sábado, 27 de marzo de 2021

EL AEGISHJALMUR



Es de  origen islandés, también se le conoce como: Herkumbl(signo de gerra), semblante del terror, carácter dominante y hechizo del terror o del temor.

Este tipo de símbolos eran usados habitualmente por los guerreros vikingos como signo protector pintado en la frente antes de la batalla.

Dibujado entre los ojos, se le otorgaba la capacidad de hacer invencible al portador y atemorizar a sus enemigos.

El aegishjalmur reaparece en el neopaganismo Ásatrú en forma de tatuaje como hechizo protector.

El aegishjalmur o ægishjálmur es un símbolo de protección utilizado por los nórdicos, se le llama “mascara del terror”, hechizo del terror o del temor. Este tipo de símbolos eran usados habitualmente por los guerreros vikingos como signo de protección, se lo pintaban en la frente y recitaban “Ægishjalm eg ber milli bruna mjer” (Ægishjalm te llevo entre mis cejas). 

Con ello, la victoria en la batalla estaba asegurada. Por esta peculiaridad era conocido como herkumbl (“signo de guerra”). Dibujado en el entrecejo, daba la capacidad de hacer invencible al portador y atemorizar a sus enemigos.

Existen varias metáforas donde el Yelmo del Terror es realmente un casco que da invisibilidad. El casco como elemento físico fue tomado al pie de la letra por Richard Wagner en su ópera el Anillo del Nibelungo, en ésta aparece con el nombre Tranhelm, un casco mágico usado como manto de invisibilidad.

Algunos textos nórdicos, dicen que estos símbolos se utilizaban o estaban relacionados con la magia seiðr, llevada a cabo generalmente por las mujeres y tenía, entre otras, la facultad para el engaño de la percepción de las personas. Este tipo de magia seiðr, en su subconjunto o su especialidad llamada sjónhverfing, podía crear engaño, ilusiones, miedos; estos engaños a la vista los llevaba a cabo la seiðkona, haciendo que los demás no pudiesen ver las cosas como realmente eran.

Aunque la Era Vikinga terminó de forma oficial a mediados del siglo XI muchas creencias vikingas permanecieron en el ideario de la sociedad, especialmente en Islandia, donde la magia seiðr y la simbología parece ser que siguieron en uso y perduraron durante mucho tiempo. Por entonces, la creencia consistía en que el ægishjálmur debía tallarse en plomo, colocarse entre las ceja.

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