que un brujo le daba un objeto cotidiano a la persona que debía ser poseída, un objeto maldito, y así el demonio en cuestión podía introducirse más fácilmente. Conocido abiertamente es la persecución a los brujos por parte de la iglesia cristiana, a los cuales les ha acusado de actos deleznables y de asesinatos, sacrificios y rituales extraños. Siempre la realidad no es como te la cuentan, años de nombres manchados y orgullos hundidos, el cristianismo roba tradiciones de religiones paganas y luego las demoniza: Las Ménades o Bacantes son los "rituales satánicos", las brujas eran mujeres científicas o feministas que traían conocimientos peligrosos para la élite medieval y los sacrificios rituales eran simplemente canibalismo simbólico (Y los cristianos también lo tienen, pues beben la sangre de cristo y se comen su cuerpo. ESO es canibalismo simbólico).

Tergiversando las historias contadas. Otras veces, nos encontramos con que, ya que la iglesia no podía luchar contra todo el movimiento mágico de los brujos, lo suavizan y lo hacen "apto para todos los públicos". Es un truco bastante infalible, ya que en vez de censurar, promueve pero de una forma más anodina y mojigata. Así pues ha llegado a nuestros días la imagen de una bruja con sombrero y una larga nariz, feas a más no poder. 

¿Quién no sabe que la fealdad es sinónimo de maldad? Ya en los cuentos infantiles y relatos del medievo tenemos esta comparación: la buena era siempre guapa y hermosa, mientras que la malvada era fea y descuidada. ¡Además de inútil, horrenda! Pobrecilla. El caso es que siempre se intenta relacionar ambos conceptos, por ello los demonios tienen representaciones tan grotescas.

Pero las brujas no han sido así, ni mucho menos, las brujas eran personas normales, chicas jóvenes y no tan jóvenes, que practicaban el arte de la medicina, ¡exacto! Las brujas eran médicos, que usaban hierbas y el conocimiento de la naturaleza. Hoy día sabemos que ciertas plantas y ciertas sustancias son beneficiosas para nuestro organismo, gracias a la ciencia, pero estas brujas ya tenían ligera idea.


Médicos medievales

Como anécdota les diré de donde proviene el hecho de que las brujas vuelen, para que descubras la totalidad de la manipulación histórica. El hecho es que, efectivamente, estas brujas volaban, pero no físicamente, sino mentalmente. Hoy podemos salir a la calle y escuchar a jóvenes decir "menudo viaje me he pegado"; pues de eso hablaban las brujas precisamente. La escoba, el mejor amigo de la bruja, ¿por qué será? Precisamente ahí era donde untaban su sustancia y luego restregaban sus partes íntimas con dicha escoba. 

¡Qué listas eran estas brujas! Con razón decían que volaban. La zona de los genitales es donde más rápido y fácilmente se absorben las sustancias, además de que el subidón es considerable.

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