miércoles, 24 de marzo de 2021

DIoses Egipcios Antiguo Egipto y Mitología Parte XX

Heka (Egipcio: Ḥkȝ; también escrito Hike) era la deidificación de la magia en el antiguo Egipto. Su nombre era la palabra egipcia para "magia". Según los textos egipcios (Textos de los sarcófagos, conjuro 261), Heka existía "antes de que la dualidad hubiera llegado a existir". El término "Heka" también se usaba para referirse a la práctica de rituales mágicos.

La palabra Heka significa "acción del Ka" o "activación del Ka", siendo el Ka el antiguo concepto egipcio de la fuerza vital. Los egipcios creían que la magia funcionaba activando este poder del alma. "Heka" también implicaba gran poder e influencia, particularmente cuando se extraía el Ka de los dioses.

En los textos de los sarcófagos, Heka es creado por Atum en el comienzo de los tiempos. También se decía que era el hijo de Jnum, quien creó el Ba (otro aspecto del alma) individual. Como hijo de Jnum, se decía que su madre era Menhit.

El jeroglífico para su nombre mostraba un nudo de lino en un par de brazos alzados; sin embargo, también recuerda vagamente a un par de serpientes enroscadas en los brazos de alguien. Por lo tanto, se decía que Heka había combatido y conquistado a dos serpientes, mostrándose comúnmente como un hombre asfixiando a dos serpientes gigantes enroscadas.

Se creía que la medicina era un tipo de magia, por lo que los sacerdotes de Heka realizaban estas tareas.



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En la mitología egipcia, Herishef (Egipcio: Ḥry-š=f "Quien está en el lago"), transcrito en griego como Arsaphes o Harsaphes (Ἁρσαφής) era un antiguo dios carnero cuyo culto se centró en Heracleopolis Magna (Ahora Ihnasiyyah al-Madinah).

Se identificó con Ra y Osiris en la mitología egipcia, así como Dioniso y Heracles en la mitología griega. La identificación con Heracles puede deberse al hecho de que en los últimos tiempos su nombre fue reanalizado como Ḥry-šf.t "quien le sobra la fuerza". Uno de sus títulos era "Gobernante de las riberas".

Herishef era el dios creador y la fertilidad que nació de las aguas primordiales. Era mostrado como un hombre con cabeza de carnero o como un carnero.



Continuamos con:

Horus es una de las deidades más antiguas e importantes de la religión del antiguo Egipto, que fue adorado al menos desde el periodo predinástico hasta la época greco-romana.

Se han registrado varias formas de Horus durante la historia que los egiptólogos tratan como dioses distintos. Estas formas variadas pueden ser percepciones distintas de una misma deidad múltiple en el que ciertos atributos o relaciones sincréticas se enfatizan, complementándose más que oponiéndose entre sí, de forma coherente a como el antiguo Egipto veía las múltiples facetas de la realidad. Normalmente se le representaba como un halcón, borní o peregrino, o como un hombre con cabeza de halcón.

El registro más antiguo de Horus es como deidad patrona de Nejen en el Alto Egipto, quien es el primer dios nacional conocido, relacionado específicamente con el rey que en la época era considerado la manifestación de Horus en la vida y de Osiris en la muerte. La relación familiar más común describe a Horus como hijo de Isis y Osiris, pero en otra tradición Hathor es su madre y a veces su esposa. Horus tenía muchas funciones en el panteón egipcio, siendo la más importante ser el dios del Sol, la guerra y la protección.

Horus es presentado en los jeroglíficos egipcios como hr. w; siendo reconstruida la pronunciación como "Háru", que significa "halcón". Los significados adicionales se creen que pudieron ser "el distante" o "el que está por encima". En época copta, su nombre cambió a Hōr. Fue adoptado al griego como Ὧρος Hōros. Su nombre original sobrevive en nombres del egipcio tardío como Har-si-ese, literalmente, "Horus, hijo de Isis".

Horus también era conocido como Nejeny, que significa "halcón". Se ha propuesto que Nejeny pudo haber sido otro dios halcón adorado en Nejen (ciudad del halcón), con quien se identificó inicialmente a Horus. Horus puede ser visto como un halcón en la paleta de Narmer del siglo XXXI a.C.


Gracias por compartir Jesús.

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