martes, 16 de marzo de 2021

Taller de Metafísica Parte LII

EL REINO ELEMENTAL

 

Parte III

 

 El Elemento Aire 

 



Los silfos y sílfides son seres amorosos e inteligentes que sirven incansablemente para mantener la atmósfera de la Tierra lo suficientemente purificada como para que la humanidad pueda vivir sobre su superficie. 

 

Si pudiéramos ver la cantidad de veneno transpirado sólo a través de la exhalación del aire contaminado de los cuerpos físicos de la humanidad en un período de veinticuatro horas,, caeríamos más plenamente en la cuenta y definitivamente con mucha más gratitud del servicio de las sílfides que, veinticuatro horas al día, utilizan los Poderes del Fuego Sagrado para evitar que la humanidad y la vida elemental aprisionada (los cuadrúpedos) se auto-envenenen hasta el punto de llegar a la llamada “muerte” por inhalar constantemente su propia exhalación. 

 

La humanidad puede vivir por más de cuarenta días sin comida y aproximadamente doce días sin agua; pero sólo como tres minutos sin respirar. 

 

El amado Thor mueve grandes masas de aire a los lugares en que más se necesitan, proporcionando brisas refrescantes para aquellos que puedan estarse sofocando en el calor húmedo; hinchando las velas de barcos, dirigiendo las energías purificadoras del Viento del Norte, el cual lleva la nieve, ese bello regalo del Elohim de la Pureza, para cubrir y alimentar ciertas partes de la Tierra, en preparación para una nueva cosecha. En lo relacionado con el Viento del Este, el amado Thor dirige las nubes precipitadoras que llevan la humedad necesaria a las áreas áridas. Thor dirige las suaves y cálidas brisas del Viento del Sur, así como las corrientes absorbentes de humedad que eterealizan la precipitación excesiva, que secan las aguas que se encuentran en lugar equivocado y que devuelven los ríos a su tamaño natural. 

 

El servicio de Aries consiste en suministrar la esencia del aire y los eventos de las edades han hecho necesario que Aries baje la acción vibratoria de los electrones que componen el Elemento Aire a fin de que los pulmones humanos puedan absorberlo, utilizarlo y beneficiarse de su uso. 

 

La actividad de Thor consiste en mover el aire con delicadeza y sabiduría bajo la dirección de Dios a todas partes donde se necesite para darle la mayor bendición posible a la Tierra y su evolución. 

 

En el Aire hay gran cantidad de fuerzas espirituales que el hombre común no utiliza del todo. Algunos llaman “prana” a esta energía espiritualmente estimulante. El prana fue lo que mantuvo a Jesús no sólo durante su ayuno temporal en el desierto sino también a lo largo de su agotador ministerio. El Señor Gautama también utilizó la esencia del prana para mantener con vida su cuerpo físico mientras se encontraba lejos de éste buscando la Verdad mediante la elevación de Su Conciencia. 

 

El hombre promedio de la raza humana responde únicamente a la casi involuntaria inhalación del aliento según lo regulan el Santo Ser Crístico y el elemental del cuerpo. Las inhalaciones cortas, apresuradas y superficiales sostienen la vida y el cuerpo físico, pero hacen muy poco para vitalizarlo y alimentarlo espiritualmente. 

 

En el aire tienen todo lo que se requiere para sostener la forma humana, para vitalizarla, para acelerar la acción vibratoria de los electrones que la componen, y para redimirla. 

 

La respiración rítmica es muy importante. Si mantuviéramos el ritmo natural de nuestro propio ser, sería para nosotros desconocido todo lo relacionado con tensión, angustia, enfermedad o limitación de ninguna clase. Lo que ha ocurrido es que, mediante la discordia y la inarmonía, hemos roto el ritmo de nuestros propios cuerpos internos y nuestro cuerpo físico por lo que ahora nos encontramos sufriendo bajo ciertas presiones. 

 

En eras pasadas muchos individuos aprendieron a utilizar el aliento para sostener la vida en el cuerpo durante largos períodos a fin de ejecutar actos de magia. Al hacerse más osados invocaron algunas sílfides para que los asistieran en la creación de fenómenos que sorprendían a la gente. Así, estas sílfides-al igual que salamandras y ondinas-quedaron atadas a las corrientes de vida de los individuos que las habían invocado, y siguieron a tales individuos durante muchas encarnaciones, volviéndose a menudo en amas de los individuos en vez de sus sirvientas. Los individuos osados y fanfarrones por lo general tienen consigo la presencia de una sílfide de este tipo. 

 

Es importante también la purificación de los cuerpos etéricos de los seres humanos, de manera que cesen de existir los deseos de compeler las fuerzas de los elementales a obedecer al libre albedrío destructivo del hombre. 

 

Las sílfides son reales y a pesar de tanta ingratitud de parte de la humanidad, las sílfides han probado que están dispuestas a servir, al conformar la atmósfera de la Tierra y mantenerla lo suficientemente pura como para que se sostenga la vida humana y la de los Reinos de la Naturaleza. 

 



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