Según determinadas religiones una persona es víctima de una
posesión demoníaca, está endemoniada, o simplemente está poseída, cuando un
espíritu impuro o inmundo entra en su cuerpo y le hace hablar y comportarse, no
como ella quisiera, sino como el tal espíritu quiere. "Los signos
exteriores de la posesión son casi siempre los mismos: la individualidad se
desvanece y surge una distinta, demoníaca, que dura más o menos tiempo, a modo
de un ataque". Este trastorno del comportamiento que se atribuye al
apoderamiento del espíritu por uno o más demonios, desde el punto médico se
considera un trastorno disociativo de la histeria y se le denomina
«demoniopatía» o «demoniomanía».
Historia
Las posesiones son tan antiguas como el propio ser humano,
desde su creación -o aparición, depende de sus creencias- el hombre ha creído
en espíritus malignos inventados por ellos mismos o reales -quién sabe- para
explicar las causas de los males que sufrían.
El mal tiene que tener un origen, si la suerte es a causa
del favor de los Dioses, los infortunios deben ser a causa de otro ente,
probablemente maligno. Desde los sumerios se tienen registradas las posesiones,
esta civilización creía en muchas supersticiones: el séptimo día de cada mes un
rey no podía salir a pasear en caballo pues podría sufrir un accidente, tampoco
los hombres podían subir al tejado por si la diosa del viento se lo
"llevaba" para desposarlo.
Cada accidente que sufrimos ha de tener una explicación
-simplificación del ser humano para todo lo que le rodea, todo tiene una causa.
Usaban muchos talismanes, palabras y rituales mágicos que les limpiaban de
espíritus así como de exorcismos rutinarios para mantener todo "en
orden". Es más, en la antigua sumeria la medicina secular y los exorcismos
a veces iban estrechamente unidos, actuando juntos en contra de esa enfermedad
o mal en un paciente. Obviamente tenían una base científica y grandes médicos,
pero también grandes exorcistas. Ellos creían que tanto médicos físicos como
médicos espirituales eran igual de importantes.
Lo más recurrente es pedirle a los dioses -Anunnaki en este
caso- que les dieran su bendición. Era común escuchar “Oh dioses, Ea, Shammash,
Marduk, ¿qué pecado he podido cometer para que esta maldición se haya abatido
sobre mí?". También, como en sumeria no existían demonios, tan solo
dioses, era normal pedir a otras entidades "malginas" para ciertos
asuntos que les protegieran, como ocurría con Lamashtu y Pazuzu (el demonio que
aparece en la película del exorcista). Ambos eran espíritus malignos, aunque
también benignos. Pazuzu protegía a los humanos de su esposa Lamashtu y ella de
su esposo Pazuzu, un matrimonio perfecto.
Brujería
También se ha relacionado mucho las posesiones y a los
brujos, culpando a estos de ejecutores principales de la posesión. Se decía que
un brujo le daba un objeto cotidiano a la persona que debía ser poseída, un
objeto maldito, y así el demonio en cuestión podía introducirse más fácilmente.
Conocido abiertamente es la persecución a los brujos por parte de la iglesia
cristiana, a los cuales les ha acusado de actos deleznables y de asesinatos,
sacrificios y rituales extraños. Siempre la realidad no es como te la cuentan,
años de nombres manchados y orgullos hundidos, el cristianismo roba tradiciones
de religiones paganas y luego las demoniza: Las Ménades o Bacantes son los
"rituales satánicos", las brujas eran mujeres científicas o
feministas que traían conocimientos peligrosos para la élite medieval y los
sacrificios rituales eran simplemente canibalismo simbólico (Y los cristianos
también lo tienen, pues beben la sangre de cristo y se comen su cuerpo. ESO es
canibalismo simbólico).
Tergiversando las historias contadas. Otras veces, nos
encontramos con que, ya que la iglesia no podía luchar contra todo el
movimiento mágico de los brujos, lo suavizan y lo hacen "apto para todos
los públicos". Es un truco bastante infalible, ya que en vez de censurar,
promueve pero de una forma más anodina y mojigata. Así pues ha llegado a
nuestros días la imagen de una bruja con sombrero y una larga nariz, feas a más
no poder.
¿Quién no sabe que la fealdad es sinónimo de maldad? Ya en los
cuentos infantiles y relatos del medievo tenemos esta comparación: la buena era
siempre guapa y hermosa, mientras que la malvada era fea y descuidada. ¡Además
de inútil, horrenda! Pobrecilla. El caso es que siempre se intenta relacionar
ambos conceptos, por ello los demonios tienen representaciones tan grotescas.
Pero las brujas no han sido así, ni mucho menos, las brujas
eran personas normales, chicas jóvenes y no tan jóvenes, que practicaban el
arte de la medicina, ¡exacto! Las brujas eran médicos, que usaban hierbas y el
conocimiento de la naturaleza. Hoy día sabemos que ciertas plantas y ciertas sustancias
son beneficiosas para nuestro organismo, gracias a la ciencia, pero estas
brujas ya tenían ligera idea.
Médicos medievales
Como anécdota les diré de donde proviene el hecho de que las
brujas vuelen, para que descubras la totalidad de la manipulación histórica. El
hecho es que, efectivamente, estas brujas volaban, pero no físicamente, sino
mentalmente. Hoy podemos salir a la calle y escuchar a jóvenes decir
"menudo viaje me he pegado"; pues de eso hablaban las brujas
precisamente. La escoba, el mejor amigo de la bruja, ¿por qué será?
Precisamente ahí era donde untaban su sustancia y luego restregaban sus partes
íntimas con dicha escoba.
¡Qué listas eran estas brujas! Con razón decían que
volaban. La zona de los genitales es donde más rápido y fácilmente se absorben
las sustancias, además de que el subidón es considerable.
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