Esta tradición tiene su origen en el folclore británico y la
magia simpática, con los inmigrantes británicos llegó a América. Al principio
se trataba de botellas de piedras, y más tarde de cristal. Actualmente muchas
brujas de distintas tradiciones usan este tipo de encantamientos.
Las botellas antiguas que se han encontrado contenían cosas
como clavos de hierro doblados, cabello humano (pelo de la cabeza y el vello
púbico) y orina; pequeños huesos, espinas, agujas, trozos de madera y, en
algunos casos, recortes de tela en forma de corazón.
*El propósito es la captura de las energías negativas*
dirigidas al constructor de la botella, su familia o su casa. En algunos casos
se hacen como protección, aunque la mayor parte de las veces lo que tratamos es
de repeler las energías que nos envían.
Los contenidos propios de la botella de hoy es muy similar a
la de la tradicional: clavos doblados de hierro (algunos dicen que son mejores
los viejos y oxidados, mientras que otros dicen que limpios y nuevos ),
espinas, hojas de afeitar oxidadas, vidrios rotos o pedazos de espejo roto, la
orina del constructor de la botella, la sangre menstrual o el semen de quien la
hace. En algunos casos pueden contener arena o arenas de diferentes colores,
cristales, piedras, hilos enredados, hierbas, especias, resinas, flores, cera,
incienso, sal, vinagre, aceite, monedas, aserrín, cenizas, etc.
Tradicionalmente, la botella debe ser enterrada en la puerta
de casa una vez hecha, pero hoy en día muchas personas la esconden en casa, en
algún lugar seguro. Es normal, no todos tenemos un jardín… no obstante, muchas
personas optan por enterrarla en una maceta grande, donde haya una planta y así
cumplen con el antiguo rito de enterrarla
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